La Sombra

Por algún extraño motivo, las historias tristes son las que mas llaman la atención.

Tal vez por simple curiosidad, o solo por morbosidad.

Podría decirse que esta es una historia triste.

La de una niña a la que maltrataron física y emocionalmente toda su infancia.

Una adolescente incomprendida y herida que por más que quisiera integrarse a la sociedad, siempre quedaba de lado. Tal vez por miedo a volver a ser herida.

La de una mujer, más sola aun, que como única compañía solo tenía un trabajo mal pagado y la novela de la tarde grabada en su tv.

No era huérfana, tenía familia.

Pero nunca la entendieron, ni trataron de entender.

Esta es la historia de una mujer a la que el mundo le dio la espalda.

O tal vez ella al mundo.

Es la historia de un alma inocente a la que la vida le dio más de un golpe.

Que no tenía nada propio.

Es la historia de una sombra.

De una sombra que soñaba con tocar la luz.

De una sombra que soñaba con un esposo, una casa, un árbol, un perro, escribir una novela y muchos niños jugando en el jardín.

Pero eran solo eso.

Sueños de una sombra.

Una noche la sombra caminaba por la calle y entonces lo vio.

Vio a todos sus sueños realizados en el reflejo del agua de un río.

Había un murmullo.

Un murmullo que llegaba con el viento.

«Ven a mí, esto es tu vida, ven a mi» la promesa susurrada le atraía.

La sombra se acercó más al agua del río y, sintiendo que podía tener todo eso que veía, se estiro para tomar todos sus sueños.

La sombra salto a ellos.

Los grillos callaron, el mundo dejo de susurrar y el viento de soplar cuando se escuchó a la sombra reír feliz mientras el agua la abrazaba, llevándola a casa con promesas dulces.

Pero le mintieron.

Del otro lado del agua solo había oscuridad y frío.

Más frío del que nunca sintió.

La sombra quiso volver a la tierra, pero una sombra mucho más grande la arrastro, golpeándola con las rocas, raspándole con la arena del fondo.

Lucho contra ella, pero la sombra más grande y furiosa que la arrastraba rugiendo la golpeo violentamente y la pobre sombra herida se durmió rodeada de calidez.

Pero el calor duro solo unos segundos.

Luego solo hubo una silenciosa negrura.

Y por más que la sombra grito y grito, nadie la salvo.

Los habitantes del pueblo donde se encuentra el río, dicen que si en la noche lo miras, puedes ver el rostro de una hermosa mujer de mirada triste.

Pero no debes temer de ella.

Solo es una triste mujer, una adolescente incomprendida, una niña herida y asustada que llora en las noches buscando quien la consuele.

Es la dama que fue olvidada.

Es solo una sombra.