Capítulo 11 "Confesiones parte II"

534 62 15
                                    

CAPÍTULO XI

CONFESIONES PARTE 2

Todos se observaban desconcertados y serios.

- Kakarotto, me lo prometiste – se quejó Vegeta

- Perdóname. Pero tengo que contarles qué es lo que pasa contigo – contesté, y comencé a narrar la historia, desde que todo comenzó aquel fin de semana...

** FLASH BACK**

Llegamos temprano a unas montañas verdosas llenas de ríos, alejadas de toda vida humana, únicamente peces y algunos animales salvajes deambulaban por el lugar. Levantamos un pequeño campamento en la entrada de una cueva; dejamos nuestros sacos de dormir y un par de mantas que llevábamos junto a los bolsos, donde teníamos algo de ropa.

- Bien, manos a la obra – dije, estirando los brazos - ¿comenzamos?

- Claro, no vine aquí a perder el tiempo

- Hubiese sido genial que los chicos nos acompañaran...

- A ellos no les interesa entrenar. Sólo piensan como terrícolas.

- Pues, lo son. Al menos la mitad.

- Ya cállate. Vamos a pelear.

Entrenamos largamente, hasta que cayó el sol. Entonces nos detuvimos, cazamos un animal y lo cenamos. Finalmente nos dormimos.

Al día siguiente continuó el entrenamiento, luego de un contundente desayuno. Pero por la tarde algo se salió de control.

- ¡Final flash! – gritó, lanzándome su energía

- ¡Kame hame ha! – respondí

Se nos pasó la mano. No sé qué sucedió, ni cómo, pero Vegeta quedó inconsciente.

Vegeta despertó cuando ya era de noche, arropado con las mantas y con una fogata encendida donde yo estaba cocinando un pez enorme.

- Qué bueno que despiertas, me tenías muy preocupado – sonreí

- No digas tonterías – contestó serio

- Sabes, creo que es mejor que regresemos a casa, estás un poco herido...

- No. Si llego en este estado Bulma va a preocuparse. Volvamos por la mañana.

- Está bien – respondí – entonces comeremos y descansaremos

Comimos el pescado sin dejar ni rastros. Nos metimos cada uno en su saco de dormir, y Vegeta, sorprendentemente, comenzó a hablarme.

- Kakarotto... ¿Qué piensas que te falta por hacer?

- ¿Qué? - pregunté desconcertado – pues la verdad jamás me lo había preguntado

- Ya me lo imaginaba...

- ¿Por qué lo preguntas?

- Es que... no, olvídalo

- Vamos, vegeta, puedes contarme lo que quieras. Confía en mi

- No creo que lo entiendas

- Tal vez... pero al menos te serviría para desahogarte.

Nos quedamos en silencio unos momentos, hasta que el príncipe volvió a hablar.

- Creo que no soy un hombre lo suficientemente bueno para Bulma

- ¿Qué? ¿de qué hablas?

- Lo que te dije. No estoy a su altura

- Bueno, eso de la altura es obvio, como eres muy bajito... - me burlé

- Estoy hablando en serio – me regañó

Más de cien mentiras Donde viven las historias. Descúbrelo ahora