El viento soplaba meciendo con ligereza las ramas del árbol en el que estaba sentado. Levantó la vista por primera vez en un largo rato y se percató del paso del tiempo. No había ni un solo estudiante cerca, por lo que llego a la conclusión de que debía ser hora de la cena. Soltó un gruñido de fastidio. No tenía planeado pasar tanto tiempo en aquel lugar, pero eso le había despejado un poco la mente de todas las ideas que se habían aglopado ahí desde el anuncio del baile de Navidad.
Nunca demostraba interés por cosas como esas, es más Pensaba que eran una estupidez; esa ocasión no fue una excepción hasta que una idea tan inesperada y estúpida le vino a la mente: Asistir al baile. Y eso no era lo peor, ¡había más! quería asistir al baile acompañado de una chica, pero no una chica cualquiera, quería invitar a Hermione Granger.
Se rascó la nuca con desesperación y maldijo el momento en el que comenzó a ver a esa sabelotodo de otra forma. ¡Merlín! Estaba tan confundido y molesto consigo mismo por no poder poner esas sensaciones a raya. Con un último suspiro tomo sus cosas y se fue de ahí completamente frustrado.
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Draco Malfoy caminaba con su usual elegancia por los pasillos de Hogwarts. Todo en él era impecable, desde su uniforme, hasta su mirada altanera, pero debajo de todo eso era un manojo de emociones.No había podido conciliar el sueño hasta altas horas de la madrugada y como no podía faltar, pensó en todo el asunto de baile. Analizó minuciosamente todo los pros y contras (que a sus ojos eran más, claro esta) y se dispuso a tomar una decisión.
Decidió no cometer esa locura por diferentes razones bastante validas. La primera era su padre, si se llegaba a enterar...no le apetecía pensar en lo que le esperaba. Otra eran sus compañeros de casa; pensarían que era un traidor. Después estaba la chica encuestión, tenía la enorme probabilidad de ser rechazado y él era un Malfoy, no iba a dejar que magullaran su orgullo. Estaba muy seguro de que Granger pensaría que era una broma.
Como si el universo estuviera conspirando contra él distinguió la figura de la Gryffindor en la puerta del aula de pociones junto a San Potter y La comadreja. Al pasar junto a ellos ni siquiera se molestó en mirarlos, simplemente entró y se sentó junto a Blaise.
Para la cena el Slytherin estaba indiferente a la conversación que mantenían los demás. A su lado, Pansy Parkinson daba su mayor esfuerzo por llamar su atención, más sin embargo el rubio bastante consiente de sus actos no le dedicaba ni una mirada. Al cabo de unos minutos (bajo la insistencia de Pansy) pensó: ¿Por qué no simplemente invitó a Parkinson? Es sangre pura y bastante atractiva.
Estaba a punto de abrir la boca cuando una voz en su cabeza lo detuvo.
"Cobarde"
-¿Qué rayos...? -Pronunció más alto de lo que pretendía ganándose todas las miradas de la mesa.
-Draco, ¿Estas bien? -Pregunto Pansy mientras lo tomaba del brazo.
-Sí. -Fue lo único que dijo acompañado de una mirada que decía claramente que no siguieran preguntando. Eso bastó para que todos volvieran a lo suyo.
Estaba desconcertado. Nunca había experimentado algo como eso. Cuando estaba a punto de dejarlo pasar lo escuchó de nuevo.
"Cobarde"
"Ni siquiera eres capaz de invitar a Granger al baile"
El Slytherin tensó la mandíbula.
"Y te haces llamar un Malfoy" se burló
-Basta. -Levanto la voz y golpeo la superficie de la mesa con su puño.
-¡Draco! -Se exalto la chica que aún estaba aferrada a su brazo.
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Cobardía.
FanfictionDraco Malfoy esta en medio de un dilema donde deberá decidir que hacer: Invitar a la chica que quiere al baile de Navidad ó resignarse. ¿Será capaz ó dejará que sus propios miedos lo superen?