Llegamos al campo de rugby, y dado que yo no podía entrar por las gradas, entramos por el pasillo de los vestuarios y nos hicimos a un lado del césped.
Desde ahí pude ver a Tayler y a sus compañeros. Todos de la universidad de derecho, y por lo tanto con la equipación negra y azul que les correspondía.
Cuando Tayler me vio, le dio una palmadita en la espalda a un compañero y se dirigió hacía mi.
- Hola Lay.
Se quitó el casco y el protector bucal, dejando ver su cabello totalmente revuelto y mojado por el sudor del entrenamiento.
Vanesa carraspeo a mi lado, y sabía lo que significaba eso.
"¿Es este?"
Yo asentí levemente para que solo ella se diera cuenta y como respuesta, Van se acercó un poco más a mi y me dio tres toquecitos en la espalda. Lo cual traducido significa:
"Perfecto"
- Bueno pues creo que yo me voy, tengo prácticas en la facultad. - miró su reloj como si fuera el fin del mundo y se fue corriendo.
Tayler, un poco confuso, enarcó una ceja y señaló en la dirección en la que se había ido mi amiga.
- Déjala, es así a veces.
- Bueno es saberlo.
Se dirigió hacia la primera fila de las gradas a por su bolsa de deporte y yo lo seguí.
Se quitó la camiseta delante de mis narices.
Flipo
¡Para algo hay vestuarios!
Se quitó las protecciones que había ocultado bajo su camiseta y las guardó. Yo todavía seguía con los ojos como platos.
- ¿Sabes que hay vestuarios?
El se giró a verme y me dedicó una sonrisa con sus perfectos dientes blancos mientras a mi casi se me desencajaba la mandíbula. Tenía el torso muy tonificado y unos abdominales muy marcados.
Desearía ver mi cara de parguela en estos instantes.
-Solo me cambio la camiseta- respondió poniéndose una nueva blanca. Me guiño un ojo.
Puse los ojos en blanco y gire mi silla hacia la salida gruñendo por lo bajo un "idiota".
No tardó en alcanzarme y frenar mi silla desde atrás. Alzó una mano en el aire y gritó muy contento.
-¡A la biblioteca! - y me llevó lo más rápido que pudo por los pasillos del interior del campo hasta la entrada.
- ¡Frena! ¡Me voy a caer! - frenó la silla poco a poco para que no saliera volando y empezamos los dos a reír. - ¿Pero que te ha dado?
- Pensé que sería divertido.- me dedicó otra sonrisa y ya fuimos más tranquilos a la biblioteca de la facultad.
Una vez allí nos pusimos en una pequeña mesa en el centro de un gran círculo de estanterías repletas de libros.
Ese era uno de mis paraísos.
Estar rodeada de libros para mí era, es, y siempre será maravilloso.
Un refugio, un lugar donde cada historia es un mundo y cada libro te inspira de una manera diferente.- Bueno y ¿sobre que tenemos que debatir?- preguntó Tayler tamborileando la mesa con los dedos.
Saqué la lista que nos dio el Señor Locky para elegir el tema y comencé a leer las opciones.
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Historia sobre ruedas
Teen Fiction¿Cómo estarías si de repente todo cuanto amas y aprecias se ve afectado por una mala decisión que ni siquiera era tuya? ¿Si todo cambiara en cuestión de minutos, por una estupidez? ¿Y si esos cambios te hicieran darte cuenta de la cruda realidad?