Capítulo 13

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LEO


La habitación olía a cerrado pero se aguantaba perfectamente. Había un depurador de aire que funcionaba y eso hacía que todo estuviese más o menos limpio. Una cama de matrimonio estaba pegada a la pared con una mesita de noche blanca que tenía dos marcos de fotos. Me senté en la cama y cogí la primera fotografía con una sonrisa, éramos Helena y yo de pequeños, una manguera de agua nos mojaba y ella estaba enganchada a mi cuello, ambos teníamos la boca abierta y los ojos cerrados, sin duda una imagen preciosa. La segunda fotografía era de la familia de Helena con la mía de pequeños también. Nunca negaré la feliz infancia que tuve al lado de los Ferragni, me habían cuidado como a su propio hijo al igual que la mía cuidó de Helena cuándo sus padres no estaban.

Alcé la vista y vi un pequeño escritorio que tenía una pantalla grande y un ordenador portátil. Me levanté de la cama y vi que encima del teclado del ordenador había un sobre grande que ponía: Papá, Mamá, Fabio y Leonardo. Lo cogí y me fijé que debajo de él había dos CDS uno ponía mi nombre y el otro el de Fabio, dudé durante un segundo en ver el que iba dirigido a él, pero seguramente Helena se enfadaría si lo hacía y decidí que se lo daría personalmente. Recorrí la pequeña habitación y no vi nada más importante, ropa, algún libro y nada más. Cogí los cds, el sobre grande, el portátil y cerré la puerta de nuevo. Salí de la habitación de Helena cerrando con llave su puerta y bajé hasta el despacho de Riccardo. Entré llamando a la puerta y la abrí un poco.

- Pasa Leonardo - dice Riccardo, mira hacia mis manos y frunce el ceño - ¿ Qué es eso ?

- Estaba en la habitación secreta de Helena, pone nuestros nombres, el de Elsa y el de Fabio - digo mirándole fijamente al decir ese último nombre.

- Llámale, si Helena quería que estuviese aquí, lo estará.

Llamo a Fabio y responde enseguida.

- Ya tengo lo que había en la habitación del pánico de Helena, tienes que venir para ver un vídeo - digo en un tono seco, a saber que le dirá Helena en el.

- Ahora mismo voy.

Corta la llamada y me siento a esperarle en el despacho de Riccardo.

Media hora después Fabio llega y se sienta a mi lado, Elsa se sienta a su lado y coge su mano. Supongo que para demostrarle que sigue queriéndole.

- Bien, pongamos ese vídeo - dice Riccardo mientras le da al play.

Se ve la habitación en la que acabo de estar y aparece Helena sentándose. Debe de tener quince o dieciséis años.

- Hola - saluda con la mano tímidamente, Elsa suspira al ver a su hija y yo aprieto el puño con fuerza, verla me volvía loco, quería tenerla entre mis brazos y no dejarla marchar nunca.

- Bueno, he decidido hacer este vídeo porque sin querer evitarlo, Papá te escuché decir que todos estábamos en peligro - típico en ella escuchar a escondidas, pero quién era yo para decir eso si era igual - No me enorgullezco de que seas un...mafioso - esa palabra la dice en un susurro - pero eres mi padre y te quiero por encima de todo.

Riccardo carraspea, supongo que se está emocionando al ver a su hija.

- Se que quieres que herede tus negocios papá, pero no los quiero, me interesa mucho la empresa pero no los casinos. Quiero ser conocida por algo que yo haya logrado, quiero estudiar medicina, quiero que mamá y tú estéis orgullosos de mí, quiero ser reconocida por ser una gran doctora que ha descubierto algo importante para el mundo - suspira y vuelve a mirar hacia la cámara - quiero formarme yo misma. No sé si entendéis lo que quiero decir o no...

Lealtad (Crónicas de la mafia #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora