Marry me -Staxxby-

Marry me

Eva tenia buen gusto.

Los colores del lugar combinaban de manera armoniosa, elegante, perfecta. Las flores en orden perfecto, al igual que los invitados, que llegaban poco a poco para llenar el lugar. La familia y amigos de Eva estaban felices por la boda que se llevaría a cabo ese día. Todos sonrientes, charlando sobre lo que ellos pensaban del futuro de la pareja, de como la familia crecería, mientras que los más vagos sin imaginación hablaban de la ya mencionada y estupenda decoración.

La familia y amigos de Alex estaban callados, ellos sabían que todo era un cruel engaño hacia si mismo. Él intentaba de convencerse de que realmente amaba a Eva, que lo de Frank era una idiotez, que todo ocurrió por la confusión que llevaba en su cabeza en aquel tiempo.

Falso.

Frank era el verdadero amor de Alex, su risa, sus besos, sus caricias ¡Todo! Todo era perfecto, pero para la sociedad no lo era. Claro, nadie de la familia de Alex ni de Frank hubiera sido nada malo, sus familias eran unidas y los aceptarían sin ningún problema, pero por lastima no todas las personas en este mundo son así. Gran parte de la sociedad no acepta el hecho de ser homosexual "Dios creo a un hombre y a una mujer" "En la biblia dice que ser homosexual es un pecado"

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Frank estaba en casa, tumbado en el sofá, con el control de la play en las manos, y comida llena de grasa y cervezas enzima de la mesa, ahogando sus penas por amor.

Su amado se casaba el día de hoy, con una mujer que si bien no era mala, no era la ideal para Alex. Él era ideal para Alex. Se amaban, más que cualquier otra cosa en el mundo, más que el sol a la Luna, más que el mar a la tierra ¡Incluso más que Samuel a Guillermo!
Se amaban, por eso Frank no iría a impedir la boda. El pensaba que Alex estaría mejor al lado de Eva, podrían ser felices, tener una familia, criar a sus hijos, quizás serían el modelo de familia ideal. Ya saben, padre y madre, junto con un adolescente, una pequeña niña y un perro. Una casa de dos pisos, de color blanco y lindo jardín y por supuesto, un bonito auto de color rojo, con pegatinas de la familia en la parte trasera.

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La música sonaba, queriendo decir que el gran momento había llegado. Alex estaba parado, mirando a la entrada de la Iglesia para después ver a Eva, con un vestido blanco y tomada del brazo por su padre, ambos sonrientes.

La familia de Alex no sabía si estar felices o estar enojados, tristes, ya saben... eso que sentimos que no le podemos poner un nombre.

Si, eso sentían.

Miraban a Alejandro, en sus ojos se reflejaba la duda ¿Era buena idea? ¿Haría feliz a Eva? O más importante ¿Sería feliz él? La duda le estaba comiendo el cerebro, estaba tan metido en aquella duda que ni siquiera le sonrio a Eva cuando estuvo a su lado.

-Señor Alejandro, le repetire por última vez ¿quieres recibir a Eva, como esposa, y prometes serle fiel en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, y, así, amarla y respetarla todos los días de tu vida?- Eva apretó su mano, haciendo que el saliera de sus pensamientos.

-Si... acepto.

- Eva, ¿quieres recibir a Alejandro, como esposo, y prometes serle fiel en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, y, así, amarle y respetarle todos los días de tu vida?

-Si, acepto.

-Si alguien se opone a esta unión, que hable ahora o callé para siempre.

Apenas el cura pronunció esas palabras, comenzaron las miradas entre los amigos de Alex ¿Quién de ellos se pondría? Todos deseaban hacerlo, pero no se veían capaces de levantar la mano.

Hasta que alguien se decidió.

Nuestro amigo de ojos rasgados, con la mano izquierda fuertemente tomada a la de su novio y la otra levantada en el aire.

-Yo me opongo.- dijo Willy, mientras se levantaba de su asiento, siendo imitado por la madre del salseo.

-Yo también me opongo.- Dijo Luzu. Los amigos de Alex se fueron parando poco a poco, hasta quedar todos de pie, siendo el centro de atención de todas las personas de aquella Iglesia.

-Dile que vas para su casa.- dijo Lana mientras extendía su móvil hacia Alex, quien estaba paralizado por la situación.
El pequeño se hacer o lentamente y tomó el móvil, para escribir un mensaje a Frank.

-Gracias.- susurro Alex, antes de salir corriendo en dirección a la casa de su amado.

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Frank seguía jugando.

Poco le importaba lo que sucedía afuera, estaba evitando saberlo a toda costa, pensando en las miles de cosas que Alex y Eva harían juntos, hasta que su móvil vibró.

4:27 p.m

Voy para allá
-Alex.

Miró el reloj.

5:43 p.m

Si era verdad, él no tardaría nada en abrir la puerta de su hogar.

La puerta se abrió, para luego sentir como algo se posaba sobre él, mientras le besaba con desesperación.

-Lo siento.- dijo el pequeño, entre besos y besos.- Soy un idiota, no debí pensar que sería feliz sin ti.

-Eres un idiota.- dijo Frank, mientras abrazaba la cintura del más pequeño, para acercarlo más a su cuerpo.- Pero eres mi idiota.

Los besos continuaban, la lujuria y pasión aumentaban en aquel oscuro cuarto, con dos hombres que se amaban sin importar nada.

-Alex, prometeme una cosa.

-Lo que quieras.- dijo el más pequeño mientras se deshacía de la camisa de Frank.

-Te casaras conmigo.

-Acepto.- dijo Alex besando el abdomen de su "prometido".

Esa tarde la disfrutaron más qu cualquier otra. Ellos dos solos, sin preocupaciones, no molestarse por lo que las demás personas pensarán, sólo disfrutar de la compañía del otro.

Ellos dos se amaban, con locura y pasión. Nada será capaz de romper ese lazo que los unió y que los mantendrá así, para siempre.

The End.