Viviendo con...¿21 chicos?

Andrea

Y aquí seguía yo, esperando en la puerta del orfanato a que vinieran mis nuevos padres a recogerme. Nadine, la directora, me contó que son una familia muy rica, que viviré con 24 adolescentes y que no es otro orfanato, simplemente quieren sacar a niños del orfanato y darles una vida feliz. Yo lo veo como que son una par de locos que adoptan para abandonar a los adolescentes. Sí, abandonar. Ellos adoptan cada vez que vienen a Los Ángeles a un niño o en mi caso niña, lo dejan en casa con el resto de adolescentes y se marchan al país donde tengan que marcharse, por eso estoy yo aquí ahora, a las 6:30am esperando a la pareja Smith, los cuales no me pondrán su apellido, porque tienes que coger un vuelo a las 10:00.

-Hola.-una voz dulce me sacó de mis pensamientos. Una mujer de media melena pelirroja y un vestido bastante pijo se acercó a mi junto con quien suponía que era su marido.-¿Tú eres Andrea?

-Sí, claro, Andrea Russett.-le tendí mi mano.

-No cariño, abrázame.-y me abrazó forzosamente, me costó pero al final reaccioné y la abracé, debía ser la Sra. Smith.-Soy Marie Smith, y el es mi marido-señaló al hombre- Chad Smith, pero puedes llamarnos mamá y papá.

-Bueno Andrea, ¿lo tienes todo?-me preguntó Nadine a lo que yo asentí en respuesta.

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-Y bueno, ¿sabes que vivirás con mas adolescentes?-preguntó papá.

-Ajá.¿Hay mas chicas?

-Cinco.-respondió mamá.

-¿21 chicos?-pregunté con los ojos como platos.

-Exacto, y tendrás que compartir habitación con cinco.

-¿No puedo dormir con las chicos?

-Lo siento cariño, cada chica está en una habitación con cinco chicos.

-¿Me podéis decir los nombres de mis compañeros de cuarto?

-Ahora los conocerás, los hemos tenido que despertar para que pudieras meter tus cosas en la habitación.

-Bueno, está bien.

-Oye, sentimos no poder estar contigo los primero días, pero nuestro trabajo...

-No importa mamá, está bien, de verdad.

-Hoy hay una cena, los chicos la prepararán, supongo que te interrogaran, si te sientes incomoda solo dile a Kian, ¿vale?

-¿Quien es Kian?

-Uno de tus compañeros de cuarto.

-¿Y si cojo confianza antes con otro?

-La tendrás primero con Kian.-la miré extrañada a través del retrovisor.-Él es quien te enseñara la casa, nosotros te dejamos en la puerta, el y Jc te recogerán en la entrada.

-¡Llegamos!-gritó papá.

Nos bajamos del coche en la puerta de una casa enorme, era igual de grande que el orfanato, y no exageraba. Papá bajó mis cosas del coche y las fue colocando en la puerta, mamá picó al timbre y una voz masculina acompañada de una carcajada, cosa que no entendía, venga ya, ¿Quién tiene tan buen humor a las 8 de la mañana?, bueno, pues esa extraña persona contestaba por el telefonillo.

-"¿Si?"

-Kian, cariño, nosotros nos vamos, dejamos aquí a Andrea.

-¿Qué? No me dejéis sola.

-Están al llegar cielo, y nosotros vamos tarde.-dijo mi padre para seguidamente darme un beso en la frente y marcharse al coche.

-Ten paciencia con ellos, cualquier cosa las chicas te ayudarán, ¿vale?-me abrazó y se dirigió al coche.

El coche arrancó y sentí algo vibrar en mi chaqueta, metí la mano y ¡un IPhone! Había un mensaje así que lo abrí.

AQUÍ TIENES TU REGALO DE VIENBENIDA, YA TIENES MI CONTACTO, EL DE PAPÁ Y LOS DE LOS CHICOS Y CHICAS GUARDADO, ESPERO QUE TE GUSTE Y QUE SEPAS COMO FUNCIONA, CUALQUIER COSA LLAMANOS, SEA LA HORA QUE SEA, NO LO DUDES. TE QUEREMOS, MAMÁ.

Por fin tenía un teléfono en condiciones. Mientras festejaba mentalmente el tener un IPhone una puerta se abrió dando paso a dos chicos, intuí que uno era ese tal Kian.