¿Alguna vez desearon acabar con todo? ¿Desaparecer de la faz de la tierra? ¿Alguna vez han querido empezar de cero? Yo sí, no veía la hora de alejarme del infierno en el que vivía y poder por fin tener una vida normal, tanto y como pudiera. No tenía a donde ir, no tenía amigos, mi madre no me quería ni ver y mucho menos mi padre. Solo una persona podía salvarme.
No fue fácil tomar la decisión, a veces creía que podía ser más fuerte, aguantar aún más de lo que mi cuerpo permitía. Quizá después de todo no era lo que los demás esperaban de mí, quizá yo no le merecía a nadie. Quizá, después de todo, no merecía estar allí.
No había vuelta atrás, no podía arrepentirme en ese momento que estaba golpeando la puerta, una puerta desarreglada, des mantenida que me abriría paso a lo que creo yo, una vida mejor. Ahí estaba yo, tocando una puerta que jamás pensé que iba a tocar, en donde jamás pensé que iba a terminar. Volví a tocar, dudando si realmente habría alguien del otro lado, dudando si realmente aquella persona viviera ahí siquiera. No pude irme, porque alguien abrió la puerta de manera despreocupada.
Unos ojos color avellana se posaron directamente sobre mí, sin dar crédito a lo que veía. Si había algo en que nos diferenciáramos él y yo, era nuestro color de ojos; él tenía un semblante juvenil sacado de revista con unos ojos penetrantes y lleno de brillo; mientras que los míos, color verde - azulados se veían apagados y destrozados. Su mirada rápidamente se posó en mis ojos, vi cómo se tomaba el pecho y se abalanzaba sobre mí; fundiéndonos en un abrazo que no recibía desde mis cortos 12 años.
-¿Qué demonios haces aquí?- pregunto casi en un susurro- No puedo creer que estés aquí.
-Yo necesito de tu ayuda Chris- agache la mirada- Me costó mucho localizarte, Mary no ha querido decirme donde rayos te encontrabas.
-¿Mamá?- se asombró por la forma en que la llame, por su nombre- ¿Ella está aquí?
-Claro que no, ¿puedo pasar?- se corrió a un lado, permitiéndome pasar con mi pequeño bolso que solo contenía pocos efectos personales.- Gracias.
Al entrar note la mirada de 3 chicos bastante lindos a decir verdad, y la de una chica un poco más baja que yo que no me miraba precisamente bien, sino que me estaba asesinando con sus grandes ojos chocolate. Me sentí que no pertenecía y que probablemente, aquella chica fuera la novia de mi hermano.
-Athena, ellos son mis amigos; Nicholas, Timothy y Matteo- salude a uno por uno, mientras estos me recibían con sonrisa sin entender aun quien era y que hacia ahí- Y por último, ella es mi novia Anastasia-
La mirada de Anastasia estaba sobre mí, hasta podía sentir como quemaba mi piel, Chris solo se dignó a mirarme con una sonrisa radiante, y como si fuera poco sus tres amigos no dejaban de observarme de manera seductora. Jamás me había sentido tan cohibida; necesitaba explicarle a Chris lo que sucedía y dormir, realmente necesitaba dormir.
-Chris, necesito hablar contigo- me tomó del brazo y me condujo a la cocina- No tengo donde quedarme.
-¿Por eso viniste?- me miro decepcionado- ¿Por qué no tenés donde vivir?
-No es solo eso Chris, no tienes ni idea de lo que ha estado pasando estos años- la voz se fue quebrando- el hecho de que tú y papa se hayan ido realmente me destrozó.
-A mi también At, por eso al cumplir los 18 me fui- su semblante cambió-
-Justamente por eso me fui ahora, no podía irme antes Chris apenas cumplí 18 hace un mes- lo miré con los ojos vidriados- tú vives solo hace 2 años ya, y no tienes idea lo mucho que hubiera deseado estar en tu lugar.
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At & Matt~
Teen Fiction"¿Alguna vez desearon acabar con todo? ¿Desaparecer de la faz de la tierra? ¿Alguna vez han querido empezar de cero? Yo si, no veía la hora de alejarme del infierno en el que vivía y poder por fin tener una vida normal, tanto y como pudiera. No teni...