Capítulo 05

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  Mi sonrisa burlona no abandono mi rostro después de decir eso. La verdad, él ya sabia que Alonso había engañado a su hermano, así que no importaba mucho el con quien. El error, que para mi no lo fue, ya estaba hecho. Pensé que al mirarlo a Alonso se iba a enojar por haberle dicho que era yo, pero creo que estaba más sorprendido de saber que me había acostado con el hermano de su novio. Qué irónico, ¿no?

Al ver el rostro del castaño sentí que en cualquier momento se me iba a abalanzar para golpearme, lo cual seria muy gracioso. Más de una vez me han golpeado novios enojados porque sus novias los engañaron y nunca me ganaron. Solo una vez que me agarraron de a muchos, pero después de aquel incidente, los busque uno por uno.

No es que sea masoquista ni nada por el estilo, pero cuando me golpean no siento nada, es mas, me encanta que me golpeen.

- ¿Acaso me vas a pegar? – me atreví a preguntarle, levantándome de mi asiento y parándome enfrente de él, y estaba seguro que lo iba a hacer, pero ¿por que no jugar un poco mas con él? – porque hermano de Jos, te juro que si llegas a decirle algo a tu amado hermanito sobre lo sucedido con Alonso, yo mismo me voy a ocupar de contarle la clase de hermano mayor que tiene

- Jaajajaja, ¿piensas que te va a creer? – me dijo con una sonrisa forzada, tratando de contenerse para no golpearme en aquel café.

- ¿por que no lo haría? – le dije, acercándome mas a el, casi rozando nuestros labios, me importaba una mierda que la gente que estaba ahí nos mirara raro – Es mas, yo puedo negar lo que paso con Alon, y él hacer lo mismo y después, fácilmente podría decirle; tu hermano es tan fácil, mas cuando esta drogado... es tan lacivo, si no me crees, mírale las marcas que le deje en todo el cuerpo.

Odio, eso no más había en su mirada. ¿Acaso el muy idiota se creyó que su hermano no le va a creer? Que ganas de reírme que me da pensar que se lo creyó, pero claro, no lo voy a hacer. Es mejor estar con la misma sonrisa burlona.

Pero algo me desconcertó, después de decir eso, su mirada cambio de un odio profundo a una de soberbia, con una media sonrisa en los labios. Me alejo suavemente y se sentó en la mesa, donde hace tan solo unos minutos estaba mi amigo Alan.

- Podemos jugar todo el día el juego de a quien le va a creer Jos – escuche que dijo, sin que se le borrara esa sonrisa de los labios – ¿Por que mejor no hacemos un trato?

- ¿Un trato? – pregunto Alonso confundido.

Que idiotez, yo no tengo nada que ver en esto, pero bueno, Alonso me va a pagar el tatuaje, y no es nada barato hacerse un tatuaje, así que no me conviene irme. Me acerque a mi asiento y me senté, apoyando mi cabeza en mis manos, mientras mi codo se relajaba en la mesa, con la mirada perdida en la gente. Que lo acompañe no quiere decir que los escuche

- Yo no interfiero en su relación, si TU amigo acepta salir conmigo por siete meses

- Para, para, para... - dije mirándolo sorprendido - ¿Qué diablos tengo que ver yo en todo esto?

- lo hubieras pensado dos veces antes de tirártele como una puta a MI cuñado – dijo, mientras mordía su labio inferior – oh, de decirme que fuiste tu – y sentí su mano en mi pierna, no me gaste en quitarla, simplemente la mire y después lo mire a él

- Ni lo sueñes

- ¿Acaso vas a dejar a la suerte el futuro de tu amigo con mi hermano?

¡Si! Obvio que prefiero hacer eso mil veces, y no pienso cambiar de parecer. Alonso cometió el error de dejarse llevar por la lujuria, es mas, si, es mi amigo, me atrevo hasta a decir que es mi MEJOR amigo, pero no pienso salir con un chico por 7 meses por salvar la relación de Alonso, no, ¡Jamás!


*

¿Recuerdan cuando dije que jamás aceptaría semejante ridiculez?


Me alegro de no haberlo dicho enfrente de aquel estúpido chico de ojos color cafe, porque sino mi orgullo estaría hasta por el piso.

Retiro lo dicho respecto a Alonso, en realidad, el si pudo convencerme, solo tuvo que ponerme esa PUTA cara de perrito abandonado que no tiene donde comer y que ha estado bajo la lluvia a una temperatura de 0º

- Entonces, ¿tenemos un trato? – pregunto aquel idiota, sacándome de mis pensamientos.

- Si – se apresuro a decir Alonso, ya que, aunque no nos conozcamos hace mucho, sabe perfectamente que si no se apura, me olvido de la cara de perro mojado que puso y me voy a la mierda

- Ante que nada – dije observando al chico de ojos Cafe que se estaba levantando de su asiento para irse - ¿Por qué novio? Si lo que quieres es solo sexo – le pregunte con una mirada fría.

- Mis están obsesionados con que necesito una novia, y me muero de ganas de llevarles a un chico para ver la cara que ponen – dijo con una sonrisa infantil.

- Que idiotez – fue mi conclusión y pude ver como se le borraba la sonrisa – Uff... perdón, tal vez debería decir: que malo que eres hermano mayor de Jos, Ja Ja Ja, como me haces reír – haciendo una vocecita chillona – Me voy, ya me aburrió tanta estupidez, Que Alonso después te pase mi numero – y sin darle tiempo a que me conteste me fui de aquel café.




*

- ¿Que se siente? ¿te gusta saber que eres como yo? Tantos años me Odiaste, Te negaste a amar, pero en que nos diferenciamos Bryan... Te drogas, tomas alcohol, te tatúas, Te acuestas con todo lo que ves, ¡la haces llorar a tu madre! Somos iguales Bryan, Somos iguales, porque eres MI hijo, lo llevas en la venas.



Me levante agitado, mi cuerpo sudado y un gran nudo en mi garganta. No iba a llorar, yo ya no lloro, pero ese nudo era insoportable.

Tantee con mi mano debajo de la almohada y saque mi celular, el cual tenia un mensaje sin leer, lo ignore y me fije la hora, eran las 9 am y ya era domingo. ¡Dormí todo el sábado!

Fui al buzón de entrada y pude ver que el mensaje era de un numero que no tenia agendado, lo abrí y este decía: "Este es mi numero. Esta noche te busco para presentarte a la familia, Alonso ya me dio tu dirección. Freddy"

Después de leer el mensaje suspire, ¡Que buen amigo que tengo!

Agende el numero de mi ahora "Novio" y tire el celular de nuevo abajo del almohadón, me levante y decidí bajar, a ver que había de desayunar.

Abajo estaba mi madre tomando un poco de Café mientras leía el diario, me acerque despacio hasta ella y le di un beso en la mejilla, pude ver como sonreía dulcemente

- Hay café en la cafetera, por si quieres mi amor – me dijo con su dulce voz, mientras me miraba con una sonrisa en sus labios

"¡la haces llorar a tu madre! Somos iguales Bryan"

- Que te pasa Hijo, te quedaste quieto, ¿estas bien?

- Si... solo me acorde que esta noche me invito a comer un amigo a la casa ¿Puedo? – le pregunte con una sonrisa mientras le daba la espalda, para que no vea mis ojos, sino lo notaria, notaria que lo recordé.

- Jajaja, Bryan, nunca me pediste permiso, ¿que se debe a que ahora lo hagas? – la escuche decir y pude notar mucha alegría en el tono de su voz.

- No se, me salio el hijo educado

- Si puedes ir mi amor, y ya tienes 18 años Bryan, sabes que no te voy a negar nada, mientras te cuides y no me vengas con que soy abuela, no hay problema

- Jajajaja, que tonta eres mamá, te amo – y me fui a la cocina, no sin antes escuchar su "yo también mi vida"

No me puedo sacar esa maldita frase de la cabeza, aun muerto es un molesto. Si, yo se que no soy el hijo ejemplar, se todo lo que hago... y se que si mi madre supiera lloraría de nuevo, y las arrugas aumentarían en su rostro, mientras que perdería peso y las ojeras se harían mas notorias, por eso no quiero que ella sepa la clase de hijo que tiene, por eso quiero terminar mis estudios, trabajar e irme de esta casa.

Priorizo el estudio, solo porque mi madre me lo pidió. Cuando tenía 14 años le dije a mi madre que me había pagado mi tatuaje, ayudando a mis compañeros con materias que les costaban, pero era mentira. Mi primer tatuaje y los que le siguieron, me lo pagué prostituyéndome.

¿Cómo podría contarle eso a mi Madre?

*

Ya eran las 20 pm, yo ya me había terminado de bañar y cambiar, Tenia un Jean desgastado, roto en la parte de las rodillas y una musculosa negras que dejaba a la vista todos los tatuajes que tenía en mis brazos. Estaba sentado en el living, mirando futbol con mi padrastro, no es que sea muy fanático del deporte, pero no había otra cosa para mirar, o por lo menos, no lo iba a haber si mi padrastro tenía el control remoto.

De repente escuche dos bocinazos, me levante y abrí la puerta y pude reconocer la sonrisa de aquel chico.

- Me voy, mando un mensaje si vuelvo tarde – grite para que escuche mi madre y ambos me contestaron con un "Esta bien, cuídate" y un "te amo" de parte de mi madre.

Di la media vuelta al auto, hasta llegar a la puerta del acompañante, la abrí y me metí adentro. Ahí estaba él, llevaba puesto un pantalón de jean oscuro, una camisa blanca con un chaleco negro. Casi me dan ganas tirarme encima de él, arrancarle la ropa y violarlo adentro de su auto.

- ¿Que pasa Bryan? ¿Te enamoraste que me miras tanto? – y la cago, la cago como arriba de un puente.

Si no hubiera hablado, hasta hubiera reconsiderado cogermelo por mi propia voluntad.

- Si, unas ganas tremendas de violarte me dieron – dije con un tono de voz desinteresado, mientras miraba por la ventada. El solo rió, supongo que abra pensado que lo dije de forma sarcástica, cuando en realidad, era lo que pensaba.

Tiendo a decir lo que pienso, es raro que mienta, pero eso él no lo sabe, y supongo que es bueno.

El camino fue largo, aburrido y hubiera dicho que me dieron ganas de tirarme del auto, si no fuera porque Freddy por lo menos tenia gusto musical. Debe ser una de las pocas personas a la que no le podría decir "Tu gusto musical me impide respetarte como persona"


Pero... ¿Cuándo dejo de ser la música lo único en común que teníamos?  



¿Las personas cambian?// BreddyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora