Capítulo 3 - Un nuevo aliado, La Orden de Caballeros de la Flor.

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La verdad que ocultaba el Concejo de Ancianos había sido revelada. Una verdad que fue expuesta sin reservas por el Joven Espadachín, Valí Lastonbell, difícil de creer, pero a la vez sorprendente.

¿Qué significado tenía el título del "Señor del Fuego" para el pueblo de Andrago? ¿Qué representaba para ellos en la actualidad? Preguntas similares se hacía el Joven Mercenario en busca de reacciones en los rostros de los habitantes.

Ellos solo creían lo que los Ancianos del Concejo les habían inculcado a lo largo de los años. Una cultura basada en adoraciones y rituales hacia un dios personificado como una fuerza natural simbológica con alusión al fuego; por lo tanto, también debía existir alguien con la autoridad para controlar estas tareas, alguien que tenía la obligación de ser un intermediario entre los humanos y este ser divino. Esa persona importante, denominada como el "Guía del pueblo" era seleccionada en cada generación, desempeñando su papel como el líder del pueblo.

En esta generación, 750 años después de la muerte de Vestalf el anterior Señor del Fuego, Urdo fue seleccionado como el nuevo líder del Consejo de Ancianos de Andrago; obteniendo así el papel como encargado de gestionar los asuntos relacionados al Templo de Scilya.

Su principal obligación era encargarse de los rituales llevados a cabo, recibir las ofrendas entregadas por los fieles creyentes y fomentar la creencia de que el Señor del Fuego descendería para castigar a los herejes que se revelaran contra el Concejo de Ancianos.

Los habitantes buscando ayuda divina, acudían ciegamente a rezar a su dios, invitándolo a actuar en su momento de necesidad o simplemente en busca de luz en su vida.

Nadie podía oponerse al "Guía del Pueblo" mucho menos al resto de Ancianos que estaban bajo su mando. Ubicado en una tierra remota en lo alto de las montañas hacia el sur del continente de Terraria, convertían a Andrago en un lugar olvidado, un pueblo donde el actual Rey del Reino de Lance no ejercía su soberanía.

Los mapas trazados por los historiadores ubican Andrago como un pequeño pueblo dedicado a la agricultura. Creyentes fieles a un dios común que se encontraba representado por el fuego; sin embargo, en sus escritos también hablaban sobre un lugar mítico, el templo de Scilya donde era venerado este supuesto dios omnisciente. Además, era resaltado como el lugar donde se llevaba a cabo el Festival de la Llama Eterna.

Pero todo acabaría el día de hoy con la presencia de Hestia, la nueva heredera de Vestalf.



Valí Lastonbell retiró la llave conocida como Folvrannir liberando así a Hestia de su prisión. Sus manos lucían quemaduras graves por el fuego ardiente tras la conjuración del sello de ruptura; aún así, no suponían un riesgo para su vida.

Ahora esperaba la reacción del pueblo de Andrago tras su impactante declaración.

- No hay momento para esto, joven espadachín. Debemos retirarnos. - Hestia quien se encontraba detrás de Valí, le advirtió mientras observaba como el resto de guardias subían los escalones para llegar a ellos.

Con Folvrannir en sus manos se preparó para el enfrentamiento que se avecinaba.

Veamos... ¿Cómo saldré de esta situación? No puedo usar descuidadamente las llamas de la Espada, podría suponer un riesgo para la seguridad de la audiencia... Debe haber otra manera de salir de esta situación.

Desesperado observaba a su alrededor en busca de una salida. En ese momento su mirada se concentró en alguien que lo observaba detenidamente desde la arena; ahí en el centro sentada sobre sus rodillas, su anterior oponente en el torneo se encontraba. En algún momento Inya Velandine había recuperado la conciencia.

El Guardián del Señor del Fuego.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora