Dejo los ojos fijos al otro lado de la habitación, pero sin ver nada realmente. Sujeto la almohada entre mis brazos y la abrazo con fuerza al recordarlo. Las lágrimas me atacan de nuevo y siento mi cabeza palpitar. Me está matando. Escucho a alguien entrar a la habitación, mas no le tomo el mínimo de importancia.
"Hola, cariño." Es Cindy, mi enfermera.
No respondo, ni siquiera doy señal de vida.
"¿Qué tal si tomamos un poco de aire fresco hoy?"
Pensé que dejaría de venir una vez que mis heridas sanaran, ahora que Frank me ha tachado como depresiva clínica, viene todos los días a asegurarse de que aún respire.
"No sales de tu cama más que para ir al baño."
Limpio mis mejillas con la tela de la almohada y me enderezo lentamente. Me recibe con una tierna sonrisa, la misma de siempre. A veces extraño a la otra, la del cabello corto y cuerpo corpulento, pero Cindy es como una chica de mi edad, o más bien de Andrew. Casi como una hermana mayor.
"¿Quieres salir?" Niego con la cabeza "Y, ¿qué tal un poco de charla?" Bajo la mirada "Bien... ¿Quieres escuchar algo de música?" Uno los ojos con los suyos y sonrío "Lo sabía."
Camina hasta el estéreo que está al otro lado de la habitación.
Veo como busca entre todos los discos que ha traído de su casa, y no logro evitar preguntarme si él escucha los que le regalé en Navidad.
"¿Qué tal Coldplay?" Los adoro, pero no podré hacerlo.
Niego con la cabeza. Su recuerdo me tortura. Suspira.
"¿Qué tal Ed Sheeran?" Asiento.
Me encanta. Tal vez su tranquila voz sea lo que necesito para superar este día. Aunque no lo he logrado con el anterior, ni el anterior a ese, o el de hace una semana. La suave melodía de la guitarra empieza a sonar y camina hasta quedar a mi lado de nuevo.
"¿Necesitas algo?" Asiento "¿Otra píldora para la cabeza?" Sonrío y me mira de forma dura "Sabes que no te hacen bien." Ruedo los ojos "Si eso es todo... te dejaré descansar." No respondo.
La veo hasta que desaparece en la puerta. Me recuerda mucho a Andrew. Relajo mi cuerpo sobre la almohada de nuevo, con la cabeza volando mientras escucho las hermosas letras de Ed Sheeran. Alguien le rompió el corazón. Pues solo alguien con el corazón roto puede escribir canciones tan llenas de amor y dolor al mismo tiempo. Y es como si escuchara todo lo que pasa por mi cabeza, día y noche. Me llevo la mano al pecho, y tomo con mi dedo índice y púlgar el elefante dorado. Seguido de la pequeña estrella que me asegura que todo pasó. No fue un sueño. No fue otra de mis locuras.
Veo el reloj que está en la pared, olvidé como leerlo, así que solo veo la aguja darle vueltas una y otra vez, hasta que cambia de número repetidas veces, y veo el color del cielo cambiar. Ya no hay nieve, de eso estoy segura, pero del resto no tengo idea. No recuerdo la última vez que vi a mamá, o recibí noticias de ella. Andrew dijo que vendría hoy a verme, pero estoy casi segura de que ya se cansó de la chica depresiva. Ni siquiera hablo con él. ¿Quién querría estar conmigo de todas formas? Ruedo en mi lugar hasta llegar a la orilla de la cama. Jamás me había sentido tan vacía.
El disco vuelve a repetirse por milésima vez y decido detenerlo. Pongo un pie sobre el suelo, y luego el otro. Está frío. Camino de forma lenta hasta el estéreo y lo apago. Estoy segura de que memoricé todas sus canciones. Me quedo congelada en mi lugar, sin idea de que hacer. No quiero volver a la cama. El cuerpo me duele de estar en ella. Voy hasta la ventana de madera y me maravillo con la hermosa vista del tercer piso. Puedo ver casi toda la ciudad desde aquí. Cubierta por los pinos y cielo azul. Las flores del jardín han crecido de nuevo, y el grupo de ancianos puede volver a hacer ejercicio con las enfermeras. Sonrío de forma inconsiente al verlos agitar los brazos repetidas veces, hasta que mis ojos captan un enorme roble que está lejos de todos.
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MADNESS - Harry Styles
Fanfic"Porque, de lo que sea que estén hechas las almas, la suya y la mía son la misma."