89-. Tú no estás sola // Parte II //

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Atrás habían quedado aquellos días en los que yo tenía la confianza para compartir con Zayn mis sentimientos. No sabía a ciencia cierta cuando se había suscitado este cambio o que lo había originado, todavía al echar un vistazo al pasado podía verme frente a Zayn, diciéndole a la cara y sin pudor alguno todo lo que él me provocaba, pero en cierto punto terminamos perdiéndonos y entonces Liam se encargó de tomar su lugar.

Al detenerme a pensar en ello obtuve que un sentimiento de culpabilidad se apoderada de mi cuerpo. Se suponía que Zayn era mi novio, y si tenía suerte, el hombre con el cual terminaría uniendo mi vida, en teoría yo debería ser capaz de hablar con él sobre cualquier tema, la comunicación y la confianza entre una pareja eran de los aspectos más importantes para que una relación prosperada, era consciente de ello, siempre lo he sido; sin embargo, no me resultaba fácil abrirme ante Zayn en ciertas cuestiones, no era algo que hiciera a propósito, era simplemente que no estaba preparada para admitir lo que había ocurrido.

El viejo reloj se aferraba a la pared con lo último que le quedaba de fuerza, marcando las doce justo en el instante en el que yo volvía a mi cómodo sofá con una humeante taza de té entre las manos.

Un sonido peculiar se propagó por la habitación entera. No estaba acostumbrada a escuchar tal ruido pero a ciencia cierta podría decir de dónde provenía.

No contesté el teléfono de casa, permití que éste repiqueteara todo lo que quisiera con la esperanza de quién sea que estuviera llamando se cansara de marcar y colgara.

Sin embargo, no ocurrió, y fui yo la única que se cansó de ese soniquete.

-¡¿Qué?! -mi saludo no fue más que el producto final de mi irritación e irá contenida.

-¿Violett? -mis alarmas se encendieron al escucharla en la línea-. ¿Te encuentras bien? -ese fue el momento en el que lo supe; no valía la pena fingir, ella algo sabía.

-¿Debo responder o nos ahorramos eso y vamos al grano? -ironicé, ganándome un resoplido como respuesta inmediata.

-No quiero señalar a nadie pero hace un rato Zayn me envió un texto -confesó con remordimiento-. ¿Qué ocurrió con Sam?

-Nada, sólo que ya no somos amigos. Me lo dijo a la cara esta mañana poco antes de externa su opinión y el concepto que todos en Venecia, al parecer, tienen sobre mí.

-No entiendo -espetó.

-Todo se está repitiendo -mi voz se quebró al termino de aquella frase. Samuel me había lastimado enormemente a pesar de qué la falta podría ser no tan grave-. Soy de nuevo la apestada de la escuela.

-¿Por qué? -su voz se elevó un par de decibeles a causa de la sorpresa-. ¿Es que ellos ya se enteraron de lo que ocurrió en Londres? Porque si es así, a esos imbéciles no tiene porque importarle, al fin y al cabo es tu vida y tú puedes hacer lo que se te venga en gana -sentenció siendo abrazada por el enojo.

-Es más que eso -suspiré, hundiéndome contra el sofá-. En realidad que Sam ventilara que yo era la alumna por la que Zayn había sido enviado a la cárcel, fue el menor de mis problemas.

-¡¿Qué?! -gritó, ensordeciendome por un par de segundos-. ¿Él hizo qué?

Le di un gran sorbo a mi té antes de dejarlo sobre la mesa. El momento de hablar había llegado para mí.

-Hay muchas cosas que tú no sabes y creo que por fin ha llegado el momento de contarlas. Cuando me mudé a este lugar, Zayn estaba involucrado en una relación de conveniencia con una de mis maestras de la universidad, de la cual se deshizo sin darle ninguna clase de explicación cuando él y yo arreglamos nuestros asuntos y volvimos a estar juntos. Una mañana esa mujer apareció en el departamento de Zayn buscando respuestas pero sólo me encontró a mí en una escena un tanto comprometedora con Zayn. Desde ese instante ella no ha dejado de hacerme la vida imposible, desde el lado académico; me otorgó calificaciones bajas, me reprobó en menos de un mes y después de reconsiderar su decisión me aceptó de vuelta en su clase, para después echarme, por ello, ahora Zayn es mi maestro. Pero quizás el aspecto que más me importa es el social; Lucía se encargó de propagar por los pasillos de la escuela que yo me le había metido a "su" hombre por los ojos, me acusó de ser la causante de su ruptura y así es como prácticamente soy la puta más puta de toda la universidad. Nadie quiere hablarme, y Sam terminó abandonándome para mantener a su noviecita feliz, pero lo entiendo, ¿sabes? Creo que al final yo haría lo mismo.

My Favorite NeighborDonde viven las historias. Descúbrelo ahora