Capítulo 5: Insinuaciones

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-¡Lo sabía! Tenía razón cuando dije que ningún chico se le resiste a los encantos de Daniela.- Berto se había sentado cómo de costumbre al escuchar la espectacular noticia que Daniela tenía una “cita” (así es cómo le gustaba llamarla ella) con Félix para hacer el trabajo.

-Ay, Berto. Me alagas.

-Creo que no deberías de tomártelo cómo un alago.- Comentó Desiré reteniendo su risa.

-¿Qué insinúas que insinúas Berto?

-Eso ¿Qué insinúas qué insinúo?- Daniela y Berto la contemplaban con ojos grandes e impacientes.

-Todos los chicos dicen que sí a Daniela por tres motivos: El cincuenta por ciento es para acostarse con Daniela ya que es una de las más deseadas y facilonas del instituto; el cuarenta por ciento es para que dejes de acosarlos y por eso te prestan atención y el el último diez por ciento, es por pena.

-Ya, pues prefiero ser un objeto sexual, una acosador y dar pena a los hombres que ser ignorada por ellos y ver cómo se alejan cogidos de la mano con una más fea que yo.- Esas palabras hicieron desaparecer totalmente la sonrisa de Desiré y hacer que apareciese una mueca crispada.

-Eso, es prácticamente incorrecto. Estaba muy claro que Ángel lo hacía para darme celos.

-Ya, celos.

-¿Qué insinúas?

-Bueno chicas, que haya paz.- Berto cogió su silla y se sentó en medio de las dos.- No quiero que haya una tercera guerra mundial en la cafetería, que luego me toca limpiarlo a mí.

-¿Y tú qué? ¿Cómo te fue con Diana? Cuando volvió a la habitación muy de noche estaba muy contenta.- Daniela cuando mencionó eso mientras mantenía miradas y sonrisas divertidas con su amiga Desiré.

-Hicimos una locura.- Esas palabras hicieron desencajar la boca de Daniela y Desiré al mismo tiempo.

-¡¿Te la has follado?!- Daniela había levantado demasiado la voz, por suerte en el descanso de las once la cafetería estaba medio vacía porqué los alumnos aprovechaban en tomar los pocos rayos de sol que quedaban en esa época.

-Venid a las siete a la cancha de baloncesto y lo veréis.

-Tenemos entreno a las siete, Berto.- Puntualizó Desiré.- Y sé que hoy los chicos tienen partido...

-Olvídalo Desiré, no vas a ir bajo ninguna circunstancia. Sé que está pasando por esa cabecita descabellada.

-¿Y sí voy y no le hablo, ni lo miro ni …?

-¡No!

-¿Qué pasa? ¿Porqué no puede ir?

-Kevin e Isaac juegan en el equipo de baloncesto.- Informó Daniela a Berto.

-No te preocupes Daniela.- Berto miro a Desiré con una radiante sonrisa.- Ya estaré yo para mantener a ese capullo lejos de ella.- Y le guiñó un ojo que hizo reír a Desiré enseguida.

-Ya, seguro que Diana rondando por ahí nos harás mucho caso.

-¿Por dónde rondaré yo?- Ninguno de los tres se había percatado de la silueta de Diana que se encontraba justo detrás de Daniela.

-Una historia muy larga, olvídalo.

-Me encantan las historias.- Dijo ésta mientras cogía una silla para sentarse con el trío de amigos.

-Mira Daniela, tú cita está en la barra.- Berto hizo un gesto con su cabeza señalando hacía allí y Daniela se volteó al instante ignorando el manoseo de su amiga en su hombro para que le contase que historia le implicaba a ella.

Perdona pero, te vas a enamorar de míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora