Dos meses después
Debería estar acostumbrada a ver al miedo a la cara, debería adoptar un poco de coraje y enfrentarme a lo que aguardaba en lo recóndito de las sombras.
Los dos meses anteriores fueron de ocio, se sostenía de esa manera desde la mañana hasta la tarde. Tom estuvo a mi lado cada día, no faltó una sola vez. Nos gustaba observar los atardeceres juntos y visitar las exuberancias de rosas en las ruinas, y así se nos iban los días. Y con respecto a Jimmy, acordó que no le molestaría que le ocultara secretos, que esperaría hasta que yo decidiera descargarlos de mi espalda. Por último, mis padres fijaron una minúscula atención en mí, con mi cumpleaños acercándose se concentraron en preparar mi fiesta de dieciséis, y Thomas, bueno, él... seguía siendo él.
El tres de mayo era lunes en la mañana, me levantaba de mi cama y me preparé para ir a la escuela como cualquier día normal, solo que no sería cualquier día normal. Salí de casa temprano y me dirigí caminando con Thomas a la escuela porque a papá se le había presentado un urgente imprevisto en el trabajo.
Las clases avanzaron pronto, evité algunas invitaciones de mis amigos, ya estaba comprometida, pues iría a visitar a la abuela, estaba desatendida desde hacía una semana y generalmente no tardaba tanto para visitarla. Después de verla, me encontraría allí a Tom y partiríamos juntos a las ruinas.
La abuela estaba muy decaída, y peor aun estando sola sin nadie que la acompañase. Sus cinco hijos hicieron una vida lejos de ella, incluía a mi padre; sus asuntos laborables los asistía primero.
- Pequeña Caroline. Estoy tan orgullosa de ti - mencionó de pronto.
- ¿Orgullosa? ¿Por qué habrías de estarlo? - Refuté.
- Nunca te has dado ningún crédito, no has visto lo valiosa que eres, pero yo si lo veo. Cambiaras todo -
- No comprendo ¿A qué te refieres? - Con tono confundido.
- Hablo de ahora y de algo futuro que te aguarda en lo recóndito de las sombras, no podemos saberlo, pero si entenderlo. Me harás sentir más orgullosa de lo que estoy ahora y me harás sonreír desde allí arriba - afirmó.
Sus palabras me dejaban fría y tensionaban cada nervio en mi cuerpo. Esas no eran las palabras que acostumbraban a abandonar sus labios.
- ¿Qué dices? Tú no vas a morirte, te quedan muchos años aún. Estas empezando a asustarme -
- Créeme que no es mi intención asustarte. Tal vez aún tenga tiempo, no lo sé. Mi historia es tan simple, tan común y mi nombre será olvidado fácilmente, solo quedará escrito en una lápida que se borrará con el pasar de los años. Sé que no te ocurrirá igual, tendrás una historia que contar - con sus frágiles manos tomó mi rostro - esta vida es una, al morir será una eternidad, que tu alma no se condene, sé que es muy probable que no te ocurra a ti, pero nunca está de más dejarte un sabio consejo como recuerdo - con tono decaído.
- Siento que te estás... ¿Qué ocurre? - Mi tono se quebró.
- No te preocupes por mí, estaré bien. A todos nos llega la muerte un día. Shsss... - siseó cuando intenté contradecir su pesimismo - déjame hablar, Caroline. Nunca se sabe cuándo será su última vez. Los golpes duelen, pero duele aún más la derrota. Hazte una ruda competidora de la vida, derrota a todas las amarguras que esta te traiga -
- No hablemos más de esto - sugerí.
- Debes aprender a decir adiós a lo que más quieres o deseas, porque las cosas no perduran para siempre, se van, la vida es pasajera, aferrarte solo lo hará más difícil -
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Enigma los Van Vladoisqui
ParanormalRelata la historia de Caroline Thompson, narrado en primera persona, una joven que tras once años de ver y percibir espectrales presencias, fantasmas, demonios, consumida por sus recuerdos pasados de experiencias devastadoras, entre esas el recuerdo...