IX

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Finalmente ya nos habíamos ido de su casa e íbamos rumbo a la fiesta que era en mi fraccionamiento.

Ya estábamos medio tomados entonces íbamos enfierrados y alterados con la música a todo.

Primero pasamos por un ligue de el mejor amigo de Felipe.

Era una vecindad muy rara la verdad nos dimos la perdida de nuestras vidas pero bueno, llegamos a la mendiga casa de la niña. La niña era delgada me llevaba dos años me acuerdo que yo tenia 17 años ahí y ella tenia 19, total no estaba tan bonita pero tampoco tan fea como el agua de la llave.

Luego luego se puso al corriente y empezó a tomar.

FINALMENTE llegamos a la fiesta, a ver, yo me imaginaba una fiesta como a las que yo iba, una fiesta donde algunas cuantas personas iban a estar bailando y capaz que alcanzaba esos bowls donde ponían papitas, pero no, llegamos y me quede impactada por que había puro viejito, parecía asilo, todo mundo tenia de 23 para arriba, yo creo que hasta había gente de 30 años, pero bueno, Felipe me empezó a presentar como su novia y yo claro que se lo negaba a todo mundo.

- que onda wey, mira ella es mi novia.

- Aa mucho gusto

- jaja no no para nada, no somos nada

siempre era mi misma respuesta no somos nada, porque aunque me dijera que se le hacia hermosísima y que le encantaba nunca fue algo formal de 'ya me gustas', para así poder empezar a quedar, pero no solo me decía cumplidos y abrazos y besos, pero mi error fue que siempre quise compararlo con los novios de mis amigas que claro que eran mucho mas menores e inmaduros y claro que no iban a ser como Felipe.

Total estábamos platicando cuando Felipe me dijo que si quería salir un ratito afuera con el, claro que fui con el.

Abrió la cajuela de su hummer y nos sentamos bebiendo un vaso, cuando otra vez me empezó abrazar mucho y a dar besitos, se me acerco a la oreja y me susurro:

- quieres ser mi novia?

Le dije que no, el se quedo impactado, porque le iba a decir que no si había sido tan lindo y caballeroso conmigo. Pero la verdad es que yo todavía no quería andar con el, hablábamos todo el día y salíamos casi todos los fines, mas las veces que nos veíamos entre semana. Pero apenas había pasado un mes y yo creo que todavía no estaba lista, iba a ser mi primer novio y claro que por ser el primero yo me imaginaba a que me la iba a cantar súper extravagante, pero no, solo paso asi simple y sencillamente.

Me volvió a preguntar:

-quieres ser mi novia?

Y le volví a decir que no, ahora si se saco mas de onda, lo que el se preguntaba era porque le decía que no cuando yo siempre decía que no éramos nada, lo que el quería era ya ser algo mío, el no quería amistad conmigo siempre tuve eso muy claro, pero aun así no me sentía segura de mi misma esa noche como para decirle que si.

Obviamente se me encabrono porque a el le cagaba que lo negara cuando ya había tratado de que ya fuéramos novios y le había dicho que no.

Se empezó a poner de enojón entonces le dije que si mejor me llevaba a mi casa de favor, así en el camino y un ratito afuera platicaríamos de eso.

Ese minuto al llegar a mi casa fue callado, callado como en un cementerio, yo creo que hasta en los cementerios se oyen los cuervos y no esta tan callado como estuvo con nosotros dos.

Llegamos a fuero de mi casa y apago la camioneta, empezamos a discutir y a platicar que porque le hacia eso, y yo fui sincera con el, no quería que apresurara las cosas, ósea nunca me había dado un ramo de rosas, era detallista pero con rosas solas, había pasado demasiado poquito tiempo como para que pasara lo que yo quería, que se traumara conmigo.

El se empezó a poner nefasto y yo me empecé a poner mas nefasta, quería que ya me abriera la puerta para bajarme y hacer la caminata berrinchuda agusto, pero el todavía no quería que me bajara y menos que me fuera, entonces yo me puse mis pantalones y me baje sola, me dijo que me volviera a subir y claro que no era su perra para hacerle caso, pero en eso me acorde que traía puesto el collar del colmillo del papa, entonces volví a la camioneta me lo quite y se lo avente en el sillón, la verdad me porte muy grosera pero se lo merecía, nadie me puede hacer berrinches a mi, si alguien se pone nefasta que sea yo y no el, claro que camine hacia mi casa y el se bajo en chinga y me agarro el brazo, diciéndome lo mucho que me estimaba y que en verdad quería las cosas enserio.

Pero yo muy huevonuda e indignada me fui a mi casa diciéndole que mañana hablaríamos que yo ya no quería estar con el ahorita.

Entro a mi casa y claro que mil mensajes, el estaba muy acostumbrado a que las niñas le hicieran caso, siempre que me iba así o me portaba grosera con el, siempre me preguntaba 'segura?' y claro que con mi orgullo siempre le contestaba con un fuerte y firme 'si', al final el siempre me terminaba rogando y se arrepentía de lo que hiciera.

Ya no le quería contestar mas mensajes entonces me fui a dormir dejándolo con la palabra en la boca. 


JUVENTUD EN EXTASISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora