Miré el reloj de mi muñeca y bufé apartándome los pelos de la cara. Llevaba más o menos dos horas intentando practicar con la espada, pero era como si todo lo que sabía se me hubiera olvidado de golpe.
Tampoco había descansado mucho desde que hace un día tuve aquella vergonzosa e incómoda charla con Tony. Aún le daba vueltas mientras me rehacía la coleta.
-Yo pensaba que las chicas guapas no daban golpes como luchadores -miré al lado y vi a Tony con su pose pasota e irritante parado en la puerta de la sala de entrenamientos.
-Cállate, Stark -a veces no le soportaba-. ¿Y tú dónde has estado? No te he visto en toda la mañana desde nuestra conversación de ayer -le pregunté echándome agua en el cuello con las manos y yendo hacia él.
-Sí, bueno, he estado revisando documentos de Furia y blah, blah, blah... -dijo restándole importancia- Cosas del tuerto.
-Tony, hay cámaras -le advertí señalándola con disimulo.
-Aquí no tienen sonido, ya lo he mirado -rodé los ojos, eso no me sorprendió en absoluto-. ¿Me acompañas a por una cosa a mi despacho? ¡Gracias! -dijo caminando.
-¡Pero si no he dicho...! -suspiré frustrada- Vale, ya voy.
Le seguí a paso rápido hasta su despacho. Abrió la puerta de cristal y fue directo a los cajones en su mesa. Rebuscaba y rebuscaba como un loco pero parecía que no lo encontraba. Me fijé en la mesa, ¡qué desastre! Todo con papeles por aquí y allá, un plano de vete tú a saber qué, bolígrafos por todas partes...
Puse los ojos en blanco ante su inmadurez, pero una cosa me llamó la atención. Una carpeta negra y azul en la esquina en la que... ponía mi nombre. Iba a cogerla pero justo se levantó Tony.
-¡Lo encontré! -dijo sacando su móvil.
-¿Habías perdido tu móvil? -puse mi mano en la frente- Stark, ¡qué memoria!
-¿Te vienes a la reunión? -dijo yendo a la salida.
-Eh... Sí. En un segundo voy.
-¡No tardes, sirenita! -le saqué la lengua mientras se largaba de la sala.
-Pesado... -bufé.
Una vez se fue cerré la puerta y me acerqué a la mesa. ¿Por qué tenía datos sobre mí? Abrí la carpeta y en la primera página ponía CONFIDENCIAL en grande y rojo. Aquello me hizo sospechar algo muy malo. Pasé de página, eran muchos datos de mis poderes y de mi sitio en los Vengadores, de las pruebas que me hicieron, ataques, misiones...
Pero una hoja en concreta destacaba. Muchas de las palabras estaban subrayadas. Zona de residencia de los familiares: España. Cuando leí esto me sorprendí, no sabía que me tenían localizada... a mí y a mi familia. Seguí leyendo. Ponía cada uno de los movimientos de mis "padres" todos los días, sus rutinas, sus amigos... Incluso estaban puestos los nombres de mis antiguos compañeros y amigos. En una hoja apartada había una frase remarcada.
ALTAMENTE PELIGROSA. EN CASO DE FUGA, ELIMINACIÓN INMEDIATA.
Nada más leer esa frase cerré la carpeta de golpe. ¿Cómo se atrevían a controlar a mi familia? Miles de preguntas rondaban en mi cabeza. ¿Serían capaz de matarlos si no obedecía? ¿Por qué tenía esto Tony? ¿Sabría esto el equipo?
Todas mis dudas se iban a disipar en cuanto hablase con Furia.
Por una vez me apetecía asistir a una reunión. Salí deprisa, con la carpeta en las manos y muy enfadada. No me iba a quedar sin respuestas.* * * *
Iba obcecada por los pasillos y empujando a todo el que se cruzase en medio. Llegué a habitación y abrí la puerta de mala gana. Todos pararon de hablar para mirarme, sólo faltaban Bruce y Thor.
-¡Ya era hora! Creíamos que te habías perdido por... -empezó a decir Stark con las manos en alto, pero paró al ver mi cara de enfado, bajó la vista a mi mano y vio la carpeta- ¿Por qué tienes eso en las manos? -señaló con el dedo.
Ni siquiera me digné a responderle. Me encaminé al director y le solté la carpeta en la mesa.
-Creo que la pregunta es: ¿por qué existe? -dije mirándolo, empezaba a notar la ira quemándome el pecho.
-Veo que la ha leído. Todo lo de esa carpeta es información que tengo de todos los de mi equipo.
-¿A todos los de tu equipo les pones de altamente peligrosos y controlas los movimientos de sus familiares? -acusé con veneno en la voz- ¿Todos tienen la clasificación de "en caso de fuga, eliminación inmediata"? ¿O es que tienes miedo de que me descontrole y hunda la base? -todos se quedaron viéndonos consternados. Steve se levantó.
-Aura, creo que deberías tranquilizarte... -movió despacio sus manos.
-¡No necesito tranquilizarme, necesito saber por qué tienen controladas a las personas que quiero! ¡¿Les matarías si no sigo tus órdenes?! -le grité a Furia sin poder controlarme- Puedo soportar que me dañen... me humillen... me utilicen... me torturen y que me maten. ¡¡PERO NO PERMITIRÉ QUE DAÑEN A MIS SERES QUERIDOS!!
Todo a mi alrededor se volvió frío, sentía la sangre helada corriendo por mis venas, podía oír la respiración de cada uno en la sala y el pulso en mi cabeza. Steve me miraba fijamente, pero fue Tony quien habló.
-Aura, necesito que te relajes. Tus... tus ojos... se han vuelto rojos -dijo con voz baja pero muy seria y algo... asustada.
Confusa, miré mi reflejo en la puerta de cristal y era cierto. Tenía los ojos rojos, mi pelo se había oscurecido y era casi negro y mis manos se estaban volviendo ligeramente azules. Sabía por qué era y volví mi vista a mis amigos, que me miraban asustados. Abrí deprisa la puerta y salí de allí.
Me sentía muy enfadada y frustrada a la vez. Usé mi pulsera para ir a mi casa y allí me transporté a Asgard. Ignoré la mirada preocupada de Heimdall y me dirigí a la habitación de Loki. En estos momentos no me importaba que me viesen, necesitaba consuelo. Le necesitaba.
Nada más cruzar la puerta, se levantó de la cama.
-¿Aura, qué te sucede? -me abalancé a él y lo abracé.
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Entre mundos. La nueva era de los dioses
FanfictionLa Tierra ha tenido muchas civilizaciones distintas a lo largo de su historia. Todo debe llevar un perfecto orden para que estemos a salvo. Para ello se pactaron las Leyes Antiguas, un tratado que impiden el contacto entre distintos Panteones. Pero...