© Te temo pero te quiero: Segunda Parte- Juuzou Suzuya

Capítulo 6

Abro ligeramente la boca, no sé si por asombro, el tratar de hablar o las dos cosas a la vez. Miro su pálida cara llena de lágrimas, luego su pelo completamente negro, también sus manos, en la que en una lleva el anillo que nos une, y finalmente su ropa oscura. Es Juuzou lo sé, y aunque él no sea el de antes, tanto por apariencia como psicológicamente, me esforzaré en comprenderle.
De repente me coge de la muñeca con las dos manos, parece pasarle algo ya que se inclina dificultosamente apoyando su frente en mi mano.

- Otra vez no por favor. -dice sollozando.

Sus ojos se cierran con fuerza como si quisiese retener algo dentro de él. Me suelta, y apoya ambas manos en el suelo, parece estar sufriendo, así que me agacho para intentar saber si está bien. Juuzou pone la palma de la mano en el asfalto mientras la otra se cierra en un puño, hace mucha fuerza al cerrarla ya que sus nudillos se marcan.

- Por favor...-dice justo antes de abrir los ojos de golpe.

Se sienta en el suelo y pone su mano en la cabeza.

- ¿Qué ha pasado? -se pregunta a si mismo mientras se rasca la cabeza confundido.

Lo primero que mira es su ropa, que parece sorprenderle, y después a su alrededor. Nuestras miradas se cruzan, inclina la cabeza ligeramente sonrojado y mira a otra parte.

- Juuzou. -digo confusa.

Él me mira y después al suelo, esto lo repite una y otra vez, también juega con sus dedos mientras muestra esta timidez.
¿Ahora es tímido? -pienso.

- Oye. -digo acercándome a él extendiendo mi mano para tocar su rostro, pero Juuzou retrocede.
Yo le miro con tristeza, no parece conocerme. Me alejo y a continuación me pongo en pie. Él me imita sin dejar de mirarme.

- Tu cara...¿nos hemos visto antes? -dice pasando el dedo por su labio inferior.
- Soy la hija de Shinohara. -digo con esperanzas de que recupere la memoria.

Narra Juuzou

Justo cuando la chica pronuncia esas palabras me viene unas imágenes a la mente. Ella sale en esta especie de...pensamiento tan realista, y dice "yo soy su hija así que... " después de esas palabras sigue hablando pero no presto atención ya que se repite esto primero una y otra vez.

Narra Saeko

El albino se queda unos segundos en trance, pero después, pone ambas manos sobre su frente y retrocede unos pasos hasta que, finalmente, apoya una mano en una farola, que se encontraba al lado suyo, para mantener el equilibrio. Cierra sus ojos con fuerza como lo hizo hace poco, pero esta vez se arrodilla en el suelo y tapa su cara con las dos manos.

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