Capitulo 4: Entrenamiento.

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- ¿Qué dices? - me exclama Judith con la boca abierta cuando le cuento a ella y a Cris lo del beso con Sergio.


- ¿Besa bien? - pregunta Cris sin quitarme un ojo de encima. La miro sorprendida. Lo único que se le ocurre preguntar es, si besa bien, no tiene remedio.


- Eh... Esto... Pues... Sí, supongo que sí - digo sin estar muy convencida.


- ¡Pero dímelo claro! - exclama Cris nerviosa. - Si algún día me da por liarme con él, ¡tendré que saber si besa bien o no!


- ¿¡Qué!? En ese caso no, no besa bien - la digo algo enfadada. No sé por qué, pero la idea de que Cris se líe con Sergio no me gusta nada. ¿Serán celos? No, no puede ser, a mi Sergio nunca me ha gustado y por un beso no puede empezar a gustarme.


De nuevo me veo echa un lío y sacudo la cabeza sin saber qué pensar de todo esto. Entonces Sergio se acerca a nosotras, que estamos reunidas en el pupitre de Judith esperando a que comience la clase.


- Hola - dice mirándonos. Las tres le miramos rápidamente. Creo que se da cuenta de que hablábamos de él y se ruboriza ligeramente. Entra el profe en clase y Sergio corre a su sitio.


En el recreo nos juntamos los cinco pero Sergio permanece callado todo el rato, de vez en cuando me mira y me sonríe tímidamente, como siempre. Ayer parecía mucho más seguro de sí mismo, pero no le doy más vueltas.


Y así pasan los días, las semanas, hasta que parece que el suceso del beso ha sido olvidado y que todo vuelve a ser como antes.


- ¡Eh! ¿Por qué no os venís esta tarde a mi entrenamiento? ¡Así veis lo bueno que soy! - nos dice un día Jose, un chico de nuestra clase. Está coladito por Cris y no sabe qué más hacer para intentar conquistarla.


A mí me parece un chico super majo y divertido y es mono, no está nada mal. Pero Cris está encaprichada con el chico ese de 18 años y pasa del pobre Jose. Le sonrío y miro a mis dos amigas que no parecen muy convencidas.


- Venga chicas, ¿por qué no vamos? Seguro que es divertido - las intento convencer para hacer sentir mejor a Jose que me echa una mirada de agradecimiento.


- Venga vale... - consigo convencerlas y sonrío ampliamente.


Esperamos al autobús bajo la lluvia, cantando, saltando y bailando, como tres niñas pequeñas, sin saber que lo que nos espera nos puede cambiar la vida completamente.


Amor & TraicionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora