Hambre de carne

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Comencemos con las presentaciones, me llamo Ana Carrasco. Una contaminación de agua, conducida por una bebida mal experimentada, agredió a nuestra ciudad.

Todo ser vivo que consumiera aquella agua quedaría contaminado, de tal forma que sus tejidos corporales acabarían destrozados y engullirían la única carne que no podría deteriorarles, al no estar infectada de ningún tipo de contaminante perjudicial.

La mayoría de el agua ha sido purificada, con un esencial. La mayoría de las casas poseen tablones en puertas y ventanas, y la única vez que ausentamos de las casas, es porque necesitamos comida, no tenemos armas, o no tenemos munición. Por suerte en casa tenemos de todo, y no nos hace falta salir...por ahora.

Tengo una familia, no es numerosa, lo que es un gran favor. Mi madre, es bastante tranquila. Mi padre, es muy bueno en las armas, eso da una buena ventaja. Un hermano pequeño, al que adoro, y también estoy yo. En la casa de enfrente, vive mi mejor amiga, Esther García.Era una persona muy cariñosa, y aunque le costaba admitirlo un poco histérica.

Estaba encerrada en mis pensamientos, porque mi hermano pequeño estaba durmiendo y mis padres en la cocina, se podría decir que no había nada mejor que hacer.

-¡Se acercan a la ciudad, protegeros correr!-Se olló un grito, mi hermano bajó queriendo las escaleras.

-¡Papá, Mamá, que hacemos!-Me mordí las mejillas internas con miedo.

-Subid a la parte de arriba de la casa, y no os mováis un pelo.-Movió la cabeza a un lado mirando la puerta.-Ahora subimos nosotros.-Prosiguió mi madre.

Cogí la mano de mi hermano, y subimos corriendo al ático de la casa.Me paré un momento en las escaleras.

-Carlos sube, ahora voy yo, no te preocupes cariño.-Le miré a los ojos, le dí un abrazo y fui camino a la cocina. Miré los tipos de cuchillos que estaban colgados en la cocina.Cogí el más grande de todos y subí al ático.

Mi hermano estaba en el rincón junto con el gato, me acerqué arrastrando los pies de forma continua, me senté a su lado y lo abracé.

-¿Por qué, nos tubo que pasar a nosotros?-Pregunto y me miró a los ojos.

-No lo se cariño...-Contesté yo de forma ida.

-Chicos, correr han entrado en casa, correr.-Gritó mi padre.

Cogí la mano de mi hermano, abrí la ventana de el ático y salimos.

-Salta Carlos, no te va a pasar nada malo.-Grite y dirigí mi mirada a la suya.

Saltó, calló en mis brazos. Crrí con él y con la pistola vieja que me había encontrado en el desván.

Mi única preocupación era que nosotros saliéramos ilusos de aquella maldita desgracia

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⏰ Última actualización: Jun 17, 2013 ⏰

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