Capítulo 41 - Despedidas y besos

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Me quedé en shock por unos instantes, no sabía que hacer. Salí corriendo y fui al lugar donde estaba David, tirado en el suelo, inconsciente. Me senté en el frío asfalto de la carretera, abrazando a David y llorando desconsolada, mientras Cole llamaba a una ambulancia. Yo intentaba hacer que reaccionara, pero nada, notaba que lo iba a perder y no podía seguir con el remordimiento de saber que lo que pasó antes de esto fue una discusión y que fue por mi culpa.

Llegó la ambulancia y llamé al padre de David para avisarle de lo que había sucedido.

*LLAMADA*

-Hola Jane.

-Señor García- Dije sollozando

-¿Estás bien querida?

-David ha sufrido un accidente, está inconsciente, se lo van a llevar a un hospital de la zona.

-¿Mi hijo? Diles que le trasladen a un hospital de España.

-No creo que puedan, tienen que atenderle lo antes posible

-No tarda nada en avión, necesito verle y no puedo viajar ahora.

*FIN DE LLAMADA*

Miro a Cole con los ojos llenos de lágrimas y se va acercando más a mí para esperarme con los brazos abiertos. Me abalanzo sobre él y me pongo a llorar a mares escondiendo mi cara en la curva de su cuello.

-Cole, tengo que volver a España, necesito saber qué le van a hacer y...

-Lo entiendo pequeña. Ya tienes mi número, estaremos en contacto. 

Rompió el abrazo para darme un beso, sabíamos que era de despedida. Podríamos tener un reencuentro en un tiempo desconocido, o por el contrario, una despedida definitiva. Y eso era lo que más miedo me daba. El temor de aquella idea hizo que nos apretásemos más fuerte cada vez y que ese beso fuese más apasionado y desesperado. Se separó de mi, ambos con los labios hinchados con una sola diferencia, mis ojos también estaban hinchados por llorar y empañados por las lágrimas. Llegó el momento de irse. Lo que se supone que iba a ser unas buenas vacaciones se convirtieron en un infierno total. 

Me subí al coche sollozando, me partió el alma ver a cole desde la ventanilla tintada su expresión de tristeza, sabíamos que la despedida iba a doler, pero al igual que fue así de inesperada fue igual de dolorosa. En unos minutos ya estaba en el aeropuerto para volver a España.

Tenía siempre el teléfono en la manos por si alguien me llamaba. Llegué al aeropuerto y me fui directa al hospital donde me dijeron que estaba David, y al llegar me encontré con una de las peores imágenes que haya podido ver en mis dieciocho años de vida.

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¿Queréis que mate a David?

JA JA JA JAAAAAA

Muchisisisísimas gracias a tí que lees la novela, una que me salió de la mente un día y me dije: ¿Por qué no? y ahora... más de 5k. te quierooo, muchas gracias

Besossss:Pili





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