|Mi 1/2 Limón|

Al fin

Después de estar con Look un rato más, me fui a mi cuarto. Ahora que me acuerdo, todavía no habia visto el aspecto que tenía. Entré. Los muebles que habían allí parecían muy caros. Pero debido al sueño, solo me fijé en la cama. Me puse un pijama de corazones corto, y me dormí. A la mañana siguiente, bajé porque el señor Lorder dijo que el desayuno estaba servido. El festín que había allí era enorme. Comí hasta quedar satisfecha. Terminé y me fui a dar una vuelta, pero antes me cambié, claro. Me puse unos vaqueros rajados, una camiseta básica blanca y una camisa de cuadros. Me peiné el pelo. Estuve un rato dando vueltas por el bosque al que había ido con Look, hasta que escuché una voz que me resultaba familiar:
-¡Vamos chico, tráelo!
(¿¡Alex!?)
Era Alex, estaba con un perro, y parecía que se divertía. Pero me había visto:
-¿Qué haces aquí?-me pregutó Alex.
-Estaba dando una vuelta- le respondí yo.-Este bosque es precioso, ¿no crees?
-En cierto modo, sí que lo es.
-¿Ese perro es tuyo?
-Sí, pero no puedo llevármelo a casa porque mi padre no quiere animales.
-Vaya, que pena, pero se nota que te tiene cariño.
-¿Tú crees?
Estuvimos hablando un poco más, y después Alex me dejó jugar con Tobi, que así se llamaba el perrito. Pensaba que Alex era un chico cerrado, y que no podría acercarme a él. Pero al verlo allí tan alegre, era como ver a otro chico más, normal y corriente. Pero no. Él era MI chico ideal. Era ese chico tan misterioso que vi una noche y que creí que no volvería a ver. Era el chico que me había conquistado con esos ojos azules como el mar, ese pelo rubio platino y eso labios tan perfectos. Me quedé viéndolo un rato, y el me miraba a mí. Se acercaba lentamente a mí y yo pensaba solo en que quería decirle que me gustaba. De repente,parecía que el tiempo se había parado: nos besamos. Luego el me dijo:
-Así está bien.
Y se fue corriendo con Tobi detrás de él. Yo no me podía mover. Todos los hermanos estos están locos. Pero bueno, así está bien. Al fin y al cabo, un beso suyo vale más que mil palabras mías.