Regresando, notamos que ya había gente sentada en algunos pupitres, por lo que bajamos las revoluciones. Pasamos directamente a nuestros asientos. Bueno, en realidad, yo pasé al mío y JungKook al que se autodesignó.
Cada vez que una chica entraba al salón, nos dedicaba una mirada. También durante la clase. A la que, por cierto, él prestaba mucha atención. Opté por imitarlo.
Todo resulta tan sencillo. Es cosa de usar la lógica. "¿Qué es lo más aceptado socialmente?" y lo aplicas. Ya está.
Ahora, me siento capaz de eximirme Protocolo I. Es más, iré a dar la prueba.
Sonó el timbre que avisa el término de una hora, y da paso al descanso. Este es mi momento. Me levanté rápidamente y salí de la sala. Decidida, me dirigí al consejo de docentes a consultar por la prueba. Ellos accedieron a evaluarme y aprobé en un 100%.
De no haber tenido tan buen compañero de puesto, esto no hubiese sido posible. Se lo debo a JungKook. Debería pensar en algún modo de agradecerle. Son cuatro horas semanales libres a partir de ahora, durante seis meses.
Abrí la puerta de la sala y, curiosamente, me encontraba a 2 metros de distancia (asiento-asiento) con Kook. No estoy realmente segura de si eran 2 o 3 centímetros de separación, pero podría jurar que antes de salir no había un cruce peatonal entre nosotros.
Se encontraba completamente asfixiado en mujeres, literal. Justo como en un corral. Pasé rodeando a la multitud en busca de mi lugar. Cuando llegué, ni mi mochila ni mi celular estaban.
– Dios, no puedo perder ese teléfono, ¡no tendré dinero hasta en 4 semanas más!– Pensé, desesperada.
Comencé a revisar todos los posibles lugares en que pudieron dejarlo. A propósito o no. Sonó nuevamente el timbre. Ya debíamos cambiar de salón para la siguiente clase, pero JungKook no pareció notarlo.
– Disculpen, ¿podrían dejarme pasar?, necesito...
– Toma tu turno. – Me, básicamente, escupió una de ellas, sin siquiera voltear.¡¿Que tome mi turno?!
– No es un FanSign, es un salón de clases. Así que quítate de en medio, si no quieres que yo te mueva.
Todas se me quedaron viendo. Al alejarse de él, pude verlo. Estaba recostado sobre mi mochila, escuchando música de mi celular. ¿Bromeas, JungKook?
La amable chica de antes, seguía frente a mí, estorbando. La miré. Se apartaron. Me parece... Eso es, aléjense, un poco más. Ahí están bien.
– Niño.
Levantó su cabeza, y se despeinó un poco con las manos. Parecía sacado de uno de esos comerciales de shampoo. Nos hacía propaganda en vivo y en directo. Imaginé una brisa pasar luchando contra el brillo y sedosidad de su cabello. Perdiendo, desde luego.
– Correcto. Estabas imponiendo respeto, no lo olvides. – Dijo la vocecita de mi conciencia.
– Hey, despierta ya. – Toda la rudeza de mi voz había salido a dar un paseo. Más di la impresión de que le rogaba.
– Hey, hola. – Sonrió. Se oyeron suspiros a mi espalda. Venga, JungKook, coopera un poco, que así no puedo.
– Hola, te hablo desde Corea del Sur. ¿Sabes?, el profesor de cálculo llega en menos de... – Miré mi reloj.– 20 segundos al edificio de enfrente, ¿podrías devolverme la mochila? – Dije con cara de asesina serial.
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A good cook (JungKook y _____) PLAN M
Fanfiction_____ es una chica trasladada desde (tu país natal) a Corea del Sur. Todo aquí parece ser de lo más prometedor hasta que, en su primer día de instituto, con su amiga reciben una increíble noticia.