-Elizabeth Prescott. -La recepcionista dijo mi nombre anunciando mi turno. Levanté mi mano para que pudiese verme. -El doctor Styles la espera.
Sólo asentí.
Mi mamá decidió que tenía que venir al psicólogo y aquí estoy esperando que un viejo canoso escuche mis problemas y mis inseguridades de adolescente hormonal. Me puse de pie y caminé hasta la puerta que la señora me había indicado, toqué la puerta un par de veces y esperé que el doctor abriera la puerta pero en cambio escuché un "adelante" desde el interior.
Tomé el pomo de la puerta y lo giré entrando en la estancia, paredes blancas y unos cuantos muebles con libros y archivos junto a un gran escritorio y detras de éste una cabellera rizada castaña. Santo cielo, esto no era lo que me imaginaba ¿dónde está la pasa que me iba a tocar como psicólogo? ¿Dios, enviaste a un ángel? Ya sé, estoy alucinando. Él levantó su mirada y conectó con la mía, sus labios mostraban una sonrisa cerrada y apuntó la silla delante de él invitandome a tomar asiento, cerré la puerta e hice lo que me indicó. Tranquila Elizabeth, piensa antes de contestar y decir alguna barbaridad que te deje en vergüenza.
-Vamos a comenzar por lo básico. -Habló. Su voz era grave y seductora. Miró la hoja que tenía entre sus manos y continuó hablando. -Elizabeth, ¿Cuántos años tienes, pequeña?
-Dieseis.
-Mhm... ¿Eres activamente sexual? -Abrí los ojos como platos, las palabras no salían de mi boca. -¿Elizabeth? -Sus ojos mostraban diversión. -Lo que hablemos quedará entro nosotros.
Asentí. -No, soy virgen. -Tensó la mandíbula, ¿dije algo malo?
-Interesante... ¿Tienes novio? -Negué moviendo la cabeza hacia ambos lados. -Nos vamos a entretener mucho.
-Uhm... ¿Cómo? -Jugué con mis dedos, algo que hacía cuando estaba nerviosa.
-Pronto lo sabrás, ahora, cuéntame sobre ti. -Tomó su bolígrafo.
-Mhmm... No sé que decir.
-Tengo una idea, juguemos a las diez preguntas. -Conocía el juego así que sólo asentí.
-Comience usted. -Sugerí.
-Primero debes saber pequeña, que nos vamos a dar un voto de confianza, todo lo que hablemos quedará entre nosotros. -Asentí nuevamente. -Bien, ¿Qué piensas de mi?
-Que está muy guapo. -Las palabras salieron así como si nada, diablos. Pensé que iba a reaccionar mal pero en cambio sólo se relamió los labios y se acomodó el pantalón.
-Tu turno. -Su voz era más ronca.
-Mhmm, ¿Cuántos años tiene? -Agradecí que mi bocota esta vez no dijo lo que realmente quería preguntar.
-Veintisiete.
-Oh.
-¿Nunca has tenido alguna experiencia sexual? -Nunca me había sonrosado tanto en un día.
-No.
-¿Es usted casado? -Acomodó su cabello.
-No me gustan los compromisos. ¿Te parece si cambiamos de juego? Se me ocurre uno mejor.
-Está bien. -Me acomodé en el asiento.
-Jugaremos a las reglas de papi. Yo seré tu papi y tú mi pequeña. -Era un extraño juego, pero no me iba a negar.
-¿Cuáles son las reglas? -Caminó hasta mi lado y acarició mi cabello.
-Debes ser una chica buena, de lo contrario, papi tendrá que darte un castigo. -Levanté la mirada para verle mejor.
-Seré una chica buena.
Tomó mi mano y la llevó hasta su entrepierna frotando a lo largo de su longitud, se sentía duro. Nunca había tocado un pene en mi vida.
-¿Harás lo que papi te pida? -Mi mano aún seguía en su miembro por sobre la tela.
-Sí.
Alejó mi mano de su anatomía y volvió a acariciar mi cabello bajando por mis hombros hasta el comienzo de mis pechos deteniendose ahí para luego subir y llegar a mi mentón, se inclinó quedando a escasos centímetros de mi boca y depositó un rápido beso sobre mis labios el cual no tuve tiempo de responder porque cuando reaccioné el ya estaba de vuelta en su asiento de cuero negro.
-Señorita Prescott, nos veremos la próxima semana, pida su hora con la recepcionista por favor. -Lo miré confundida, estaba actuando como si nada y me hizo sentir estúpida. No hablé, salí de aquella habitación y me dirigí a donde él me lo había dicho, agendé la hora y llamé a mamá para que viniera por mi.
Mientras esperaba en el estacionamiento me puse a pensar sobre lo que había hecho con el Dr. Styles anteriormente sabiendo que estaba mal pero tenía una emoción dentro de mi que no podía describir y era lo que me ayudó a continuar con su juego. ¿Papi? Papi mi culo. La próxima semana le dejaría bien claro que todo fue un error y no volvería a suceder, y me resistiré a él y a esos ojos que me hipnotizaron.
La próxima vez ignoraría la curiosidad de saber más de él, qué hay detrás de tan bello rostro.A lo lejos vi el coche de mi mamá y caminé hasta el encuentro dejando atrás la consulta pecaminosa del Dr. Styles.
Qué profesional.
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Daddy rules. ||H.S||
FanfictionRecuerda nena, tienes que ser una buena chica y seguir las reglas de papi.