Un corazón por sanar

11. Joder, ella es mi novia.

Joseph's PoV.

Después de la locura de las casas nos seguimos reuniendo más días para acabar el trabajo por completo, yo en su casa o bien ella en la mía.

Durante esos días pude conocer a sus hermanas mayores, las que casi no pasaban por la casa porque tenían su propio lugar para mantener y al gran perro Cheshire; ella conoció a mi padre porque milagrosamente tenía un día libre. Y nos hicimos con el tiempo aún más amigos.

Nuestros padres se llevaban bien y solían reunirse cada que podían, tanto que en una de esas reuniones el padre de Emilia le ofreció trabajo de regulizadora de los permisos legales (o algo así) de los libros que su padre sacaba en la editorial a mi mamá.

Por cierto, yo también aluciné cuando me enteré que el padre de Emilia era dueño y gerente general de Nexture Inc; ahora ya sabía el motivo por el que tenía tantos libros.

También y por otro lado, estaba Lucía. Se me había hecho costumbre hablar con ella constantemente y estar presente durante las mayorías de sus prácticas en el aula de música. Creo que nunca iba a cansarme de oír su violín. La mayoría de veces hubiera preferido que ir con ella a algún sitio a pasar el rato, pero por falta de tiempo solo habíamos salido unas pocas veces. Sí, contaban como citas informales.

Volviendo al tiempo presente, estábamos caminando al salón de historia para finalmente entregar el trabajo investigativo ese. Yo al lado de Emilia viendo a Luke y Emma hablar animadamente y muy, muy juntos.

—¿Crees que algún día nos dirijan la palabra? —me pregunta de repente.

—¿Por qué habrían de dejar de hablarnos? —pregunté de vuelta confundido.

—Porque parece que sólo tienen ojos el uno para el otro —sonrío levemente.

—Lo harán, no pueden vivir sólo de miradas y risas.

Seguimos caminando, aún faltan casi diez minutos para que empieza las clases. De repente veo que Emilia se detiene y le hace una señal a Emma para que vea algo. Me doy cuenta que señalan a Sasha. Casi siempre trato de no toparme con ella, se pasa persiguiendo a cualquier chico que sea más o menos popular, en especial a los del equipo de fútbol, sí, también a Luke y a mí pero nunca ha conseguido atención mía y eso la frustra. Con Luke salió en un momento de idiotez y se la pasa buscándolo desde entonces. Es la capitana del equipo de porristas del colegio y una zorra total. Lo siento, hay que decir las cosas como son.

—¿Qué sabes sobre ella? —le pregunta Emilia a Emma.

—Hija única, su padre es abogado, su madre está en París como diseñadora de moda, por eso se siente más importante que todo el mundo. Las dos a su lado son Ashley y Cassie, monos imitadores de ella. Y... —Emma se pone a observarla detenidamente aprovechando que Sasha aún no nos ha visto — El bolso es Versace, ropa de Gucci, los tacones son la última colección de Ralph Lauren y los accesorios son Cartier.

—Bueno lo reconozco, será una jodida perra loca pero tiene buen gusto —dice Emilia aun viéndola y Emma le da la razón. Le dan un último vistazo antes de girarse a nosotros y hablar de cualquier cosa que se les viene a la mente.

Frunzo el ceño y nos damos una mirada con Luke, no tiene caso preguntar cómo saben todo eso ni como reconoció tantas marcas de ropa diferente, pero me sorprende la cantidad de información que pueden llegar a obtener de la gente. Si por ellas fuera, podrían formar parte de la CIA o armar un complot completo contra el presidente sin que nadie nunca sepa quien fue.

Les seguimos la corriente hablando con ella, hasta que noto que todo el mundo está callado y los tacones de Sasha resuenan mientras camina hacia acá. Las chicas se giran para enfrentarla mientras nosotros nos quedamos detrás de ellas.