Los copos de nieve caían sin cesar cubriendolo todo. Los estudiantes se paseaban ansiosos por los corredores buscando a sus amigos para despedirse y desearse una buena Navidad. El ambiente en el imponente castillo era de felicidad y armonía... Exceptuando un lugar.
La profesora McGonagall fruncio el ceño al observar a los causantes del desastre. Draco Malfoy y Hermione Granger estaban cubiertos con un líquido verdoso nada agradable a la vista y con un olor nauseabundo que se impregnaba a las fosas nasales. El aula de pociones no se encontraba en mejores condiciones. Las paredes estaban salpicadas con ese brebaje hediondo.
-Estoy completamente decepcionada. -Pronunció seria una vez que término de valorar los daños. -En especial de usted, señorita Granger. -Su mirada se posó en la castaña que adoptó una expresión de consternación al escuchar las palabras de su jefa de casa.
-Lo siento mucho profesora. -Se disculpó con voz queda.
A su lado el rubio no había pronunciado ni una palabra. La profesora los observo nuevamente para después cuestionar.
-Diganme, ¿Qué fue lo que pasó? -McGonagall vio como Hermione endurecía la mirada y la clavaba en la persona que estaba junto a ella
-Todo es culpa de Malfoy. -Lo acusó sin dejar de asesinarlo con la mirada. Estaba bastante molesta.
-¿Mi culpa? Querrás decir tuya, Granger. -Contraataco rompiendo el silencio por primera vez.
-¡Si tu no hubieras comenzado a molestar nada de esto hubiera pasado! -Exclamó algo exaltada, sin embargo después de unos segundos se recompuso.
-Yo no tengo la culpa de que seas tan torpe. -Escupió con malicia.
Al ver que las cosas podrían salirse de control, la profesora McGonagall intervino.
-Deberían avergonzarse. Son alumnos de séptimo año y se comportan como un par de niños, cuando deberían imponer el ejemplo a los menores. -Los reprendió y en ningún momento dejó de mirarlos de forma severa. -En vista de lo sucedido, cada uno tiene 20 puntos menos y deberán limpiar el aula de pociones mañana. -Indicó con tono autoritario esperando que fuera suficiente para que no hubiera objeciones.
-¿mañana? -Farfullo Draco.
-Así es. -Confirmó la subdirectora. -Unos días menos de vacaciones no les hará daño si son para arreglar su desastre. Ahora vayan a cambiarse y los veo mañana para su castigo. -Ordenó mirando sus tunicas.Draco abandonó el aula con la mandíbula apretada claramente molesto, mientras que Hermione iba resignada a informarle a sus amigos el cambio de planes que sabía no se tomarían muy bien.
• • •
Hermione se dirigió a su castigo como un condenado a muerta a la sala de ejecución. No podía creer que estaba castigado, y lo peor era que había pospuesto sus planes de pasar las vacaciones en la madriguera con sus amigos. Los cuales como ya sabía, no tomaron la noticia con mucho animo.
Después de despedirse el día anterior entre promesas de verse en un par de días y advertencias de partirle la cara a Malfoy por parte de Ron, se fueron.
Al entrar al aula de pociones encontró a la profesora junto a Malfoy. Una vez que se percató de su presencia prosiguió a explicarles que deberían limpiarlo todo sin magia, haciendo énfasis en la última parte, para después dejarlos solos.
-Ya estarás contenta, Granger. -Escuchó al Slytherin farfullar.
La castaña lo miro y lo encontró exminando la escoba que tenía en la mano con desagrado.
-A mi me disgusta igual o más que a ti. -Informo hoscamente mientras tomaba un paño para comenzar a limpiar las mesas.
-Nunca he usado una escoba para otra cosa que no sea volar. -Dijo Malfoy más para si mismo que para ella. La Gryffindor rodó los ojos y dándole la razón comenzó a limpiar.
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Muérdagos y debilidades.
FanfictionUna tradición fue su excusa perfecta para ser débil.