Imagínate a tí en el hospital.
Tu madre te sugeta de la mano.
Le dices "te quiero" cuando la ultima gota de sangre cae.
Tus ojos se cierran y ya no oyes nada.
Tu alma sale de tu cuerpo y ves a tu madre llorando. Te acercas a ella y le susurras "soy mas feliz ahora. Te lo prometo".