-¡¡¡DESPIERTA!!!
Fue lo que sentí en todo mi oído, y luego el piso frío.
-¡¡NO SOY SORDA!! -Le respondí de la misma forma.
-No despertabas, ¿Qué querías que hiciera?
-Despertarme con más cariño.- Respondí levantándome.
-¡Oh!, se me olvidaba. Ten, esto es para ti.- Dijo tendiéndome una caja.
-¿Qué es?- Abrí la caja lentamente hasta encontrarme con una pequeña bola de pelos viviente color negro.- ¡Un gatito!- Exclamé, ya que amo los gatos.
-Para subir un poco el ánimo.- Dijo sacando al gatito y pasándomelo delicadamente.
-Es.... Hermo...-dije acariciándolo. Veo el reloj de reojo.- ¡¡Corcholis!! Las 7:30, voy tarde...
Le pasé el gato a ella. Luego de que Val y yo nos ducháramos y vestimos, tomamos nuestras cosas, unas manzanas y nos fuimos al liceo.
YA EN EL LICEO:
Íbamos llegando a nuestras respectivas aulas cuando nos detienen unas chicas y todo se vuelve negro.
-Oh, perdona, no encuentro mis lentes.- Dijo burlona haciendo como que no ve nada.
-Samantha.- Dije furiosa fulminándola con la mirada.
-Si te metes con ella, te metes conmigo.- Dijo Val arremangándose las mangas y poniéndose delante de mí.
-Ay miren que miedo tengo.- Dijo y luego soltó una gran carcajada.
-Ahora si que te las vas a ver, ¡perra!- Y soltó su puño sobre la cara de Sam.
Agarré a Val y la tranquilicé.
-Vayámonos Val, tranquila.- Agarré su mano y nos dirigimos hacia el aula.
YA EN LA SALIDA:
-¿Y cuál fue tu castigo?- Solté de una vez.
-Pues... Limpiar el aula por toda la semana.
-Wow que castigo taaaaan grande.- Dije irónica y reímos.
Llegamos a la casa y lo primero que hice fue agarrar al gatito para acariciarlo.
-Tengo un nombre para ti, Liz... Si, así te llamarás.
-Oye, Amy, voy a salir con Dave esta tarde. Llegaré en un rato.
Luego de hacer mis deberes me sentí deprimida, así que, para calmarme, comencé a tocar el piano para tranquilizarme. Sabía que si no lo hacia... Podría acabar muy mal....
YA EN LA NOCHE:
-Brazo.- Le muestro mi brazo.
- El otro.- Le muestro el otro brazo.
- Estómago.- Me levanto un poco la camisa.- Buena niña.
Nos abrazamos por un rato. Al caer en depresión, en la anorexia y cortarme, Valeria fue quien me ayudó a salir adelante...
ESTÁS LEYENDO
Un Destino Cruel
RomancePrólogo: -No podremos hacerlo... -Yo sé que si, encontraremos la cura, lo sé... Su misión es encontrar la cura...