Capítulo 11

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Era hora de ponerse en marcha. Tenía que llegar al piso de abajo para rescatar el auto del profesor. Corrió por los oscuros y vacíos pasillos hasta que llego a un ascensor y a la par había unas viejas escaleras de madera. Decidió bajar por las escaleras para evitar hacer ruido. Sabía que los ladrones estaban a punto de darse cuente de que ya no estaba en la habitación. Y tenía razón, mucha razón. Cuando estaba a la mitad de la bajada, Sam oyó como uno de los ladrones gritaba:

- ¿Y Sam?, ¿Dónde está Sam?

Luego se escuchó como los demás le seguían la conversación:

- ¡Parece que se ha escapado!- Respondió uno de los secuaces

- ¡A pues, atrapenlo!

Cuando el bandido termino de decir eso, Sam ya estaba en la planta baja dispuesto a llevarse el carro del profesor. Pero no se imaginaba que esto iba a ser muy complicado:

- ¿Pero que...?- es lo único que alcanzo a decir Sam cuando vio a la gran cantidad de autos guardados en esa especie de gigante garaje. Y todos robados. Habían de todos los tipos; autos último modelo, deportivos, 4x4, etc. Y hablando de marcas la predominante era Ferrari con más de una docena de sus modelos, le seguía Porsche, Nissan, Toyota (Sin olvidar a los preciados Bugattis). Pero todos guardaban una característica especial: eran carrazos muy costosos.

Y el auto del profesor no se quedaba atrás; era un Ferrari color negro de gran tamaño y buen aspecto. Un auto deportivo de lujo. En esto pensaba Sam cuando escucho un grito aún más fuerte que los anteriores:

- ¡Quiero que atrapen a Sam y lo asesinen! ¡Demuestren que sirven para algo!

Inmediatamente Sam se puso en marcha, no había tiempo que perder. Encontró el auto del profesor después de buscarlo varios minutos. Como pudo, rompió el vidrio de la puerta delantera y se adentró al auto por ese orificio. Intento recordar cómo se encendía un auto sin las llaves, cosa que le resulto muy difícil. Después de varios minutos de esfuerzo mental, recordó lo necesario como para encenderlo, y empezó a trabajar.

Estaba a punto de encenderlo, cuando escucho pasos que provenían de la escalera y que cada vez se acercaban más. Nervioso intento hacer el trabajo más rápido, y al fin logro prenderlo. Ahora solo era cuestión de echarlo a andar.

En eso estaba cuando oyó la voz de uno de los delincuentes:

- ¡Veo movimiento en el Ferrari negro!

- ¡No puede ser!- pensó Sam quien presentía que ya lo habían descubierto. Y si lo encontraba... ese sería su fin. ¡No!, no iba a dejar que eso ocurriese, lucharía hasta el final, no importaba lo difícil que esto fuera.

Y pensando esto, arranco el auto...

- ¡Ahí esta! ¡Ahí esta Sam! ¡Atrápenlo!- gritaron al unísono los delincuentes, quienes apuntaron con sus pistolas de largo alcance al auto, y dispararon. Pero Sam esquivo cada bala de forma magistral, mientras conducía el auto hacia adelante. Las balas no cesaban, y cada vez pasaban más cerca del auto, entre tanto Sam comenzaba a perder el control. Entonces llego el nuevo jefe de la pandilla, quien apunto con su pistola a las llantas del auto. Pero en el último momento desistió, cuando vio que Sam se quedaba sin camino.

Y es que Sam se dirigía a un choque seguro contra la pared. No había mas camino. Y si frenaba lo matarían. Tuvo que tomar una decisión en segundos. Pensó en su vida, en el Destino, en sus amigos, familiares... Se decidió. Valientemente metió quinta, literalmente, al auto y elevo su velocidad a casi 170 kilómetros por hora. Iba a atravesar la pared.

- ¡Pero va a cho...!- no le dio tiempo de terminar. Sam había chocado contra la pared causando una nube de humo. Cuando esta se disipo, los ladrones pudieron observar, atónitos, que efectivamente Sam había atravesado la pared.

- ¡Imposible!- grito el nuevo jefe, quien ordeno perseguirlo con los autos robados. Los cuatro se subieron a los carros más veloces que encontraron en el garaje, y los encendieron. El sonido de los motores rugiendo se esparció por toda la guarida

- ¡Adelante!- grito el jefe y todos echaron andar esas bellezas de autos. Esto se había convertido en una persecución a alta velocidad.

Sam, entre tanto, ya les llevaba varios metros de distancia. En solo segundos logro llegar a la orilla del rio donde supuestamente lo estaba esperando el profesor y Rita. Los busco algunos segundos hasta que los encontró parados a la par de un gigantesco árbol:

- Profesor, Rita ¡aquí estoy!- les grito Sam

- ¿Pero que...?- dijo sorprendido el profesor al ver su preciado auto casi destruido.

- ¿Que le paso?- pregunto Rita igual de sorprendida

- No hay tiempo de explicar, que nos vienen pisando los talones

El profesor y Rita no tuvieron más alternativa que subir al auto

- ¿Que le hiciste a mi carro?- pregunto enfadado Thomas

- No importa, después lo repara- respondió Sam, quien le recomendó que en vez de protestar condujera ese auto muy lejos de allí, ya que él era mejor conductor. Thomas acepto, y rápidamente lo puso en marcha. Pero detrás de ellos venían los ladrones a alta velocidad.

- ¡Allí esta!- gritaron- ¡Disparen!

Sus pistolas comenzaron a lanzar balas a discreción, mientras Thomas simplemente las esquivaba. Así estuvieron conduciendo en línea recta por varios minutos hasta alcanzar los 200 km por hora. Pero las cosas iban a cambiar, ya que a tan solo unos 500 metros había una curva muy cerrada que iba a ser muy difícil de pasar a tan alta velocidad. Y si perdían el control, terminarían en el rio.

- ¡Cuidado!- grito Sam al profesor, quien ya estaba preparado para la curva. Cuando llego el momento, Thomas giro el volante y realizo la curva de forma magistral. Entre tanto el jefe no la pudo realizar, perdiendo el control y chocando con sus secuaces, terminando todos destruidos en el rio...

Después de esta peligrosa aventura la policía llego y arresto a todos los bandidos. El profesor llevo a Sam a su casa, donde le dio todas las pastillas necesarias, y Sam termino durmiéndose de una forma muy rápida. Así paso todo lo que quedaba del día, durmiendo, hasta la siguiente mañana.

Entre tanto Rita llamo a la profesora Andrea, y le informo de los sucesos ocurridos ese día, tal como lo prometió.

- Parece que Sam sobrevivió a la primera prueba- fue lo único que dijo Andrea sobre lo ocurrido ese día....

Sam Contra El Destino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora