Mi nombre es Miranda Mir, vengo de una familia promedio y hoy es mi primer día de preparatoria.
La verdad estoy muy nerviosa prácticamente fue durante el último mes de vacaciones que mi familia y yo nos mudamos cerca de la capital de mi país.
De lo que más me arrepiento es de probar juegos de computadora porque en poco tiempo quede completamente viciada a ellos, pero que se podía esperar de un mes tan aburrido.
*rin, rin, rin*
- ¡ha! ¡Que! ¡Me quede dormida no puede ser!
Me desperté abruptamente, se me hacía tarde para ir a la escuela eran casi las 6 y entraba a las 7 pero para llegar tenía que tomar el tren que llegaba a la estación justo a las 6:15 como pude me levante y me vestí, menos mal que me había duchado la noche anterior.
- ¡me voy mama que pierdo el tren!
Mi madre me despidió con un beso rápido y me fui corriendo.
Llegue a la estación y apenas logre entrar en el tren antes de que se cerraran las puertas, todo el camino era tranquilo, no había ni mucha ni poca gente, veía el camino pasar a través de la ventana, todo era diferente, deje un campo hermoso por una ciudad con hormigón y ventanales por todas partes.
Extrañaba mi antigua casa, ahí teníamos un gran terreno, pero mi padre lo vendió con la excusa de volverse socio de una empresa y ganar mil veces más dinero.
-eres un tonto padre, yo amaba esa casa.
Dije en voz baja mientras una pequeña lagrima recorría mi mejilla, al notarlo no tardé en secarla.
Aun así, seguía pensando que si se hacía realidad lo que mi padre dijo, seguramente me volvería de familia rica en poco tiempo.
-entonces ¿habrá valido la pena hacerlo?
Sin darme cuenta habían pasado ya las 5 estaciones así que baje rápidamente.
- ¿mh?
Inmediatamente noté a una chica entre toda la multitud tenía un cabello largo y sucio que parecía café y sus ojos parecían perdidos en la desesperación, además estaba muy delgada y parecía morir ahí mismo, así que me acerqué rápidamente.
-disculpa ¿estás bien?
-comida, p-por favor... ¿m-me daría c-comida?
Apenas podría oírla y parecía que desfallecería si no comía pronto así que salí corriendo.
-nadie, nadie me ayuda.
Regresé a los cinco minutos esperando siguiera ahí, cuando la vi aun sentada no pude evitar sonreír.
- ¡oye! T-toma se me hace tarde para la escuela te dejo esto.
Solo le dejé 2 hot-dogs y una botella de agua de 3 litros y me fui corriendo a la escuela.
-gracias.
Nunca la oí agradecer, pero con lo difícil que le resultaba hablar cuando me pidió ayuda, me basto con imaginarme ese "gracias", sonrojándome.
- ¡p-pero que me pasa!
- ¡señorita Miranda sé que es su primer día en esta escuela, aun así, ya debería saber que no está permitido gritar en clase!
-perdone no volverá a suceder.
Después del regaño atendí la clase todo el día, aun así, sabía que el que se me pasara volando el tiempo era porque pensaba en ella.
"¿tendrá hogar?" "¿y sus padres?" "¿Cuál será su color favorito?" "¿de dónde viene?" "¿estará bien si la abrazo?"
-p-pero ¡que me pasa si algunas de esas preguntas son más como si!... como si...
De repente comencé a sentir unas manos atrás de mí que me rodearon hasta abrazarme, aun así, no me asuste estaba tan inmersa en mi imagen de la chica de la estación de tren que simplemente me relaje.
-hola.
Al oír la voz de una chica completamente animada salí de mi transé asustada.
- ¡¿Quién eres?!
La chica me soltó y me aleje viendo que tenía el pelo azul haciendo juego con sus ojos además tenía la piel blanca.
-yo soy Yukumura mucho gusto.
-hola mucho gusto yo soy Miranda.
-si lo se eres la chica nueva.
Yukumura rio inocentemente poniéndome nerviosa.
-Miranda ¿te gustan las chicas?
Esa pregunta hizo que mi corazón saltara.
-c-como dices eso claro que no, además eso sería muy raro.
Repentinamente paso la imagen de esa chica ante mí.
- ¿estás segura? si te estas poniendo colorada.
Puse mis manos en mi cara y como ya habían terminado las clases tomé mi mochila y salí corriendo.
Por suerte esa extraña chica se había ido, pero antes de que me diera cuenta ya estaba cerca de la estación.
-hoy no hice ningún amigo, además esa Yukumura es bastante rara ¿Por qué me pregunto tan repentinamente? Hice mal en salir corriendo.
Continúe caminando hacia la estación con la esperanza de encontrar a la chica de la mañana.
Caminaba por la ultima calle donde había un pequeño parque y ahí estaba, sentada en una banca, tan frágil y hermosa.
Me acerqué lo más rápido que pude y me senté a su lado.
-h-hola ¿me recuerdas?
-e-eres la persona que me ayudo esta, mañana.
Aunque su voz era entre cortada y un poco ronca me sentía emocionada al escucharla.
-ya volví de la escuela ¿Cómo te sientes?
-bien gracias, c-como te fue en la ¿escuela?
-bien gracias.
Inconscientemente jugaba con mis manos por lo nerviosa que me ponía estar junto a ella.
-y-yo quería s-saber si tenías una casa.
Ella tomo mi mano e hizo que dejara de jugar con ellas.
-jugar con tus manos es un mal hábito...
Nos quedamos en silencio y ella suspiro mientras parecía empezar a desmayarse.
-yo... no tengo... hogar...
Después de esas palabras la chica se desmayó y casi cae al suelo, pero logre sujetarla.
- ¿ahora qué hago? Ya se... mi madre sabrá que hacer ella es doctora
Tome mi teléfono y marque a mi madre supongo que me oía desesperada y es que lo estaba ¿y si se moría en mis brazos? Lo último que oí en el teléfono fue "¡voy para allá no te muevas!"
Bueno eso es todo por este capitulo puntúen si quieren u_u pronto el próximo episodio xD se pondrán las cosas "incomodas" XD
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El Universo Contra Nosotras. (Yuri)
RomanceSinopsis: hace mucho tiempo una niña pequeña fue abandonada en la calle con la promesa de ocultar sus orejas y cola de los humanos, aunque en ese tiempo no entendía porque debía hacerlo, simplemente cumplió esa promesa, así fue como cumplió 16 años...