Han pasado tres largos días en los que no he visto a Harry, tres días pensando y recordando esos penetrantes ojos que tanto logran cautivarme, tengo muchas ganas de verlos de nuevo pero debido a los horarios de la preparatoria y los constantes trabajos que mandan los profesores no he podido, sin embargo no pierdo nada al desviarme del camino que lleva hasta mi casa para pasar por la plaza, soy consciente de que tengo cosas que hacer en casa pero debo verlo aunque sea unos segundos.
Camino por la ruta que conduce hacia la plaza y cuando llego mi corazón late fuerte, él está allí, me quedo para mirarlo de lejos sin ser notada ya que no planeo hablar con él ni nada por el estilo así que después de unos minutos me dispongo a irme pero una voz masculina me sorprende haciéndome pegar un salto.
-¿Te asusté linda? -un chico de cabello negro me sonríe petulante, yo solamente ruedo los ojos y me cruzo de brazos.
-¿Qué quieres Matthew? -hablo firme recargando el peso en la pierna derecha.
Conocí a Matthew por una amiga que tenía antes, hablamos bastante durante unas horas y más tarde terminamos besándonos, Matthew no es feo pero tampoco es mi tipo, de todos modos no me agrada mucho la idea de tener novio puesto que he tenido los suficientes para comprobar que lo único que causan es perder el tiempo, decidí dedicarme completamente a los estudios y funcionó, saco las notas más altas en mi curso sin embargo al pensar en Harry todas esas ideas se desvanecen como polvo, todo me valdría poco si él fuese mi novio.
-¿Qué acaso ya no puedo hablar contigo? Solamente te estaba saludando -sisea irritante.
-Sí perdón es sólo que... -suspiro frustrada sosteniéndome la cabeza -Voy de prisa porque tengo que hacer unas cosas -concluyo con la esperanza de que capte la indirecta y me deje irme.
-¿Qué clase de cosas? -enarca una ceja.
-Cosas de la preparatoria ¿Si? Debo irme -paso por su lado dejándolo con la palabra en la boca.
-Fue un placer igualmente -escucho como el pelinegro se burla y ruedo los ojos.
De repente choco contra alguien y cuando levanto la vista compruebo que se trata de Harry que me mira fijamente, siento que las piernas me flaquean y rápidamente me aparto, Harry ríe un poco mostrando los hoyuelos que tanto me parecen irresistibles.
-Pensé que no volvería a verte ¿Cómo estás? -me dedica una sonrisa encantadora que de seguro usa con todas las chicas.
-Hola -sonrío -Estoy bien ¿Tú? -divago acomodándome un mechón suelto detrás de la oreja.
-Bien -la mirada del ojiverde está fija en Matthew que también nos observa -¿Lo conoces? -pregunta refiriéndose a Matthew.
-Se podría decir que hemos hablado unas cuantas veces.
-Bien, vamos -se voltea y comienza a caminar, al ver que no lo sigo se detiene -¿No vienes?
Sacudo la cabeza y asiento comenzando a seguirlo, no debería ir con él pero no puedo evitarlo, haría todo lo que él me pidiese.
Harry.
¿Conocen esa frase que dice que el mundo es redondo, todo gira y todo vuelve? ¿No? Bueno pues ahora la saben, sabía que Kendall iba a volver por la forma en la que me miraba la última vez, Dios hasta podría jurar que le gusto sin embargo es imposible porque nisiquiera me conoce y si lo hiciera me odiaría, no soy el típico príncipe azul ni mucho menos un héroe literario que a juzgar por el libro que lleva me imagino cree que soy, se ve que es bastante aburrida y podría apostar que es una santurrona que nisiquiera sale de casa, mierda pero está jodidamente buena y follármela será lo primero que haga, nada más necesito comportarme como no suelo hacerlo por unos días y listo, la tendré en bandeja de plata, tal vez en mi cama, en el baño o hasta en el sofá de la sala eso no importa mucho ahorita.
Les dirijo una mirada a mis amigos avisándoles que Kendall llegó y cuando la ven detrás de mí no puedo evitar reír al ver sus caras obscenas, prácticamente la están desnudando con la mirada pero les quedó muy claro que seré yo el primero que pruebe a la niña, nos sentamos a charlar un rato pero sinceramente no le estoy prestando atención, estoy distraído pensando en fumarme un cigarro, no he fumado desde las diez de la mañana y me estoy volviendo malditamente loco, tengo que controlarme porque Kendall no puede enterarse de que consumo hierba pero joder que difícil es dejar esa mierda.
-Acompáñame -me levanto de la rampa y le hago señas a Kendall para que me siga, voy a poner en marcha la primera fase del plan, en fin creo que a decir por lo que me han contado algunos amigos no será difícil.
Tres de mis amigos me han dicho que han compartido saliva con la mojigata de Kendall, nisiquiera sabía que conocía a alguno de ellos pero estoy equivocado, caminamos hasta el pequeño río que hay un poco más atrás de las rampas y que por lo general lo usamos para ir a fumar sin que nadie nos vea.
-¿Qué hacemos aquí? -pregunta ella algo tímida.
-Bueno... -trato de inventar una excusa -Quería enseñarte lo bonito que es este río -que excusa más idiota.
¿Pero qué mierda me sucede?
-Ah -se encoge de hombros -Es muy bonito -admite ella dejándome con el ceño fruncido.
¿Quién diablos mira si un río es bonito o no?
Aprovecho que está distraída mirando no sé qué y la empujo suave pero lo sufientemente duro para que caiga al río, comienzo a reírme como un jodido loco mientras observo como ella maldice entre dientes y me parece muy graciosa la forma en la que tiene fruncido su entrecejo.
-¡¿Por qué demonios hiciste eso?! -espeta mientras sale del agua escurriendo su ahora ropa mojada.
Yo no puedo parar de reírme y tengo que sostenerme el estómago con las manos porque ya me duele de tanto reírme.
-Debiste ver tu cara, era para morirse -y continúo riendo.
Ella parece contagiarse porque también comienza a reír, esperaba que me soltara algunos tacos sin embargo se los reservó y prefirió reír.
-No puedo creer que hiciste eso, ahora tendré que caminar hasta la casa toda mojada -su tono es vacilante y por suerte no está enfadada.
Y ahí es donde yo intervengo con la primera etapa del plan.
-Relájate, puedes ir a mi casa a secar tu ropa si quieres -ofrezco y a decir por la cara que hace no se lo esperaba.
-Yo... no creo que...
-Vamos todavía es temprano, nisiquiera son la una de la tarde todavía -insisto, ella lo piensa por unos segundos pero al final asiente.
-Está bien -finaliza haciéndome sonreír ampliamente.
Salimos de la plaza y caminamos hasta mi casa, en realidad nisiquiera queda lejos, no duramos ni cinco minutos en llegar, por suerte a esta hora no hay nadie en casa porque de verdad no estoy para aguantar sus interrogatorios sobre si la chica es mi novia, carajo no. Vamos directo a mi habitación y le indico que se quite la ropa, al principio abre los ojos como platos pero luego de explicarle accede.
-¡Pero no tengo nada que ponerme! -exclama pensando en que si secaba su ropa no tendría nada para cubrirse.
¿Por qué no se quedaba desnuda y listo?
-Yo te presto ropa -canturreo dirigiéndome al armario, saco una camisa blanca y un bóxer que de seguro le quedará grande.
Ella entra al baño para cambiarse y cuando sale con sólo mi ropa puesta... Joder se me pone dura, es más sexy de lo que creí, el bóxer deja a la vista sus piernas que sin duda deseo tocar con demasía.
-Yo... voy a secar tu ropa -y salgo de la habitación antes de tumbarla en la misma y follarla sin piedad.
Tengo que dejar de pensar en ella debajo de mí o la erección que tengo aumentará su tamaño, así que me obligo a hacerlo mientras meto su ropa en la secadora y salgo al jardín trasero a fumarme un cigarro.
ESTÁS LEYENDO
Falling In Love |H.S|
FanficDicen que fumar es dañino pero... ¿Alguna vez has probado el amor?