capítulo 2

40 2 0
                                    

Siempre dije que mi mente era mi peor enemiga... Que nadie podría hacerme más daño del que podría hacerme yo misma. Pero creí morir cada vez que alguna de las personas que amaba me abandonaba. Empecé con cortadas, seguí con pastillas, todo esto por dolor, porque no soportaba que se alejaran de mi, aún que fuera necesario. Primera más mente porque tenía que crecer dejando de lado la mano de mama, afrontando la realidad, lo que me tocaba ser o, mejor dicho NO SER. No era normal. Quizá porque me sentía especial, diferente del resto, porque los demás jugaban a ser felices mientras yo moría de angustia. Mi angustia ¡que complicado! Quizá estaba triste por que no conseguía aceptarme al mirarme al espejo, me detestaba: tenía 30kilos demás. No sólo llevaba el dolor que se parece al tener sobrepeso, sino también tenía que cargar con la intimidades de mis compañeros de colegio. Tampoco quiero echarles la culpa porque, al fin y al cabo, yo decidí ponerme mal por esas cosas. Retomando, quería ser como  ellos, quería reír, sentirme feliz, pero me sentía pésima, no quería vivir, me costaba incluso asta me dolió hacerlo.  Estaba entrando, casi sin darme cuenta a una terrible depresión que me llevaría ala destrucción total.

F. I. L. O. SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora