Chat Room

Capítulo 4

Tarea, sí, ya me habían enviado tarea pero no soy como otros que les da pereza hacerlas, a mí sí me gusta porque desde la escuela es una forma de distraerme y olvidarme por un momento de mis problemas. Incluso los bravucones que me molestaban me lanzaban sus cuadernos para que yo hiciera sus asignaciones y sin problemas las hacía, aunque también era para que no me hicieran nada. Una vez me molesté mucho con uno que abrió mi casillero y desojó uno de mis mangas por lo que hice mal la tarea y lo reprobaron, por supuesto, después termine golpeado por él. Eso es lo que me pasa por dármela de valiente. La mayoría del tiempo soy tímido, callado y dejo que hagan conmigo lo que quieran pero a veces, muy pocas, me dan por hacer cosas osadas y más después de haber visto alguna película de superhéroes o simplemente de acción que me sube la adrenalina; creo que con revelarme me respetarán pero igual termino con el labio o una ceja partida.

Ahora estaba investigando algo sobre los principios de la comunicación, receptor, emisor y esas cosas. Algo básico que enseñan en la escuela pero que es importante para la carrera. Buscaba entre el historial una página que cerré pensando que no la necesitaría y en mi viaje vi registrado el sitio de ese chat ¡Já! Ese tal Ahn Jaehyo, o sea, H.I, Ji Hoon o uno de sus amigos queriendo fastidiar ¿Pretendían hacerme bullying cibernético? ¿Sacarme alguna cosa y luego expandir rumores en la universidad? Pero no, no caería con eso así que por ese lado, ellos perdieron.

De repente sentí una ardor en mi brazo, subí mi manga y contemplé la herida recién hecha el día anterior que seguro seguía sensible y por eso me molestaba ¿Pero qué rayos estaba pensando cuando la hice? Me arrepiento por haber caído en lo mismo cuando me dije a mi mismo que esto no pasaría de nuevo.

-Perdón - le dije a mi persona por haberme lastimado. Pasé la mano sobre las cicatrices, acariciándolas y una lágrima escapó de mi ojo derecho. Ojalá pudiera borrarlas, ojalá existiera algo que me las pudiera quitar pero no creo que ni con cirugía estética desaparecerían ¿Ya qué? Tenía que vivir con ellas, son un recordatorio de mis luchas en el pasado, mis luchas de no haber llegado más abajo, a mis venas; por suerte mis muñecas seguían intactas. Muchas veces contemplé el suicidio como solución pero nunca me atreví, me asustaba y aún lo hace.

Al día siguiente debía regresar a la universidad, me armé de valor para continuar caminando en cuanto salí del metro y estaba en la calle de enfrente del edificio la cual debía cruzar. Una moto pasó por delante mío pero por suerte estaba lo suficientemente lejos así que no me vi en peligro pero vaya que tenía prisa ese tipo; me parece haber visto esa moto en otro sitio. Entré por la reja principal y por suerte no había mucha gente en el patio, era tarde por lo que muchos ya debían estar en sus clases y los que estaban andaban en sus cosas por lo que no sentí que me miraran, o quizás no sabían de mí. Subí al tercer piso, a mi aula y vi a Ji Hoon ahí, cierto que teníamos esa clase juntos, la mayoría las tenemos pues ambos somos de primer semestre. Estaba distraído conversando con otro grupo ¿Quién sabe? Quizás lo consolaban por tan cosas horribles que pensé de él y publiqué en mi blog.

-Allí está - escuché a uno de los de ese grupito susurrar - Oye tú, Yu Kwon - me llamó, yo estaba de espaldas caminando hacia un pupitre y no volteé - ¿Con cuántos prostitutos has estado? Debes tener mucha plata. Esos tienen enfermedades y seguro te la contagiaron ¿Pretendías pasársela a Ji Hoon?

Sí claro, pobrecito Ji Hoon, lo contagiaría con una enfermedad venérea que según creen que tengo y el sería la inocente víctima ¡Bah! No contesté nada, no sé por qué no lo hice, podía decir la verdad allí mismo pero no tenía seguridad para hacerlo. Como me odio por eso.

-No contesta porque seguro no se acuerda - dijo una chica y rió con una risa chillona que sonaba como si la sacara por la nariz. Era horrible y ordinaria. Yo me puse mis audífonos y me recosté en mi pupitre usando mi bolso de almohada y enterrando la cara en éste. Al rato sentí como alguien me sacudía con fuerza, alcé la cabeza y vi al profesor detrás de su escritorio esperando a que yo despertara.