Escocia, 1996.
Ailein fue salvado por el ring del receso una vez más, anunciándole el fin de la clase de literatura y el primer descanso de dos durante el día. La Maestra le indicó que presentaría la semana siguiente, pasara lo que pasara ya que era importante que se presentara ante sus compañeros. Él asintió lentamente, sintiendo el sonrojo subir por sus mejillas para hacer que sus múltiples pecas desaparecieran mientras suspiraba pesadamente. Apagó el proyector y tomó su laptop junto con el resto de sus cosas mientras se acercaba a Gareth con una sonrisa tonta.
"Te estabas muriendo ahí." Comentó él con una sonrisa.
"Bueno, la maestra no es precisamente agradable. No puede irme mal en clase." Contestó Ailein.
"Nah." Su sonrisa aumentó mientras juntaba todas sus cosas. "Ya verás que te irá súper bien."
Ailein sonrió al ver la seguridad en su amigo, realmente le gustaba contar con esa clase de apoyo.
Gareth era un chico casi tan alto como él, mejores amigos desde la primaria, e indudables almas gemelas. Tenía cabello castaño y corto con rasgos angulosos por su delgadez que hacían que resaltaran sus labios y sus ojos cafés. Sonreía mucho y siempre estaba hablando con esa voz tan agradable que hacía que lo quisieras escuchar por horas...
¿Ailein?
Ailein era algo extraño en comparación.
Igualmente delgado y quizá más alto con un rostro fuerte que seguía su ascendencia escocesa tintada de cabello pelirrojo y pecas que saturaban su rostro y todo su cuerpo. Ojos oscuros y una voz con un acento difícil de digerir. Era extravagante al lado de Gareth, si, pero al final del día eso no importaba si estaban juntos.
Porque nadie sabía lo que pasaba realmente detrás de esas puertas blancas, con un "53" en el centro y un viejo poster promocional de un videojuego japonés.
Nadie lo sabía.
"Hey Ailein" Dijo Gareth con su sonrisa habitual. "Vamos a comer algo, yo invito."
El pelirrojo sólo asintió, empujando a Gareth por la cintura para salir del salón ya vacío. Caminaron hacia la cafetería, aún sin despegarse mientras Ailein respiraba pesadamente; con las manos temblando y la sonrisa aumentando.
Ambos caminaron hasta la cafetería norte, dirigiéndose al mostrador para tomar su boleto de orden mientras pensaban en algo para comer.
Ailein miraba de reojo a Gareth, quien mantenía su mirada fija en la máquina de café como si fuera el objeto más interesante del planeta. El pelirrojo suspiró mientras pensaba en todo lo que podría decirle en ese segundo, pero prefirió morderse la lengua. No podía decir mucho y era preferible que simplemente no lo hiciera en absoluto.
"¿Crees que la pizza sea de hoy?" Preguntó de repente.
"No Gareth" Contestó con una sonrisa sarcástica, alargando la 'O' "Puede que sea congelada."
Él soltó una carcajada mientras se acercaba a la caja y se volteaba para verlo a los ojos.
"¿Qué? Puede ser congelada." Ambos rieron mientras ordenaban su comida. "Igual y la trajeron ayer en la noche..."
"Sí Gareth, sí." Ailein sonrió con ganas mientras se acercaba a su mejor amigo pero él lo tomo de la mano y lo jaló hacia su pecho.
"¡Gareth!" Dijo una voz detrás de Ailein, quien permanecía escandalosamente sonrojado con su mejilla contra el pecho del otro, sin saber que pasaba.
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Freckles
Short Story"Porque si fueras mío, besaría cada una de tus pecas todas las noches." Dónde Ailein tiene serios problemas con su apariencia física y Gareth no hace mucho por ello.