"Mi abuelo fue soldado, mi padre es soldado, y yo, que odio la guerra, próximamente seré soldado". Esta fue la presentación que hice de mí misma en mi primer colegio, y la misma que haré cuando dentro de unas horas en este nuevo colegio mi profesora diga "Rossane, ¿podrías salir y presentarte a tus compañeros, por favor?".
Admito que no es la mejor manera de hacer amigos, pero ¿qué otra cosa puedo decir que me represente mejor? - pienso mientras me meto entre las sábanas de mi cama.
Miro el uniforme pulcramente planchado que mi madre ha dejado sobre la silla del escritorio para que me lo ponga mañana, mientras me hace las dos trenzas que me apretarán la cabeza durante toda la mañana solo por ir como el resto de chicas; porque sí, ha dejado muy claro que como me manche el uniforme o me deshaga las trenzas el primer día, me quitará del colegio, y eso supone entrenar para entrar al ejército con mi padre, y no quiero.
Recuerdo la enorme discusión que tuvimos ayer mi madre y yo, en la que yo le gritaba que con 17 años ya tenía una edad suficiente para decidir dónde quería estudiar, y que pasaba de sus puñeteros centros privados, pero ella alegó que mientras viviera bajo su techo, ella tomaría las decisiones, y que dentro de siete meses, cuando cumpliera la mayoría de edad, podría irme si quería y tomar mis propias decisiones, acarreando las consecuencias que estas trajeran. En el fondo sabía que tenía razón enviándome al centro privado, pues los centros públicos de Polonia no son los más seguros en estos momentos, pero yo siempre he tenido ciertos recelos a la gente que va allí, quizás porque en Niza, donde vivíamos antes, los niños de colegios privados siempre te miraban por encima del hombro.
Me quiero dormir pero no puedo. Pienso en cómo será mañana mi primer día en una ciudad que no conozco, yendo a un colegio que nunca he visto, con niños con los que nunca he tratado y hablando un idioma que no domino. Efectivamente, tampoco hablo el idioma. Hablo inglés, francés, español, algo de catalán pero no polaco. Lo único que he aprendido a decir en Polaco es "Hola", "Gracias", "Comida" y la frase con la que me presentaré mañana. Confío en que los demás estudiantes sepan inglés, porque si no, lo voy a pasar realmente mal hasta que empiece a entender algo.
Mi madre toca a la puerta de mi habitación sacándome de mis pensamientos, y abre la puerta lentamente, dejando entrar una tenue luz proveniente del salón.
-Creía que estabas acostada, mamá.
-No Rosse, estaba viendo las noticias un rato, y he venido a darte las buenas noches y a desearte suerte mañana en tu primer día de clase, porque cuando te levantes ya me habré ido a trabajar.
-Vale, gracias mamá. Buenas noches.
- Buenas noches. Y ¡ah!- dice mientras cierra la puerta- no te olvides de dejarle comida a Nelson, ya que yo no vendré a casa en toda la mañana.
- Si mamá.
Nelson es nuestro pequeño pastor alemán, que acogimos en Niza unas pocas semanas antes de venirnos aquí a vivir. Bueno, en realidad lo recogí yo de los escombros y lo llevé a casa. A mis padres no les hizo mucha gracia la idea al principio, porque el perro no paraba de meterse en las cajas de la mudanza, pero al final terminaron cediendo cuando les dije que ya que estaba obligada a irme de allí, al menos podrían darme una alegría.
Es más que obvio que yo no quería venirme a vivir aquí, pero Niza ha sido bombardeada varias veces y mi padre ha sido enviado en una misión a Gdansk, por lo que hace más o menos un mes, decidieron que nos viniéramos todos a vivir aquí. Llegamos la semana pasada y mi madre ya ha encontrado trabajo en un bar para ella y un colegio para mí. Sinceramente confiaba en que tardaría un poco más, y así yo empezaría las clases en el segundo trimestre, pero mi madre no quería que perdiese curso, por lo que mañana, 23 de noviembre de 2084, empezaré mis clases del último curso en el Szkoła Mariacki Matka Boża, y creo que será un día horrible.
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Crónicas de la guerra.
ActionMi padre es soldado, mi abuelo fue soldado, y próximamente yo, que odio la guerra, seré soldado. Me llamo Rossane Severkropf y voy a cambiar la guerra.