Despierto cuando ha amanecido de nuevo con borrosos recuerdos de lo sucedido ayer, como un mal sueño que de pronto se vuelve real. Son como las siete de la mañana y voy tarde para mi trabajo, ya fue suficiente con haberme tomado el día ayer para el divorcio. Me apresuro pero en consecuencia de la hora quedo estancada en el tráfico, como era de esperarse llego con retraso.
--María Alicia--Me detiene mi jefe con un tono firme cuando estoy a punto de entrar a mi oficina.--¿Tienes un minuto?
--Claro licenciado--Respondo avanzando hacia él.
Entro con mi jefe, su oficina está ordenada y limpia, me siento perdida con la mirada que va de un lado a otro, me mantengo de pie mientras no hay nada dentro que me sostenga. Volteo hacia el escritorio dirigiéndome con toda confianza a acercarme debido a la buena relación que se tiene y descubro marcos con fotografías de mi jefe con la familia que formó, no respiro por un imstante, siento un tremendo vuelco viendo mi vida pasar frente a mis ojos, como si estuviera a punto de morir allí mismo.
--Me parece que deberías tomarte un descanso--Habla tras cerrar la puerta.--No te has tomado vacaciones últimamente y te haría bien despejarte un poco debido a tu situación--Me sugiere nombrando "situación" a mi divorcio para que no suene tan crudo como es.
Todo se agita dentro de mí, estoy a punto de estallar, hay una persona que planteó una teoria que dice que el universo se expande y cuando llegue a un punto en que ya no le sea posible, colisionará, si yo fui alguna vez el universo de alguien, ya estoy en el retroseso. Fui todo y hoy no soy nada. Me estremece la palabra "situación". No puedo ni pensar con claridad, con una seña indico que acepto y agradezco, paso a mi oficina, quiero llevarme archivos para trabajar en casa las semanas que tendré, no quiero quedarme sin nada que hacer.
Llevo carpetas en mis manos, cargarlas obstruye mi visión al caminar al grado en que no advierto un pequeño hueco en el suelo del estacionamiento donde el tacón se traba y me hace caer. Se me quebró el tacón y una uña, sabía que debía cortármelas pero opté por no hacerlo. Me incorporo en cuclillas para recoger las carpetas y cuando comienzo a levantarlas una a una, sobresale de entre ellas una tira de cabina fotográfica donde aparecemos Rodrigo y yo sonriendo y haciendo gestos que en aquél entonces eran graciosos, no lo que veo ahora en la tira y lo que veo ahora son sólo imágenes de una historia que llegó a su fin quedándose en el pasado.
Me acuerdo bien tanto del día en que sacamos esta tira como del día en que lq metí drntro de la carpeta, ya comenzaba a darme igual entonces pero quise conservarla y la guardé como un tesoro abandonado en un viejo baúl del tesoro que nadie busca. Subo al auto y coloco las carpetas en el asiento del copiloto, tomo la tira para contemplarla un momento mientras acaricio la superficie añorando silenciosamente la felicidad.
Enciendo el motor y arranco, manejo por las calles habituales hasta la casa que ya es sólo mía. Mi jefe tenía a la vista sus portarretraros, yo he quitado los míos, no quiero recordar, no quiero nada ya.
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Prometimos "Para Siempre" Colección Relatos De Amor.
RandomCuatro años de matrimonio que marchitan al corazón, haberlo tenido todo y luego nada, fallar a la promesa y... ¿rendirse?