CAPITULO 4. MOMENTOS.

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No podía parar. Quería hacerme creer a mi misma que no era real, que eso que ella me hacía sentir no era más que una ilusión, pero no podía. Empecé a engañarme a mi misma, pues sabía que por muy fuertes que se fueran haciendo mis sentimientos por ella no llegaría a nada, así que prefería pararlo en ese momento. Olvidarme. Y si hacia falta dejar de hablar con ella el tiempo necesario para conseguir verla como alguien más.
Pero a quién quiero engañar, tenía algo que me enganchaba. Y aunque empecé a pensar todas las cosas malas que la había visto hasta entonces, en el fondo no veía ninguna. Acciones sin importancia que en el fondo no forman parte de ella. Pero eso, en ese entonces funcionaba.

Después de aquella quedada, declaró a los demás del grupo de ese día que quería que yo también estuviera en el grupo. Así que me metieron.
Iba a todas o casi todas las quedadas que se hacían, estaba a gusto con esa gente y me divertía.
Pero a veces, cuándo tenía un mal día o no me encontraba del todo bien, iba única y exclusivamente para estar con ella. Los demás en esos días me daban igual, sinceramente. Pero eso cambiaba con ella, me dijo que estaba pillada por otra que estaba en el grupo.
Otra de las razones por la que decidí olvidarme.

Pero eso no bastaba. Me sentía siguiendo igual. Cada vez estaba más y más enfadada conmigo misma, no lo entendía. O más bien, no lo quería entender.

Me convencí poco a poco de que sólo me atraía. Y ya. Pero yo en el fondo sabía que no era así, no sólo me atraía.

Se lo conté a mi mejor amiga, Ari, la expliqué mis sentimientos hacia Emos, quería saber opinión de alguien. De alguien en quién sabía que podía confiar.
¿y cuál fue su respuesta? Una sonrisa y un "por intentarlo no pierdes nada".

Y tenía razón. Pero no quería, no quería molestarla, ella tenía su vida y yo la mía. Y tampoco creía que quería que estuviera en su vida, de eso era de lo único que estaba segura.
Pero intenté ignorar los malos y buenos pensamientos hacia ella, y simplemente hacer que no se pasara por mi mente. Era lo mejor. Era lo .... Mejor.

Un día, en una de las quedadas, decidimos ir al río.
Nos pusimos debajo de un puente y dieron la idea de jugar al rey manda.
A todos nos parecía bien, así que sacamos la baraja para jugar.

Emos dijo que después de jugar quería meterse al río. La encanta el agua, y a mi me encanta verla en el agua. Y de nuevo a todos nos parecía bien. De hecho, no sólo se metió ella, la acompañamos una amiga con la que estaba a lío, Ari, y yo.

Ari y yo empezamos a jugar con el agua, hacia muy buena temperatura, así que no nos importaba meternos y mojarnos. Pero lamentable fue el momento en el que decidí girarme para mirarla. Se estaba liando con la otra chica mientras jugaban con el agua.
Sentí que el corazón me dio un vuelco, pero a la vez, me dio lo único que necesitaba para conseguir olvidarme de ella. Cuando mi mejor amiga lo vio, me sugirió que se lo contara. Y así lo hice.

En realidad fue muy estúpido. Porque hablamos por whatsApp estando como mucho a cinco metros. Ya que ella decía que tartamudearia si lo hablábamos cara a cara.

Después de nuestra larga conversación ella siguió estando mimosa con la otra chica, pero ya no se liaban, punto positivo... Supongo.
Yo no sabía como sentirme, sabía que no la había sentado del todo bien que se lo dijera, y me arrepentí de hacerlo. Empecé a pensar en la posibilidad de que ese pequeño gesto lo cambiara todo...

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BESICOS GAYS!!!

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