39. No todo es siempre perfecto.

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Las semanas pasan más rápido de lo que parece y la situación comienza a complicarse entre todos. El fin del verano ya está próximo y con él, el comienzo de la universidad para todos. Pero antes de eso, los sucesos que están ocurriendo, son tremendamente inquietantes, por algunos casos, ya que corren rumores acerca de que Carlos y Helena siguen viéndose de vez en cuando, pero también corren otros, en los que dicen que Helena también se ve con Rodrigo, suponemos que para intentar hacer un trato con él y que deje en paz a su hermano, pero también a Carlos. Y eso, es algo que Rodrigo no considera oportuno.

El enfado del jefecillo de la banda, es todavía bastante grande, ya que no puede creerse como alguien como Helena, después de todo lo que ha pasado, siga queriendo perdonar y volver con Carlos. ¿Celoso? Es posible.

Lo que sabemos con seguridad, es que no le gusta demasiado oír que se siguen viendo. Así que, en una de sus quedadas con Helena, ella acude a regañadientes, pensando que quizá puede conseguir algo. Sin embargo, le sorprendieron las palabras con las que le brinda su "querido amigo" Rodrigo.

— No quiero que te acerques a él. —Determina él con dureza.— Ni mirarle, ni hablarle. Nada.

— ¿Qué? —Pregunta entre molesta y extrañada ella.— ¿De qué vas?

— ¿Quieres que no vuelva a hacerle nada y que deje a tu hermano en paz? Entonces, sigue con tu vida sin él. Y tampoco sabrás de mí.

Ella no puede evitar dudar de su propuesta, pero entonces, lo ve más o menos, claro. Quiere que le repudie de nuevo, porque así, solo le quedará la opción de que vuelva con Julia. O con otra, pero otra que no sea ella, que ya había causado muchos quebraderos a la ex novia loca. Lanza un profundo suspiro y asiente ligeramente con la cabeza.

— Te alejas de ambos y yo no volveré a mantener el contacto con Carlos.

— Ese es el trato. —Confirma él y entonces, se encoge de hombros.— De lo contrario, es posible que Sara se entere de ciertas cosas.

— Sara no se va a enterar de nada. —Le espeta ella mientras se da media vuelta y se va por donde ha venido.

La rubia vuelve a su casa pero una vez que llega a su puerta, se encuentra con un Carlos, que sentado espera su llegada. Ella al verle, no puede evitar respirar hondo y dentro de su cabeza maldecir a todo el mundo que se le ocurre. No esperaba tener que empezar a ignorarle nada más hacer el trato. Casi parece algo preparado por Rodrigo, a modo de prueba.

— Helena. Te estaba esperando...

— Bueno, eso ya lo veo. —Afirma ella, encogiéndose de hombros, aparentemente indiferente y saca las llaves para abrir la puerta con tranquilidad.

— No estoy seguro de que haya hecho ilusión que haya venido a verte.

— Es que, tengo muchas cosas que hacer. No es buen momento. —Dice ella mientras entra y se coloca de manera que tapa los huecos de la puerta con su cuerpo.— Así que, ya hablaremos.

— ¿Pasa algo?

— Básicamente... —Por unos segundos, se plantea si contarle la verdad. Pero entonces, sabe que le dará todo igual y estropearía el trato. Lanza un profundo suspiro y definitivamente, hace lo que peor se le da. Mentir.— No quiero verte más, Carlos.

— ¿Qué?

— Ya me has oído. No quiero seguir viéndote, ni nada de eso. Quiero que desaparezcas de mi vida, porque ya lo he pasado demasiado mal por tu culpa y como espero que entiendas, necesito empezar a ser feliz. Algo que contigo, está claro que no puedo. Así que, abandona tu lucha estúpida. Vuelve con Julia, o con cualquier otra, pero olvídate de mí.

Bajo vigilancia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora