Querida...

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Hace poco tuve una ruptura, el en verdad era el amor de mi vida, recuerdo cada instante con el. Hoy te veo sentada en la oscuridad de la habitación, con tus ojos hinchados y ninguna expresión en tu rostro, me acerque lentamente y me senté a tu lado, no notaste mi presencia,supe que tus lágrimas eran por aquel chico que días atrás te llenaba de alegría y te acompaña en aquellos momentos de felicidad, sin preguntarte nada de lo sucedido, te abrace.

Sabes recuerdo bien lo que me sucedió hace poco, conocí a quien ame y me acompaño en esos grandes momentos, por desgracia nuestra historia termino y ese día me aferre fuertemente a la soledad, ese día tome de la mano a la tristeza y continúe mi vida, todas aquellas amigas que prometieron estar ahí, notaron mi tristeza y mis constantes episodios de alejamiento. Por desgracia ninguna de ellas estuvo ahí cuando caí en el fondo de la amargura, ninguna amiga me abrazo fuertemente, ninguna amiga me pregunto como me encontraba o como me sentía después de perder lo que mas amaba, ninguna decidió compartir una tarde conmigo para evitar que yo revisaré el perfil de aquel chico o tan solo para hacerme reír por pequeños momentos, ninguna de mis amigas escucho la historia completa de la estúpida pero grandiosa historia de amor que experimente, ninguna me vio llorar con la intensidad en que lo hice, ninguna lo hizo y ninguna lo hará, tome la decisión de alejarme de todos y aislar me de todo lo que en algún momento considere malo, me encerré noches enteras en mi habitación, permanecí madrugadas despierta esperando una paz interior que aun no logro hallar, y así permanecí varios meses en constantes apagones de sonrisas y abundantes melodías que me olvidaban de mi soledad, ninguna de ellas incluyendote a ti estuvo ahí para sacarme de lo que llamaba depresión, ahora entiendes que extrañar a alguien que amas y sentir su ausencia no es algo con lo que se pueda lidiar con facilidad, por suerte ya pase por eso y supe que es la debilidad, se como te sientes y que ocurre en tu mente, se como lo extrañas y se como te aferraste al amor que te prometió.

Querida, te invito a tomar mi mano, a pasar tardes enteras junto a mi comiendo helado y viendo películas románticas, si tenemos suerte tomarnos unas cuantas copas de vino y reírnos de aquellas desgracias, te contare chistes, haré monerías y bailaremos en pijama por toda tu casa sin importar lo que digan los vecinos, y así sera te acompañare para llorar contigo y abrazarte fuertemente, espantando a la soledad. No permitiré que caigas en el precipicio de la tristeza y te hundas en el rencor que yo viví, al aferrar me a algo que creía eterno.

AmigaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora