Capítulo segundo.

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Caminaron por las frías calles entré la poca neblina que se acumulaba y llegó al lago "Glommy Waters", una de las fronteras con el mundo real. Ahí le esperaba una escena que le sacaba de quicio: Jeff estaba sumergiendo a Ben en el lago a la fuerza y este desesperado solo buscaba sin éxito como escaparse, por ahora, el agua apenas les llegaba a tocar los talones a ambos chicos.

- ¡Ahora dime quién es el mejor! –Gritaba al rubio el de pálida piel y sonrisa rajada.

- ¡Joder Jeff, ya déjame en paz! Te gané y punto. –Decía el de menor altura mientras intentaba zafarse del agarre.

-Maldito Peter Pan, sé qué hiciste trampa. No hubiera muerto si jugaras limpio

-¡Maldición! Cuántas veces te debo decir que no hice trampa, tengo experiencia, ¿qué más que practicar podrías hacer si te quedaras encerrado en un bendito cartucho?

-Pues ahora tendrás experiencia nadando. –Amenazo el de ojos celestes.

Ben se aterrorizo ante la simple palabra, Jeff poco a poco se fue metiendo al agua junto al rubio sometido por el cuello. Los gritos del chico se hicieron audibles a metros de distancia. Su desesperación era exagerada considerando que el nivel del agua no superaba la altura de sus rodillas. Slenderman no estaba de muy buen humor para sus niñerías de siempre. Si no intervenía, ese par de idiotas se matarían entre sí.

Mientras el par continuaba con su pleito, no se percataron de los tentáculos que se dirigían hacia ellos hasta que los tomaron por el tórax y los elevaron. Bajó al suelo cuidadosamente a Ben y a Jeff colocándoles a una distancia considerable de cuatro metros entre ellos.

- ¿Me pueden explicar qué demonios pasa aquí?- Cuestiono Slender de manera autoritaria intentando mantener la calma.

-Simplemente estoy arreglando asuntos con el rubio- Respondió molesto el de sonrisa tallada

-Sabes que eso era peligroso, pedazo de idiota- Cada vez ese chico le desesperaba más, era obra divina que no le hubiese atravesado el pecho... por vigésima segunda vez.

- ¡Por Zalgo! ¡Él no puede ahogarse, está muerto! – Exclamo Jeff agitando los brazos exageradamente, como si aquella respuesta suya fuese el mayor descubrimiento del siglo.

- ¿Y eso qué? con las fobias no te debes meter tarado.

Era verdad. La fobia de Ben ahora lo tenía en shock, no paraba de mecerse en el piso abrazándose las piernas y balbuceando incoherencias inaudibles.

-Que se vaya a un "psico-loco" y ya.- Menciono haciendo énfasis en su juego de palabras, no le importaba en absoluto el sermón.

-Ja, ¿y tú eres quien lo dice? –En ese momento no sabía que deseaba más: que se callara o reírse.

- ¡Cállate! – Grito harto el de sudadera blanca.

Slender no soportaba más la conversación, ya estaba suficientemente agotado como para pelear con el señor mapache otra vez. Ya estaba harto.

-Escúchame bien Woods, esta vez me las pagarás caro. No sé qué voy a hacer, pero te aseguro que te arrepentirás incluso de haberte convertido en Creepypasta.

Jeff se quedó de piedra, el fideo no solía hablarle así, ni siquiera por comportamientos peores, esto sonaba grave. Por primera vez, se tomo en serio lo que aquel sujeto le decía.

-Toby. Llévate a Drowned a su casa, necesita superar el shock. –Ordeno mientras dirigía la mirada a su subordinado quien asintió y obedientemente ayudo a caminar al chico con aparente menor edad.

Jeffrey le dio la espalda y se fue sin protestar del sitio con las manos en los bolsillos de su sudadera [seguramente, iría a "cazar" en alguna ciudad] dejando a solas al hombre de traje. Slender regreso a su vivienda a tratar de quitarse el disgusto. Cuando llego vio la cocina y recordó la taza que había dejado sobre la mesa, ya eran casi las 3:00 pm. Resignado y vencido por el estrés de la mañana movió el líquido café del recipiente y dio un sorbo.

-Esta frío. -Se rio de lo patético que se sentía y decidió salir a pasear para despejar su mente, planeaba ir al lugar dónde se sentía realmente bien desde que su nueva vida empezó.

El bosque.

Había uno cerca de donde habitaba, éste al igual que el lago era una frontera; de las pocas puertas o portales que llevaban de su mundo al humano y viceversa. Este era el bosque "Silent Cry". Ya casi nadie lo usaba debido a que ahí era donde habían sucedido la mayoría de los "avistamientos" y se le había declarado a la zona como clausurada. Obviamente eliminaban a los testigos, pero era un riesgo que nadie, por más desequilibrado estuviese mentalmente quería correr. Ya cargaban con mucho encima.

Pero bueno, esta era una situación especial. Necesitaba respuestas, soluciones ¿y qué mejor sitio para meditar en silencio que ahí?

Psicólogo de psicópatas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora