La vida que me toco llevar

Cambio de planes

La zona cero, ahora así conocida, el lugar donde el conflicto entre países inicio, por un lado, la representación de toda la rabia, causada por años de discriminación hacia no una nació, sino la mayor parte de un continente, por el otro, un solo país, causante de todos estos maltratos, solo uno saldría de ahí, cañones, armas nucleares, tropas de asalto armadas hasta los dientes, y a lo lejos, en una ruta demasiado separada, una camioneta, que esta en una batalla de la vida, contra la muerte.

-¡Conduce mas rápido Alondra!

-¡Cállate Lorena!

Todo pasaba demasiado rápido, la sangre manchaba cada vez más la contra parte de la camioneta, todos estaban asustados, los habían mandado a una zona de guerra, los habían prácticamente sacrificado, todas tenían dudas. ¿Porqué solo enviar a un hombre? ¿Porqué enviarlas a una muerte casi segura? Pero ahora no era el momento para responder a todo eso, su objetivo era salvar al chico que las había acompañado y librado de un taque en plena misión.

Pero la suerte no iba a su favor, por primera vez, se topaban con una horda de esas bestias muertas vivientes, de todo tipo, los normales, los que solo reciben daño a golpes, los gigantes, los de la noche incluso, y otro tipo nuevo, un zombie pequeño, de no más de un metro sesenta de estatura, pero con una velocidad increíble, al ver el vehículo, comenzó a perseguirlos a toda prisa, apoyándose en sus cuatro extremidades para tener aún más velocidad, una de las chicas tomo la ametralladora, y comenzó a disparar en pequeñas ráfagas de cinco balas, pero lo que menos se pensó que ocurriría, paso, aquel diminuto zombie comenzó a esquivar las balas con un simple movimiento de derecha a izquierda, de un momento a otro, aquella bestia dio un salto atrapando a la chica por su abdomen clavandole unas enormes garras negras y rojas, la chica simplemente cayo muerta.

Las demas estaban asustadas, nunca habian visto a esa bestia, era mucho más peligrosa que cualquiera a la que se hubieran enfrentado antes, Lorena y otra chica comenzaron a dispararle, pero este no sufria daño por las balas, seguia ahí, de pie, observandolas, comenzo a dar pasos cortos, como si supiera que no pueden escapar, la otra chica en un momento de ira, tomo su rifle y trato de golpearlo en la cara, pero este la esquivo, la chica continuo intentando darle varios golpes, pero el resultado siempre fue el mismo, los bloqueaba o esquivaba, en el ultimo golpe, la bestia clavo sus zarpas en el brazo de la chica, y se lo arranco sin esfuerzo alguno, sus gritos, fueron tales, que lograron captar la atencion de muchas más bestias, los gigantes comenzaron a perseguirlos, mientras que los demas hacian el intento.

Lorena se paro para luchar, tomo una llave inglesa con sus dos manos, decidida de lo que haría, dio un paso y con todas sus fuerzas y un grito de lucha, intento batear la cabeza de esa criatura, pero este la esquivo y pateo, casi logrando sacarla de la camioneta, se paro de frente a ella, preparo ambos brazos para asesinarla.

-La tomare prestada- dijo Ana quitandole una granada a John

Con un grito de batalla, pateo a la bestia, esta le rugio, un sonido demasiado agudo, ella le quito el seguro a la granada y de un puñetazo se la metio en toda la boca, los dientes le provocaron cortadas profundas, ella lo empujo, todas estaban asustadas, aun eran perseguidas por esas bestias, ya habian perdido a dos chicas, no querian perder a nadien más, Lorena se coloco en la ametralladora, y disparo sin piedad hacia la horda que se acercaban.

-John, no te mueras, por favor, sobrevive- Ana se encontraba a su lado, no quería que falleciera, seguia aplicando presion en su herida- ¡Falta poco!

-¡Ya vamos a llegar!- gritaba Alondra

Las puertas metalicas de aquel campamento, se abrian poco a poco, de ella salian dos camionetas negras, con cinco soldados cada una, en las puertas tenian dibujada una serpiente, con la boca abierta enseñando sus colmillos.