Prólogo.

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- Sólo déjame tomarte una foto- hizo un leve puchero de niño pequeño que me resultó tan adorable en ese momento. Sus blanquecinas manos sostenían la cámara que le regalé en su novenodécimo cumpleaños.

-Harry, sabes que no me gustan las fotos- repliqué con esa verdad que él bien sabía.

No me gustaban las fotos.

-Pero no va a ser cualquier foto, algún día la valorarás, tanto que vas a ponerla en un álbum y se la mostrarás a tus nietos cuando seas anciana - dijo con una sonrisa que pudo haber iluminado aquel bosque en el que estábamos parados.

- No sé como lo logras...no sé que tipo de magia creas a tu alrededor que me es imposible decirte que no- hablé con quejumbre a mi adorable amigo.

Él río fuertemente, en una carcajada dulce que tocó mi corazón en un perfecto sonido.

Estaba enamorada de él.
De eso, no había duda.

Pero, aunque suene masoquista, no esperaba que él lo estuviera de mi. Sé que nunca lo estaría de alguien como yo.
Harry tenía los sentimientos más hermosos que hay en este mundo. Mientras yo, al menos se podía decir que sentía.
No sé como terminamos siendo amigos, aunque perfectamente se como pasó todo, aun no lo creo posible.

-Estudio en Howarts, por eso sé hacer magia- y otra vez deja de escapar otra adorable risa, acompañada por la mía.

-Ahora entiendo- niego viendo hacia el suelo repleto de hojas de otoño, tratando de esconder mi sonrisa.

-Entonces, ¿si me dejarás tomarte una foto?- regresa al mismo tema del principio.
Levanto mi vista lentamente para toparme con ese verde paraíso a través de sus ojos... esos ojos que me han resucitado. Él sostiene la mirada, obviamente esperando por mi respuesta.
Desvío la mirada hacia los inmensos árboles que nos rodean. El bosque y todo lo que nos rodea en este momento son perfectos con él aquí, aunque debo admitir que aunque la naturaleza sea hermosa, Harry es el que le pone ese toque de perfección... Dios, es que le amo tanto, que ni siquiera puedo pensar con claridad cuando él está cerca.

- Tengo un trato para ti, Harry- al final de un largo silencio me atrevo a hablar, sacando de vez en cuando la astucia que me cargo. Esperó no regar esto.

-¿Cual?- pregunta con curiosidad, relamiendo sus labios rojos, marcando sus hoyuelos.
¡Deja de hacer eso Harry, por favor!.

-Yo me dejaré tomar esa foto y tú me dejarás darte una sorpresa- entreciera los ojos como dudando de mi.

-¿No será otro regalo caro?, porque si es así, olvida ese trato, de acue...

-No, no, no, será algo diferente esta vez- le interrumpo recordando el relox que le regalé junto a la cámara polaroid que ahora sostiene en sus manos. Recuerdo además que se negó a recibir el reloj y la cámara porque era algo muy caro. Le dije que no se preocupara por el dinero, que era un detalle que quería tener con mi mejor amigo. Después de una, no tan fuerte discusión, él aceptó la cámara, pero se negó a quedarse con el reloj.

-Está bien- sonríe de nuevo causando un tornado en mi interior.

-¿Dónde me pongo?

Él medita por un segundo, checando donde ponerme, hasta que me señala un lugar específico. Su atención se va hacia la cámara instantánea, y yo me quedo embobada viendo su perfecto semblante.

Green Eyes. «H.S»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora