El diario de Mia

Martes 13 de Septiembre

-¡Que lo sueltes!¿Estás loco?¡Para!¡James!
Me interpuse entre ellos dos. James le estaba dando una paliza a Brandon, aunque veia en el rostro de James como las tornas habian cambiado al ver su cara ensangrentada.
Me abrí paso y me quede frente a James, mirandolo a esos misteriosos ojos que tanto me gustaban. Estaba segura de que nunca podría descifrar con exactitud el color de sus ojos.
-Para... porfavor- le susurre. Tenia miedo, casi no les conocía, pero sentía la necesidad de detenerlos pues se estaban convirtiendo en mis amigos poco a poco, y no iba a dejar que se destrozasen el uno a el otro.

-Tu no te metas.-sentenció
-Me meto si me da la gana, ¿os habéis visto la cara?
-¡Que no te metas en esto Mia, lo único que haces es empeorar las cosas!
Sus ojos imponían miedo, la expresión suya de serenidad que tanto le caracterizaba se había esfumado. Su expresión era de rabia y a la vez de decepción. En ese instante supe que no valía la pena seguir discutiendo con aquel individuo y me lancé a los brazos de Brandon, quien se encontraba de pie, como podía, apoyado en un árbol. Su cara también era de enfado, pero no me transmitía miedo, era todo lo contrario que James. Brandon me miraba con ojos de melancolía y tristeza. Tenía el labio reventado, entre otros golpes, su pómulo rojo, empezaba a verse cada vez mas oscuro.

En cuanto me acerque, me aparto delicadamente a un lado y me sorprendió cuando me dio un delicado beso en la frente. Después de quedarme un par de segundos inmóvil note como me empujo con mas impetud, alejandome de él, y pude ver el motivo. James se abalanzó sobre el con un golpe en el estomago. Ambos calleron al suelo y me encontraba en estado de shok.
Cuando volví en mi, rápidamente tire de la chaqueta vaquera que llevaba Brandon para separarlos. Ahora era Brandon quien le propino otro golpe. Pude separarlos un poco y abracé a James. Le rodee su cintura con mis brazos impidiéndole moverse. Apoyé mi cabeza contra su pecho y sentí como su corazón iba a mil por hora, aunque parecía que poco a poco iba cesando. Sentí como con una mano atrapó mi cara y para mi sorpresa, una lágrima resbalaba sobre mi mejilla. Me encontraba llorando sin saber muy bien el motivo. O sí. Había presenciado como aquellos dos se estaban pegando y como parecía que se matarian si alguien no los hubiese detenido. El me miró fijamente y me paso mi mechón de flequillo largo, por detras de mi oreja con suavidad. Adoraba ese gesto. Me di media vuelta sin desatarme de James, y vi como Brandon se daba media vuelta y se iba escupiendo sangre. Me sentí culpable por dejarle marchar de esa manera, pues cuando yo sufrí el accidente el fue quien me ayudó. Pero era tarde pues ya no le lograba distinguir de lo lejos que se habia ido.

-¿Has desayunado? -me dijo James.