Es hora del show | Reverse Falls | One-Shot

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Ambos gemelos caminaban a la par, él varón con libro en mano, que en la tapa tenía el dibujo de una mano dorada con seis dedos, con el número dos en el. La gemela llevaba con ella unas cadenas que iban desde su mano derecha hasta terminar en un demonio, de un color azul, con forma triangular y un solo ojo, ese unico ojo estaba lloroso. Él demonio iba detrás de ellos levitando. Ella caminaba con calma y gracia, causando que sus tacones hicieran un leve golpeteo contra el suelo de madera, demostrando elegancia, mientras que contoneaba sus caderas al caminar.

Ambos caminaban por un pasillo oscuro y de fondo, a lo lejos, se podían escuchar gritos, sollozos y personas pidiendo clemencia. Esa era una de las cosas que le podía sacar una sonrisa al gemelo menor, el saber que lo que se habia propuesto, junto con su gemela, se hizo realidad frente a sus ojos... Era fantástico.

Mabel, la mayor de los gemelos, se carcajeó un poco, esos tipos de sonidos para ella eran muy placenteros, aún más cuándo sabía que habia sido gracias a ella y su gemelo, Dipper.

-Esos monstruos están siendo muy riduosos, ¿No es así, Dipp? -Dijo Mabel a Dipper con una sonrisa. Su gemelo respondió con un simple monosílabo. Pero a ella no le importaba, ya estaba acostumbrada.

Llegaron al final del pasillo, deteniendose frente a una puerta vieja con una que otra telaraña.

Dipper tomó el picaporte y abrió la puerta, haciendo que un poco de polvo saliera, pero ninguno de los dos cambió su expresión seria. Él varón dejó entrar primero a su gemela, seguido de ella y el isósceles azul, él entró. Detrás de este, la puerta se cerró.

Ya en la habitación, ambos gemelos inspeccionaron su alrededor con la mirada y lograron encontrar lo que deseaban con ansías. Miraron el armario y rápidamente Dipper lo empujó, dejando ver que detrás del armario habia no solo una pared, sino también un dibujo en ella, un dibujo hecho con tiza y lo que parecía ser sangre. El dibujo era un perfecto círculo con símbolos que iba desde el piso hasta el techo. Mabel sonrió satisfecha, allí estaba. Dipper hizo lo mismo, solo que más discreto. Allí, frente a ellos, estaba lo habían buscado por años. ¿Quién diría que estaría en la choza de los Pines?

-Al fin, Dipper... ¿Deberiamos ir hoy? -La chica soltó una risa maliciosa. -Me gustaría ver como son, como somos. Oh espera, ¿Sabes que sería mejor? Ver la cara de sorpresa de todos los idiotas, que luego cambiarán a una de horror.

-Lo sé, al fin. Y si... Hoy es el día, Mabel. -El chico le contestó a su gemela con una sonrisa de lado, una sonrisa maliciosa, la larga búsqueda había dado sus frutos.

Él triángulo seguía sin decir nada, pero su único ojo comenzó a soltar lágrimas.

-¿Porqué lo hacen? Ya tienen todo aquí... ¿Porqué? -El demonio por fin habló, pero su voz sonaba apagada y deprimida. Dipper decidió no responder, ni siquiera se gastaria en responderle al, ahora, insignificante Will Cipher. Sin embargo, Mabel lo hizo.

-En realidad, ¿Porqué no? ¿Porqué no tener más? ¿Acaso no sería genial tener poder sobre todo ser viviente? -Le respondió Mabel a Will, luego de dar una risa cínica. Pensar en todo el poder que podrían tener sobre los demás le parecía increíble. El isósceles azul no volvió a hablar.

Dipper y Mabel se posicionaron uno junto al otro. El menor de los hermanos, por solo cinco minutos, abrió el libro en la página indicada y junto con su hermana, recitaron las palabras pedidas para poder reabrir tal portal. Al terminar de decir la última palabra, los tres fueron testigos de como el suelo comenzaba a temblar y en la pared se hacia visible una grieta, la cuál iba aumentando de tamaño con rapídez, cuándo parecía que todo había parado, la grieta se abrió de repente, se había transformado en un agujero, que al otro lado dejaba ver un verde y frondoso bosque, con todo tipo de sonidos silvestres.

Ambos gemelos permanecieron callados, el triángulo estaba anonadado, los verdaderos monstruos lo habían conseguido. De la nada, Mabel comenzó a reírse, Dipper estaba más que satisfecho, mostrando su dentadura con una sonrisa de lado.

Ambos gemelos hablaron al mismo tiempo, como ya sabiendo lo que diría el otro.

-Es hora del show.

Será tan divertido arruinar otras vidas. Y con eso dicho, ambos, junto con Will aún encadenado, cruzaron el portal. Detrás de ellos, el portal se cerró.

Es hora del show | Reverse Falls | One-ShotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora