Enamorando a Verónica → zayn

51. Miedos.

Entré a la tienda de acampar que Zayn había puesto con anterioridad, con sumo cuidado de no tropezar con alguna piedra, o chocar mi cabeza con una rama mal puesta.

Para ser una minúscula carpa, el moreno había organizado todo a la perfección.

Almohadas, cobijas, e incluso una pequeña lampara de segunda mano eran algunos de los objetos que estaban allí, sonreí.

Busqué entre mi maleta mi pijama, y me la puse con rapidez, no quería dejar solo a Zayn durante mucho tiempo. Arriba, me coloqué también un suéter extra, con un beanie marrón. Hacía mucho frío afuera.

Cuando estuve lista, salí de la carpa, no había tardado más de cinco minutos, o eso creo. Zayn ya no se encontraba en la fogata, sino que ahora, el ojimiel se encontraba acomodando una de las escasas mesas de madera que en ese campo estaban, colocándole encima un mantel, para después poner velas y una que otra flor recién arrancada.

Me acerqué con sigilo, aunque, él ya se había percatado de mi presencia.

-Que bonito detalle. -sonreí.

-Me propuse que iba a ganarme tu amor -murmuró, mirándome de reojo- Y haré todo lo que esté en mis manos para cautivarte -susurró, contemplando su muy bien hecho trabajo con la mesa- ¿Quieres cenar?

Yo asentí animadamente, con una sonrisa. Ayudé a Zayn a sacar un par de platos de plástico que yacían dentro de una pequeña caja.

Y quí es donde nuevamente digo; Zayn tenía todo perfectamente planeado.

Desde la más insignificante servilleta, hasta una tortilla de papas que reposaba en mi plato, perfectamente cocinada.

-¿A quién debemos agradecer esta deliciosa cena? -pregunté, desgustando.

-Bueno, a tus amigos, Louis y Eleanor. A Liam, que me ayudó a comprar todo, a Harry y Louis, que me ayudaron a colocar las tiendas y el campamento. Y odio decirlo pero según Louis, Niall también hubiese colaborado si hubiese sabido de este plan. -se carcajeó para tomar un sorbo del recién servido jugo.

-Vaya, así que fue un trabajo en grupo.

-Si todos nos ayudáramos entre sí, el mundo quizás fuera un lugar mejor. Si colaboráramos, si escucháramos a las demás personas. Todo seria diferente, si perdonáramos. -me miraba de reojo.

Ya sabía hacía donde iba el asunto.

-Y dime Zayn -hablé instantáneamente, cambiando el tema- ¿Cómo va todo el asunto de la empresa?

-Bueno, digamos que todo esto fue básicamente idea de Liam, él nos dio la idea de hacer una empresa de publicidad, aquí en Estados Unidos, porque según Harry, si no vendes en América, no tienes derecho a estar vivo -se carcajeó un poco- En fin, Liam se ocuparía de hacer los viajes y negocios necesarios, él es muy bueno para eso, mientras que yo y Harry podríamos enfocarnos en hacer el trabajo desde casa, puesto que los requerimientos, especificaciones, aclaratorias y todo eso puede ser enviado digitalmente.

-¿Y tienes alguna idea de lo que es publicidad? -inquirí, arqueando una ceja.

Zayn siempre fue muy bueno en el arte, debo decirlo. Era uno de sus pasatiempos favoritos al comienzo de su adolescencia, ya conforme pasó el tiempo lo fue dejando de lado por salidas con amigos y videojuegos, pero, aún podías observarlo pintar un retrato de cualquier cosa un fin de semana, o tomar un viejo cuaderno y encontrar decenas de dibujos extraños, que sólo él entendía.