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El frío de aquel invierno sombrío, me hizo recordar muchas cosas de mi vida, he sido una mujer arrogante y fría, cuando niña me sentía bisexual, hice muchas cosas y probé muchas, pero todo eso ya pasó ahora soy una mujer casada con un hombre adinerado y tengo dos hijos pero no me siento satisfecha con la vida que tengo, me aburren los días iguales, me desalienta tener que criar niños ( los amo pero me agotan y me succionan la vida y la sensualidad de mujer que ya la he perdido) , bajo a la cocina para hacer la cena y en ese momento suena el teléfono, resulta que me llama un ex compañero de la carrera de psicología de la Universidad, Tomas Rivera, este hombre del cual me enamoré inocentemente en mis tiempos de universitaria me dijo que estaba aquí en España y que pasará por Santander, pues quedamos de vernos mañana a las 10:00am. Cuando cuelgo me doy cuenta que se estaba quemando el pan, me enerva que siempre me pase lo mismo, soy algo distraída.
Llamo a los niños para comer, el menor (Cristóbal) baja corriendo las escaleras y el mayor (Matias) baja lento y desganado, aquello me llama profundamente la atención y le digo que se acerque para que me explique que le pasa,
luego de 5 minutos de silencio me cuenta lo que pasó:
-mamá el inspector del colegio me castigó porque me vio besar a un compañero en el patio, a la hora del receso-
Yo no sabía que mi hijo de 17 años era homosexual, no emito ningún gesto y no digo ni una sola palabra hasta que el termine de contarmelo todo, lo único que supe decir fue :
-hubiera preferido que me lo hubieras contado antes y no ahora que me citaron de tu colegio por ello-
acepto a mi hijo y lo amaré por siempre, yo cuando adolecente fui bisexual y sí lo disfruté pero eso es otro tema, no hago mas que abrazar a Matías y decirle que lo amo y lo entiendo y que nunca piense que no lo apoyaré, él me pide callar frente a su padre sobre esto pues yo le dije que no le diré nada y que el se lo diga cuando se sienta cómodo y tranquilo de decirselo, tomamos once y luego salí con Matias y Cristóbal de compras.

Al día siguente voy a dejar a los niños al colegio y hablo con el inspector, me citó a mi y a la madre del probable novio de mi hijo, bueno ella estaba furiosa, me dio pena su situación pues no entendía a su hijo lo lamenté por el otro niño.
Salí apurada porque tenia mi cita con mi ex compañero o mejor dicho ex novio Tomas , fuimos a un café...
Llegué un poco atrasada y distraída por la noticia de mi hijo, pero lo vi a él con su cara de inocente y su mirada profunda de la cual me enamoré, solo lo saludé y le di un beso en la mejilla y el me dio un abrazo cálido que me eriza la piel de esos que no sentía con mi marido ya hace años, conversamos por mucho tiempo de cosas pasadas era una conversación muy grata pero me dice algo que cambiaría mi vida
-no he dejado de pensar en ti durante etos 20 años, esas noches llenas de pasión que eran eternas llenas de gemidos , susurros y cosas nuevas, tengo 45 años con una familia establecida pero feliz no me siento sin embargo ver a ti siento que se a llenado un espacio vacio en mi vida que ninguna otra mujer a podido llenar desde que nos dejamos-
Quedé perpleja porque al parecer, siento lo mismo que él

ErikaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora