Blake.
—¿Qué hacen aquí jóvenes?—. Nos pregunta un señor que supongo, debe ser el conserje.
Trato de formular una respuesta concreta,¿qué le diría al señor?—Oh, lo que sucedió fue que yo estaba caminando y el gorila que tengo al lado me jaló hasta aquí y me encerró en contra de mi voluntad—. No, obviamente no puede ser eso.
—Emmh, bueno, nosotros estábamos...—. Iba a decir algo pero su alteza me interrumpió.
—¿Por qué no se me...—. Le doy un golpe en la costilla antes de que diga una estupidez de la cual se pueda arrepentir luego.
El conserje enarca una ceja, obviamente fastidiado de esta situación así que tendré que sacarnos de estas yo sola.
—Nosotros ya nos íbamos, es obvio que todo fue una confusión—agarro del brazo a su alteza—Lo siento mucho señor—. Jalo al gorila hacia la puerta y salimos de ahí lo más rápido posible antes de que nos pueda decir otra cosa.
Salí de ahí como alma que lleva el diablo y no me interesó si su alteza venía a mi lado o no. No me percaté de ello hasta que escuché su irritante voz.
—Eres tan loca, ¿qué te sucede?—¿No se cansa de ser tan borde?—Aparta—. Me quita la mano de su brazo, no me había dado cuenta que lo seguía agarrando del brazo.
–Sí, no eres el primero que me dice así, y obviamente no serás el último—. Me cruzo de brazos y lo miro fastidiada.
—No, es obvio que no—Ruedo los ojos y me volteo para irme pero me agarra del brazo—. No olvides que tenemos cuentas pendientes.
—¿Seguirás con eso?—Le digo y lo miro a los ojos para ver si me está haciendo una broma, pero tal parece que no desistirá de la idea—Bueno su alteza real, tengo que irme, así que si serías tan amable de soltarme, te lo agradecería—. Me suelta y me despido con una reverencia y me doy media vuelta, sonrío cuando lo escucho bufar.
Camino hasta el estacionamiento dónde está mi hermano, yo solo espero que no mencione nada de lo que pasó hoy a nuestros padres. Llego hasta el carro y como siempre está ahí esperándome.
—¿Por qué tardaste tanto?—como pasó de él me sigue hablando—. Blake, yo lamento no haber hecho na...
—Déjalo estar Beck, no me interesa saberlo—. Le interrumpo y me meto en el auto.
Desde el retrovisor veo cómo está farfullando, ya puedo imaginar lo que está diciendo—«Blake es una terca» «Blake esto, Blake lo otro» blah blah blah—. Se mete en el auto y cierra la puerta de un portazo y lo pone en marcha.
—Blake, tienes que escucharme—. Llevo cinco minutos ignorándolo, tiene paciencia, pero creo que se le está acabando.
Suelto un bufido—Te escucho, Beck—. Me veo las uñas... Creo que eso de mirarse las uñas da un aspecto de diva.
—Yo quería defenderte, en serio, pero es que Shirley me empujó hacia atrás y...
–Y nada, Beck—lo interrumpo—. No necesito tu ayuda, de verdad. Y eso es una excusa muy barata... No puedes decir que ella te empujó, tienes mucha más fuerza que ella. Pero tranquilo puedo defenderme sola, hermano.
—Vaya que sí, eso lo demostraste ahí—. Lo miro y solté una carcajada, él se unió a mi risa.
Sí, en esto consiste una discusión con mi hermano, nunca hemos peleado de una manera muy grave, espero que siga así.
Bajamos del auto y entramos a la casa. Huele delicioso, es obvio que mamá nos dejó la comida preparada pero ella no está, lo sé porque su auto no está, eso es raro.
Camino hacia la cocina y hay una nota en el refrigerador.
«Booboo cariño, sé que serás tú la que lea está nota—Me conoce muy bien—les deje comida hecha, por favor no peleen y mantengan todo en orden, iré a el spa y luego haré las compras, volveré al rededor de las seis. Los quiere, mamá»
Oh, tenemos toda la tarde sin padres, genial. Porque supongo que papá debe volver un poco más tarde de su trabajo.
Sirvo para mí y para mi hermano de lo que ha preparado mi madre y pongo los dos platos en la mesa.
—¡Beck, ven a comer!—. Le llamo, se debe estar cambiando.
—Aquí estoy—. Entra poniéndose un camisa.
A veces puede ser un desastre—. Pienso.
Comimos y hablamos, hablamos y comimos. Fue algo agradable porque estábamos sin padres y hace mucho que no tenía una conversación así con mi hermano.
Lave la vajilla y subí a mi habitación. Debería llamar a Annie para no estar tan aburrida, pero tiene que ir con su familia al recital de ballet de su hermana menor.
Me puse a hacer las asignaciones para el otro día. No tengo malas notas, mi promedio esta en el cuadro de honor, no me interesa eso, yo solo quiero aprobar bien para ir a una buena universidad.
Hace rato que no oigo a Beck. Oí que alguien entró hace rato, debe ser un amigo suyo, necesito preguntarle algo, no ha dado señales de vida.
Me coloco los auriculares y camino hacía la habitación de Beck, abro la puerta y veo mi teléfono para parar la música, no podré escuchar a Beck así.
«Oh, ¿cómo dedujiste eso, Einsten? A veces eres tan inteligente»
Cállate conciencia, no ayudas.
—Beck, necesito qu... ¡Oh Dios mío! ¡Oh Dios mío! ¡Lo siento tanto!—Cerré la puerta antes de que mis ojos sangrarán—ok admito que eso fue un poco exagerado—Pero no es normal encontrar a tu hermano en pleno acto sexual, ¿estás cosas solo me pasaran a mí? Ugh.
Me quedé un momento en le pasillo pensando en una manera de borrar esa escena de mí cabeza, pero el ruido de una puerta cerrándose interrumpe mis pensamientos.
—Maldición, Blake, me diste un susto tremendo, hubieras tocado la puerta, tonta—. Me mira con una expresión enojada, ¿cómo puede decirme tonta cuando fui yo la que presenció algo traumante? Ahora la enojada soy yo.
—¡Y tú le hubieras puesto el seguro a la puerta!—lo miro con el ceño fruncido—. ¡O por lo menos hubieras ido a otro lugar a hacer eso!
—Sexo Blake, sexo—Ahora me mira con una expresión de fastidio—. Ya estás lo suficientemente grande para saber qué es eso o por lo menos poder decirlo.
Lo miro indignada—¡No puedo contigo!—. Me doy media vuelta y muevo los brazos exageradamente.
El se va bufando de nuevo a su habitación y yo entro a la mía. Esto es una locura, de verdad que sí. Necesito tomar aire.
Voy a mi habitación y me coloco un vestido suelto color rosado claro y unas sandalias estilo gladiador color caramelo. Me peino con una trenza de espiga y el maquillaje me lo dejo como antes. Tomo el libro que pienso leer—¿ahora un poco de Edgar Allan Poe no va mal, eh?—bajo las escaleras, tomo las llaves y salgo de la casa.
Camino hasta un parque que está cerca de mi casa y me siento debajo de un árbol para leer el libro, la tarde está cálida y muy hermosa, me encantan los atardeceres.
Estaba apunto de comenzar a leer pero una voz me interrumpió.
—No sabía que alguien como tú leyera—Voltee y me encontré con Noah—«alias: alteza, gorila, idiota»—. Estaba fumando un cigarrillo y se veía devastado. Pero su cara siempre es así, supongo que es normal.
—Tú...
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Constelación de estrellas.
TienerfictieY se podría decir que ella estaba loca, muy loca... Tenía en su cabeza una locura que desbordaba magia. Ella era una constelación de estrellas impresionante, iluminaba a todo aquel que se le acercará, su amabilidad brillaba como las estrellas, tal c...