Normalidad

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La única verdad es que esto del romance es muy difícil. He estado en busca del chico ideal para mi por tanto tiempo que ya a este punto de la vida parece un poco iluso, así que deje de lado ese tema y me estoy concentrando en la universidad. Mis amigos se ríen cuando les digo que mi prioridad es el estudio, porque dicen que cuando se toma esa decisión, es el momento en el que todos los hombres se empiezan a fijar en uno. No se que tan confiables son sus consejos, pero lo único que espero es que no sean verdad.

La mañana esta perfecta para salir. Hoy es uno de mis días favoritos porque tengo la mejores materias los lunes.
Ya casi se esta acabando el semestre y estamos en las ultimas clases.

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Busco entre la multitud a mi amiga Sofia y por fin veo su oscuro cabello entre el montón de planos y maletas que se encuentran en la facultad.

- ¡Hey! ¡Aleja por aquí!

Me escabulló entre los estudiantes y alcanzó su mano.

- ¿Qué es toda este griterío?- pregunto sin pensarlo dos veces.

- No lo sé. Estaba tratando de encontrar a Alejandro pero no lo veo por ningún lado

Se me revuelve el estomago al escuchar su nombre.

- ¿Acaso donde está?
- Se fue a acompañar a Daniel al taller que se le quedo el overol.
- ¡Rayos! ¿crees que seguirá allá? - Eso espero porque se pondrá furioso si no es así y tendré que aguantar su rabieta todo el día - me dice haciendo una mueca forzada de desagrado.

Nos reímos a carcajadas pensando en que no puede crear un mueca creíble porque ama ver a su novio furioso.

- Con lo que odias ver a Dani bravo - digo sarcasticamente
- Es que cuando está así, se pone más cariñoso de lo normal - me dice con una amplia sonrisa.
- Y tu deber como novia es subirle el ánimo.

Lo único que puede hacer es asentir y sonreír.
Sofia es mi amiga más cercana cuando llegué a la Universidad. Estábamos en el examen para medir nuestro nivel de inglés y nos dimos cuenta de que estábamos casi en el mismo. Hablamos de música, de chicos y congeniamos inmediatamente.

- Hola hermosa - dice Daniel agarrando a Sofia por la cintura y sin importar lo que puedan pensar los demás la besa profundamente. Yo no se que hacer así que sólo aparto la mirada y mis ojos encuentran al muchacho trigueño, alto, con cabello risado que me mira con una sonrisa de picardia en sus labios.
- Hola Alejo, no sabía que estabas aquí.
- No te culpo. Este lugar está de locos sólo por ese estúpido concierto.
- ¿concierto?- pregunto con gran emoción.
- Si, pero no es gran cosa. Solo son un montón de imbéciles con sus guitarras y tambores.- me dice sin apartar la mirada-  ¿Quieres ir a tomar algo?
- ¿Cómo en las viejos tiempos?

Alejo me mira y sonríe mientras agarra mi mano para salir a toda prisa de esa multitud. Decido despedirme de Soff con mi mano pero no funciona porque sigue fundida en un gran beso con el chico de sus sueños.

- Es inútil linda. Jamás nos pondrán cuidado mientras se tengan entre ellos.

Mi corazón se acelera al escuchar de nuevo ese apodo que Alejo ama usar en mi. Linda.

Salimos del mar de gente aún con la mano cogida y con un movimiento incómodo me desato de su apretón.

- ¿Qué pasa? Decidimos ser amigos, ¿no es así?
- Los amigos no se cogen la mano Ale - le digo con tono aclaratorio.
- Esto apesta. ¿lo sabias?
- Lo se

Bajo la cabeza para que no note mi tristeza y decido empezar a caminar hacia la cafetería. Es increíble como nos conectamos en tan poco tiempo. En más de tres años vivimos tantas cosas que es imposible no ponerse triste.

Agarra mi brazo interrumpiendo mi avalancha de pensamientos y acerca su rostro al mio dejando un espacio tan diminuto en el que puedo sentir el movimiento de su nariz al respirar.

- No me lo hagas más difícil linda. ¿Crees que no es suficiente tortura el tener que ver tu belleza a diario? Que todos los chicos volteen cuando pasas. Lo intento. Dios sabe que lo hago.
- Yo no hago nada para hacértelo difícil. Tu eres el que te fijas en esas cosas que a nadie le importan. Tienes una gran imaginación- bajo la cabeza y doy un paso hacia atrás.
- ¿Imaginación? ¿crees que yo me lo invento? - me dice levantando la voz - mira a esos imbéciles cerca a la caja de la cafetería. Te apuesto que no me están mirando a mi.

Giro la cabeza para encontrarme con dos chicos mirando como Alejo y yo discutimos, mientras inspeccionan con cuidado mi cuerpo. Lo único que puedo hacer es estirar la tela de mi falda azul con puntos pero sin poder tapar mis piernas morenas.

- No debí haberme traído falda.
- No es la falda Linda, eres tú. - me dice poniendo su mano en mi mejilla mientras acaricia la piel.

No se como reaccionar ante su tacto e inmediatamente siento como me empiezo a ruborizar.
Bajo la cabeza en mi vago intento de ocultar mi vergüenza, sintiendo el calor que sale por mis mejillas; pero al mismo tiempo su mano sube mi rostro haciéndome encontrar con sus ojos cafés posados en mis labios casi como pidiendo permiso para dar el siguiente paso.

Me muero por besarlo, pero al mismo tiempo estaría rompiendo con mi promesa de alejarme de él. Ya me ha hecho bastante daño.

- Amo tu inteligencia linda, pero no quiero que lo pienses tanto - Me dice Alejo con firmeza y casi que sin dejarme terminar mi análisis de puntos a favor y en contra, siento como sus labios entran en los míos. Es tan suave y dulce como lo recordaba. Ha pasado tanto tiempo en el que no sentía su boca, que el tacto acelera mi corazón. Sus labios se mueven tan lento que se vuelve tortuoso el no poder pedir más. Nos separamos después de un momento y veo como su sonrisa invade su boca.

- Te necesito Aleja. Te necesito conmigo.- me dice con un toque de desesperación en su voz.

Mi corazón se destroza en mil partes al escuchar estas palabras. Tomo con mis manos su rostro y le planto otro beso en los labios recordando nuestra historia con todos los detalles. Empiezo a sentir las lágrimas sobre mi piel y me aparto rápidamente.

- No puedo Alejo. No puedo.

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⏰ Última actualización: Nov 20, 2015 ⏰

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