Broken Arrow (Keo -Vixx)

Capítulo 34. Pt. 1

Un mes después.

Incierto. Así habían sido los días desde que Leo y Ken abandonaron el departamento. El manager ataco con infinidad de preguntas a los miembros, el día después del incidente. Pero el líder fue quien encaro esa situación por todos. Argumento que esa noche Leo y Ken llegaron algo nerviosos por un "Asalto" del que habían sido víctimas, estaban actuando de forma extraña y se notaban algo tensos.

El manager no quiso insistir mucho en ese tema. Después de escuchar la versión que los vocalistas les habían dado, se quedo más tranquilo. Tal parece tenían bastante miedo o no querían involucrarlos en el problema. El líder también comento que a la mañana siguiente; ya no encontraron a los vocalistas en su recamara, y fue ahí donde se dieron cuenta, que ellos se habían ido.

El viejo caminaba de un lado a otro como león enjaulado, no podía aceptar lo que estaba sucediendo. Ese par de niñitos estúpidos se habían salido con la suya y lograron escaparse, seguramente con Frederick apoyándolos en todo. Ahora que el manager sabía que el chofer solapaba sus asquerosidades, no le quedaba la menor duda.

A partir de ese día el manager coloco máxima seguridad en los alrededores del departamento. Se la paso supervisando cada movimiento que los miembros hicieran. Los chicos aparentaban que no se daban cuenta, pero Hyuk una tarde, descubrió que el manager había contratado a dos hombres para vigilarlos durante el día. Era frustrante, lo que estaban viviendo era una pesadilla. Prácticamente estaban atrapados en las paredes del departamento. Preferían no salir, ya que tenían mucho miedo de que en su ausencia, esos hombres pudieran entrar y poner cámaras de vigilancia adentro de su hogar. Todo era paranoia e histeria, ya no vivían tranquilos, ya no sonreían como antes, les faltaba una pieza importante en sus corazones. Leo y Ken.

El departamento se había convertido en una especie de guarida para todos. Cuando tenían que comprar el supermercado solo iban dos miembros y los demás se quedaban en casa. Ya no salían en grupo debido al temor de que el manager entrara al departamento e hiciera un cateo a sus habitaciones. De ves en cuando y a altas horas de la madrugada, tomaban una oportunidad y hablaban con los vocalistas, colocaban el altavoz y platicaban de todo lo sucedido. Así fue, como se ponían de acuerdo para ciertas cosas, así era como se aliaban en contra del manager.

Para Leo y Ken las cosas habían sido mucho más sencillas. Ya estaban muy acostumbrados a la casa de Frederick, y conocían cada rincón de su hogar. Frederick y los chicos eran una gran familia. Ahora convivían las veinticuatro horas con el chofer, se había convertido en un padre para ambos. Siempre preocupándose por su alimentación, tratando de hacerlos reír a pesar de la tormenta en la que se encontraban, y buscando la manera de distraerlos lo más que pudiera.

El lugar donde vivían era demasiado privado y lujoso. Solo personas con un estatus social alto podían tener una casa en ese lugar. Así que todas las tardes, Leo y Ken salían a tomar un poco de aire fresco en el parque de la privada. Conversaban en los columpios, se deslizaban por el resbaladero, hacían mil cosas infantiles y torpes, sin importarles en realidad lo que pensaran los adultos.

......

Las manos le temblaban y su pulso estaba muy acelerado. Todo estaba casi listo, solo necesitaba acomodar algunos pequeños detalles. El gran momento al parecer llegaría. Leo estaba solo en la mansión; en su habitación, colocando los últimos pétalos de rosa justo al lado del jacuzzi. La vida en esos momentos para él era muy incierta. El único pensamiento que le rondaba por su mente, era el de culminar su amor con Ken. Debía pedirle que fuera su novio y aprovechar al máximo los días a su lado. Quería estar con él, sentirlo no solo en alma, sino también en cuerpo.

El plan estaba acordado con Frederick. El chofer y Ken habían salido por primera vez juntos al supermercado que quedaba a unos kilómetros. La noche anterior cuando Jaehwan dormía, Leo y Frederick se encargaron de ocultar todas las cosas que había comprado el chofer para la velada romántica que Leo tenía preparada para el vocalista.