PRÓLOGO

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Una mañana de septiembre, una joven de pelo rubio oscuro soñaba con unas tres voces extrañas y una que le resultaba familiar. Parecía la de su madre. Abrió sus grandes ojos marrones de golpe incorporándose de la cama, al oír lo que decían.

-¡Danos a tu hija Mery por las buenas!, o ¡te la quitaremos a la fuerza!
-No os daré a mi hija por nada del mundo. Tendréis que pasar por encima de mi cadáver.
-Muy bien, lo has querido... -la persona que decía eso, susuraba con una voz ronca y parecía que gruñía.

Se tranquilizó un poco al ver que las voces paraban de resonar en su cabeza y corrió a bajar a comprobar que su madre estaba en la cocina preparando el desayuno.

Pero eso no fue exactamente así. Abajo sólo estaba su hermano Brian.

-¿Donde están mamá y papa? ¿Se están duchando?
-No les he visto hoy. Sólo he encontrado esto.

Brian le enseñó el papel que sostenía en las manos.

Mery se paró un momento a leerlo. Solamente tenía tres frases:
"Hemos ido a comprar pan para desayunar. Venimos en hora y media. Portaos bien".

Mery no entendía nada.

-¿Hace cuanto se han ido? -Mery sospechaba que esa carta no fuera del todo cierta.
-Ya te he dicho que cuando me desperté no estaban.
-Entonces, ya ha pasado la hora y media -afirmó Mery.
-Bueno, quedan 15 minutos...
-Eso da igual.
-No te creas, 15 minutos, son 15 minutos... -insistió Brian.
-Está bien, ya lo he entendido. ¡Cállate! -le cortó Mery de mala manera.

Brian se fue a su habitación enfadado por la poca atención que le había prestado Mery.

Brian se parecía mucho a su hermana, tenía los ojos marrones oscuros y el pelo rubio, que le llegaba a los ojos y se lo apartaba con un ligero movimiento de cabeza. En lo que no se parecía nada a Mery era en los rasgos de la cara. Éste tenía una cara de niño, pues sólo tenía 9 años y su hermana le sacaba 5. Tenía 14.

Cuando Brian cerró de golpe la puerta de su habitación, Mery se quedó sola en el salón con la carta en la mano. Tubo un impulso de volver a leerla, entonces recordó algo. Un bago recuerdo cruzó por su cabeza.

Antes de soñar con las horribles obligaciones que le decían a su madre, soñó con esos mismos tres hombres que obligaban a escribir algo a su padre.

"-Escribirás lo que nosotros te digamos o mataremos a tu mujer y a tu hijo menor."

Le llegaban visiones bagas de la escena, que no conseguía recordar a la perfección, y por un momento imaginó que esos tres hombres de negro, estaban justo detrás suyo.

Se giró para comprobar que sólo eran imaginaciones suyas, cuando descubrió que era completamente cierto. Iba a gritar por el susto, cuando uno de ellos la tapó la boca con un pañuelo con alguna sustancia química que la hizo perder el conocimiento. Pudo soltar un gemido de horror antes de caer inconsciente.

Brian, en su habitación, lo oyó y salió a ver lo que pasaba. Pero cuando abrió la puerta y vio a Mery tirada en el suelo junto con esos tres grandes hombres a los lados, quiso cerrar la puerta y encontrar a sus padres. Fue demasiado lento, y un hombre hizo que siguiera exactamente el camino de su hermana.

-Vámonos, el señor nos espera.

Cogieron los dos cuerpos y salieron allí lo más rápido que pudieron, sin dejar rastro alguno.

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⏰ Última actualización: Nov 26, 2015 ⏰

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