Capítulo 2: Amy Carter.

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-¡¡¡DESPIERTA!!!

Fue lo que sentí en todo mi oído, y luego el piso frío.

-¡¡NO SOY SORDA!! -Le respondí de la misma forma.

-No despertabas, ¿Qué querías que hiciera?

-Despertarme con más cariño.- Respondí levantándome.

-¡Oh!, se me olvidaba. Ten, esto es para ti.- Dijo tendiéndome una caja.

-¿Qué es?- Abrí la caja lentamente hasta encontrarme con una pequeña bola de pelos viviente color negro.- ¡Un gatito!- Exclamé, ya que amo los gatos.

-Para subir un poco el ánimo.- Dijo sacando al gatito y pasándomelo delicadamente.

-Es.... Hermo...-dije acariciándolo. Veo el reloj de reojo.- ¡¡Corcholis!! Las 7:30, voy tarde...

Le pasé el gato a ella. Luego de que Val y yo nos ducháramos y vestimos,  tomamos nuestras cosas, unas manzanas y nos fuimos al liceo.

YA EN EL LICEO:

Íbamos llegando a nuestras respectivas aulas cuando nos detienen unas chicas y todo se vuelve negro.

-Oh, perdona, no encuentro mis lentes.- Dijo burlona haciendo como que no ve nada.

-Samantha.- Dije furiosa fulminándola con la mirada.

-Si te metes con ella, te metes conmigo.- Dijo Val arremangándose las mangas y poniéndose delante de mí.

-Ay miren que miedo tengo.- Dijo y luego soltó una gran carcajada.

-Ahora si que te las vas a ver, ¡perra!- Y soltó su puño sobre la cara de Sam.

Agarré a Val y la tranquilicé.

-Vayámonos Val, tranquila.- Agarré su mano y nos dirigimos hacia el aula.

YA EN LA SALIDA:

-¿Y cuál fue tu castigo?- Solté de una vez.

-Pues... Limpiar el aula por toda la semana.

-Wow que castigo taaaaan grande.- Dije irónica y reímos.

Llegamos a la casa y lo primero que hice fue agarrar al gatito para acariciarlo.

-Tengo un nombre para ti, Liz... Si, así te llamarás.

-Oye, Amy, voy a salir con Dave esta tarde. Llegaré en un rato.

Luego de hacer mis deberes me sentí deprimida, así que, para calmarme, comencé a tocar el piano para tranquilizarme. Sabía que si no lo hacia... Podría acabar muy mal....

YA EN LA NOCHE:

-Brazo.- Le muestro mi brazo.

- El otro.- Le muestro el otro brazo.

- Estómago.- Me levanto un poco la camisa.- Buena niña.

Nos abrazamos por un rato. Al caer en depresión, en la anorexia y cortarme, Valeria fue quien  me ayudó a salir adelante...


Un Destino CruelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora