Trastornos. (Michael Clifford)

Capitulo 6

"Otro día mas, la misma rutina de siempre, un sentimiento nuevo. Tristeza."

Climms.

Traté de que mis ojos se acostumbraran a la luz de el gran foco que había arriba de mi cabeza, afuera llovía a cántaros, la chica de cabello castaño me miraba con tristeza y mi cabeza dolía como los mil demonios, no recordaba nada de lo que había pasado, solo un cabello gris  y unos tristes ojos verdes mirándome con curiosidad y confusión.

—¿Estas mejor, Climms? —Habló Charlotte.

Asentí, siendo sincera no quería hablar.
Era uno de esos días en que solo quieres estar sola, pero no sentirte sola, donde te pueden decir algo, aunque sea en broma y te sientes mal.
Donde puedes hacer algo bien y no sentirte orgullosa de ti misma y te pones a buscar el error que cometiste al hacer eso.
Debilidad, es lo único que sientes y unas tremendas ganas de llorar.

—¿Segura? —Hice una mueca — ayer en la noche vino un chico rubio a visitarte, se veía cansado, te cuido toda la noche y en la madrugada se fue ¿Es tu novio?

Negué— Era mi hermano¿Venia solo?

 —Si, me pidio por favor que te dijera que iría al hospital por la tarde y trajo tus maletas — Ella sonrió esperanzada.

— Quita esa cara de enamorada — Puse los ojos en blanco.

Sus mejillas comenzaron a tomar un color carmesí, la chica era muy tierna, en realidad apoyaría su relación con mi hermano aunque hayan cruzado unas pocas palabras solamente.
Serían una linda pareja.

—  Solo...¡Por dios! siento que fue amor a primera vista — Admitió.

— Atracción — Corregí.

—  Bueno, fue atracción a primera vista — Rió.

Esta chica podía subirte aunque sea un poco el ánimo.

— ¿Quieres salir un rato? —Preguntó.

Asentí, siempre me han gustado los días de lluvia, se puede decir que son mis favoritos, odiaba el calor.
Aparte un día de lluvia, un libro de poesía en la mano y unas mantas no vendrían nada mal, pero esto es un hospital, no todo se puede tener.
Trate de pararme de la incomoda camilla en la cual estaba, pero un mal movimiento hizo que mi cabeza doliera y mi vista comenzara a nublarse rápidamente.

 —Charlotte—Fue lo último que dije antes de que mi vista de tornará oscura y perdiera el conocimiento.

Charlotte.

Afuera llovía, era el día perfecto para salir a dar un paseo por el hospital, nunca había tenido una amiga y Climms se volvió una en tan solo unas horas.
A los 10 años a mi madre le dijeron que sufría de Esquizofrenia, el doctor le dijo que me tenia que internar, podía ser peligrosa.
Mi madre nunca mas visito el hospital después de dejarme aquí.
Un año después internaron a mi hermano en el mismo hospital por intento de suicidio.

Sentí un fuerte golpe detrás de mí, me di vuelta rápidamente y vi a Climms tirada en el suelo¿Como había sucedido tan rápido?

—  Climms, dios, no mas bromas, esto no es gracioso 

La moví lentamente. nada.

Una idea cruzó por mi mente, fui directamente al baño y mojé una toalla pequeña que había cerca y salí para ponérsela en la cara.
Tardo en resultar, pero lo hizo.

Ella fue abriendo sus ojos lentamente.

—  No le digas a nadie — susurró.

Mi mente debatía en si buscar ayuda o no, mientras veía como ella se sentaba en el suelo y abrazaba sus piernas.

¿Que hago?

Climms comenzó a quejarse y trataba de no llorar.

—  Chica, llama al doctor —  dijo una voz masculina a mi lado.

Asentí y vi como el chico de la cargaba para dejarla suavemente recostada en la camilla.
Y salí en busca de un doctor, comencé a correr para llegar a la oficina del único doctor que había cerca de la área donde estábamos.

— ¡Necesito ayuda, doctor la paciente Hemmings se acaba de desmayar, rápido!  —grité.

Él comenzó a correr junto a mi, unos segundos después nos encontrábamos en la habitación 736.
Climms se encontraba apoyada en la taza del baño, mientras el chico de cabello gris le hacía una coleta.

Climms

Mi garganta ardía por aquella sustancia que salía de mi boca, mi cabeza dolía aún mas y mi estómago tenia unas fuertes punzadas.

— ¿Como pasó todo esto? — preguntó el doctor — ¿Desayunaste?

Negué, la verdad es que no había desayunado, ni había cenado el día anterior. 

— ¿Por qué razón?— Preguntó.

—  No tenía hambre la verdad —Susurré.

—  No se trata de si tienes hambre o no, se trata de que tienes que subir de peso, pesando 27 kilogramos no llegaras a ningún lado, creeme. Ahora come, tienes que alimentarte si no quieres desmayarte más seguido.

El doctor salió de la habitación dejándonos al chico, a Charlotte y a mi solos.

—  Tienes que comer...por cierto, soy Michael— se presentó.

—  Losé y Climms.

—  ¿Climms? —Asentí  —  Raro, pero me gusta, Climms—  Sonrió.